«MELISSA HARPER»
—¿A dónde vamos? Ya me cansé.
—Aún falta poco, no te quejes.
No sabía a dónde nos dirigiamos y ya estaba con la respiración entrecortada, nos encontrábamos subiendo una montaña, Liam no se veía cansado o al menos no tanto como yo ¿qué diablos le sucedía? Definitivamente debía tomar un descanso así que me senté en una gran piedra.
—¿Qué haces?
—Necesito descansar ya no puedo más.
—Sube.
—¿Qué?
—Que subas a mi espalda, si nos quedamos parados jamás llegaremos.
Me subí a su espalda y comenzó a caminar conmigo encima, después de diez minutos llegamos al lugar, baje de un brinco de su espalda y woow nos encontramos en la cima de la montaña, se veían muchos edificios, casas y carros a lo lejos, era simplemente hermoso.
—Cierra la boca se te va a meter un bicho—dijo burlesco.
Le di un leve golpe en el hombro y reí.
—Es hermoso.
—Acuestate—se recostó para después yo hacer lo mismo.
—Vez esa nube de allá—señalo.
—¡Sí! Parece un dinosaurio.
—Claro que no, yo lo veo más como un elefante.
—Dinosaurio.
—Elefante.
—Dinosaurio.
—Elefan...
—Bien tú ganas es un elefante—volteo a verme sonriente y me dijo.
—Tienes un perfil hermoso.
Sentí mis mejillas arder; de inmediato y sonreí.
—Gracias.
Después de un rato viendo las nubes y encontrandoles formas nos sentamos y ambos nos quedamos en silencio mirando los coches pasar a lo lejos.
—¿A qué ciudad te gustaría viajar?
—París siempre he querido ir y se que algún día lo haré, ¿a ti?
—Australia, solo una vez en mi vida fui y me encantó.
No pude responder ya que se levantó y de su gran mochila saco lo que parecía ser una casa de campaña, lo confirmé cuando comenzó a armarla.
—¿Nos quedaremos aquí?
—Sí, no sabes lo hermoso que es ver salir el sol desde aquí.
—¡Estas loco! ¿Acaso quieres que me castiguen?
—Anda valdrá la pena te lo prometo.
Dudé un poco pero al final me rendí y lo ayude con la campaña.
—Iré por leña ¿vienes?
–¿Y las cosas?
—Uyy no se las vaya a robar un oso—ironizó.
Rodé los ojos y corrí hacia él para acompañarlo.
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Encendió la fogata y saco unos malvadiscos de su mochila.
—Si que vienes preparado.
—Siempre hay que estarlo, uno nunca sabe lo que el destinó tiene para ti, también traje esto—dijo sacando una guitarra.
—¿De dónde la sacaste? y espera ¿sabes tocarla?—él asintió y comenzó a tocar
para después comenzar a cantar Rewrite the stars, en verdad cantaba y tocaba muy bien, su cabello castaño estaba un poco despeinado por el viento, sus ojos brillaban, esbozaba una sonrisa de oreja a oreja y sus fuertes brazos descubiertos se erizaban por el frío, sin duda valdría la pena el castigo que mis padres me pondrían, comencé a moverme de un lado a otro al ritmo de la canción y después me uní a cantar con él, se me erizo la piel y me sentía muy feliz. Demasiado. En ese momento me di cuenta de que Liam en verdad me gustaba.Se acercó a mi aún tocando, se sentó en el tronco en el cual yo me encontraba sentada, se fue acercando a mi poco a poco, sonrió, termino de tocar, me tomo con una de sus manos la nuca acercándo mi rostro hacia él, nuestras narices se tocaron y el dio ligeros movimientos haciéndolas rozar.
—Por favor cierra los ojos.
Obedecí y me besó, fue un beso dulce y apasionado, sentí un ligero sabor a malvadiscos, escuché como dejo su guitarra a un lado, me tomo de la cintura, despegamos nuestros labios sonreímos y volvimos a juntarlos pero esta vez en un beso más profundo, mi estómago estaba revuelto sentía algo que jamás había experimentado, me sentía jodidamente bien y no quería que este momento terminara.
Permanecimos en silenció un momento hasta que inquiri.
—¿Qué se sentirá ser una estrella?
Él volteo a verme y después regreso su vista al hermoso cielo azul obscuro estrellado.
—No lo sé.
—Quisiera ser una, sumamente bella y brillante.
—Para mi tú eres la estrella que más brilla en este mundo de mierda.
Lo mire sonriente, paso su brazo por mi hombro y después continuamos admirando las estrellas.