47. Compromiso

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Llegó a Konoha un día antes de la reunión con el señor feudal

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Llegó a Konoha un día antes de la reunión con el señor feudal. Cuando llegó era muy temprano, el sol apenas comenzaba a salir y se contuvo de ir a casa de Shikamaru. Quería compartir con alguien la noticia de su compromiso, pero contuvo su emoción a medias porque les contó a sus clones la noticia; aunque al final terminó por deshacer el jutsu clones de sombra porque él mismo hacía mucho ruido.

La casa estaba limpia, así que fue a tomar una ducha y cambiarse de ropa para salir a la oficina. Incluso cuando terminó de alistarse era demasiado temprano para ir a trabajar. Decidió que iría a visitar al sabio pervertido, con todo el caos de los últimos meses no tuvo tiempo de ir a dejarle flores e incienso; aunque primero comería un ramen caliente en Ichiraku ramen.

En el camino a buscar su desayuno comenzó a extrañar cada vez más Suna, el clima allá era cálido y pese a que podía ser sofocante en los días más calurosos; consideraba que podía acostumbrarse. Al menos a él ni a su cuerpo le hacía ilusión el brusco cambio climático, de un día al otro pasó de mañanas soleadas a tener la sangre medio congelada. Esperaba no enfermarse.

Un aroma conocido y agradable lo distrajo de sus pensamientos. Levantó la vista y la fijó en las letras que decían el nombre del pequeño local. El lugar había cambiado un poco con los años, pero en detalles tan pequeños que lucía casi idéntico; tomó asiento y varios recuerdos de aquel sitio aparecieron en su mente. Sonrió con una mezcla de alegría y dolor, algunas de esas imágenes en sus recuerdos no se repetirían.

Hola Naruto, ¿lo mismo de siempre? —el señor Teuchi salió a recibirlo con su usual carisma.

Ya sabe que sí, señor Teuchi.

El hombre entró a la cocina y no demoró mucho en salir con un tazón de ramen caliente, el cual puso frente a él.

Naruto le agradeció y se puso a comer con gusto. Era el primer cliente del día. Innauguró las ventas del día comiendo otras dos porciones de ramen. Luego de eso fue a la florería de Ino y compró unas flores para Jiraiya, como no le faltaba dinero pudo darse el lujo de llevar un ramo pomposo.

Ino tenía un invernadero para cultivar sus flores pese al invierno, pero el espacio de este no era demasiado grande y debía cultivar menores cantidades de flores; por lo mismo los precios de las diferentes plantas ascendían.

Te cobraré un poco menos por ser conocidos —Ino insistió con eso y él aceptó.

Sacó a Gama-chan del bolsillo de su casaca y sin pensarlo demasiado le entregó el dinero correspondiente. Antes hubiera considerado mejor si gastar un poco del dinero que tenía Gama-chan; sin embargo, ahora el dinero le sobraba. Su vida era realmente muy diferente a la de años atrás.

Al estar frente a donde debía estar la lápida solo apreció el relieve de esta, la nieve la había cubierto. Apoyó en el árbol el ramo de flores y con los guantes puestos apartó la nieve que cubría la lápida; mientras hizo esto fue contándole al sabio pervertido lo que pasó el los últimos meses y le compartió lo alegre que estaba por su compromiso.

Los dos kagesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora