25. Uzumaki

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Naruto y Gaara sin pretenderlo se quedaron hasta altas horas de la noche en la habitación del kazekage platicando; de no ser por el cansancio del hokage hubieran continuado su animada conversación

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Naruto y Gaara sin pretenderlo se quedaron hasta altas horas de la noche en la habitación del kazekage platicando; de no ser por el cansancio del hokage hubieran continuado su animada conversación. Ambos traían puestas sus pijamas que se pusieron luego de la cena; aunque al invitado se le ofreció una habitación en la cual podía dormir solo, los dos preferían dormir juntos esa noche. Después de esos tres días no tenían muy en claro cuándo volverían a verse y pasar tiempo juntos, por eso aprovecharían la oportunidad de pasar la noche en la misma cama.

Creo que ya es hora de dormir —dijo el pelirrojo. Su novio había bostezado algo avergonzado en medio de su conversación, aunque trató de disimularlo cubriéndose la boca comprendía su cansancio.

Está bien —dijo el Uzumaki con una mirada un poco cansada, si de él dependiera no dormiría esos tres días para evitar desperdiciar tiempo. El único problema es que seguía siendo humano y su fatiga era imposible de evitar.

Levantar las sábanas y acomodarse ambos bajo estas fue algo incómodo, quedaron más cerca de lo que pretendían y cuando voltearon sus rostros al centro de la almohada podían sentir la respiración del otro. Gaara se pegó más al lado izquierdo de la cama para mantener cierta distancia y Naruto hizo lo mismo solo que en la dirección contraria; se mantuvieron observándose por unos segundos hasta que uno se decidió a hablar.

No apagaste la luz —habló el de ojos turquesa mirando esos ojos celeste como el cielo diurno despejado.

Ahora lo hago —el rubio se giró para pararse cayendo al suelo en el proceso. Gaara preocupado se sentó en la cama y vio al hokage ponerse de pie sobándose un poco la cabeza; justo lo que le hacía falta a Naruto, ridiculizarse frente a su pareja. Un poco adolorido por la caída apagó el interruptor y retornó a la cama donde el pelirrojo lo esperaba.

Estoy bien —expresó avergonzado el rubio, puesto que al recostarse el kazekage llevó una mano a su mejilla derecha.

Eres malo mintiendo, se nota que te dolió cuando te toqué —dijo un serio pelirrojo, pero por un instante lo que reemplazó esto fue dolor.

¿Qué te pasa Gaara? —preguntó preocupado el hijo de Minato pues oyó el quejido.

No es nada, solo que ya había olvidado que debo evitar mover mucho mi brazo izquierdo, la ninja médico me explicó que debía evitarlo o se puede volver a abrir la herida —contó el kazekage quitando su mano de la mejilla de su novio.

Debes tener cuidado, me asustaría mucho si algo te sucede —habló el rubio tomando con su mano derecha la del pelirrojo.

Tú también cuídate mucho, no quiero que nada te pase —Gaara era consiente que si su novio era hokage corría el mismo peligro que él, por muy fuerte que este fuera no evitaba angustiarse un poco.

Los dos kagesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora