↝ 0.7 As en la manga

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📍As en la manga

Dulce estaba sentada en el sofá cuando Christopher entró en su casa.

Era tarde por la noche y ella ya había ido a pasearle los perros, incluso aunque él dijo que lo haría.

Ella entendía que él necesitaba tiempo en el estudio y siempre le había encantado lo dedicado que estaba a su trabajo. Sabiendo que estaría hambriento cuando regresara, incluso había cocinado la cena.

Algo fácil y que se pudiera calentar en el microondas si fuera necesario.

-Ey, Dul.

-Ey. -Se giro, observándolo revisar su correo-. ¿Qué tal fue?

-Bien, bien. Creo que tenemos hecha la canción.

-Genial. -Se mordió el labio, recordando con espantosa claridad lo que había sucedido antes de que ella saliera huyendo del estudio-. Siento que nos pillaran.

-¿Eh? -Levantó la mirada-. Ah, no te preocupes. Se lo expliqué todo a los chicos y dicen que está bien.

-¿Ah sí?

-Sí, sí. Y... ¿qué hay de cenar?

-¿Cómo sabes que hay cena? -Contestó ella después de un segundo o dos procesando lo que él había dicho.

-Te conozco. Me cuidas. Seguro que incluso has sacado a pasear a los perros para mí. Suspiró.

-Sí, lo he hecho. Ambas cosas. Hay lasaña en el horno si quieres que te ponga un plato.

-Eso suena genial. -Sonrió y se inclinó para darle un beso rápido en los labios.
Ella se paralizó ante la caricia intencionada y lo observó salir de la sala. ¿Pero qué co.ño?

Lo siguió a la cocina y le puso la cena cuando él se cogió una bebida. Sentándose frente a él en la encimera, lo observó comer mientras hablaba de su sesión de grabación y los últimos cotilleos.

-¿Dul? -Dijo él de repente, sobresaltándola.

-¿Sí?

-¿Te puedo hacer una pregunta?

Uyyyy.

-Claro.

-¿Por qué no puedo verte desnuda? Quiero decir que, te he tocado y me ha gustado lo que he sentido.

Me puedo imaginar tu aspecto debajo de tus ropas, también, ya lo sabes. ¿Por qué hacer tanta historia?

Ella le devolvió la mirada, para nada sorprendida por su pregunta aunque incapaz de responderla.

Sabía que sus motivos eran una mie,rda. Su intelecto sabía que lo que había dicho su ex era probablemente una gilipollez, que sólo había querido hacerle daño, pero no podía evitar sentirse inadecuada.

No ayudaba haber visto las novias/amantes/rollos de Christopher a lo largo de los años y había pasado todo ese tiempo comparándose con ellas.
Y ella no estaba ni a mitad de la tabla. Era fea. Y se sentía fea. Eso sólo cambiaba cuando estaba entre sus brazos, dándole placer. Por lo menos entonces se sentía útil. Amada.

¡Maldito fuera Christopher por hacerle esa pregunta!

-¿En serio tenemos que discutir eso ahora?

-Dímelo tú -le devolvió christopher, dejando caer el vaso sobre la encimera alicatada-. Te necesito por un motivo, dulce .
No puedes seguir chupá.ndomela y esperar que sea suficiente. Necesito más. Quiero más.

-Lo siento. -Cerró los ojos, sintiéndose tal fracaso que no sabía ni qué decir.

-No te estoy echando, nena. Sólo quiero que me digas qué está pasando por tu cabeza.

"EL ULTIMO VICIO"/HOT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora