CAPÍTULO 26

239 14 1
                                    

Todos estábamos viendo el mapa buscando una entrada secreta pero simplemente no aprecia nada a simple vista. Ya era de madrugada y aún no lográbamos encontrar nada que nos sirviera.

—Necesito un momento para descansar —dijo Harriet parándose del suelo y acostándose en mi cama, no le dije nada porque sabía que estaba realmente cansada, todos lo estábamos, habíamos pasado por mucho en solo unas horas.

—Todos necesitamos un descanso, —dije parándome— pueden dormir aquí si quieren, mi mamá no va a regresar así que yo me voy a su cuarto. Si no entran en la cama pueden ir a los sillones de la sala.

—¿Ya te dije que eres lo mejor, Caro? —habló Uma acostándose junto a Harriet.

—No, pero gracias por decirlo —respondí.

—No creo que todos entremos en la cama —habló un gemelo.

—Nos tocan los sillones —le contestó el otro.

—No se preocupen —les dije— hay más de dos sillones y son grandes, no creo que duerman muy incómodos. —Me acerqué al baúl en donde tenía unas cobijas, saqué varias—. Llévense esto, abajo hace un frío horrible a estas horas. —Les di dos cobijas a cada quién y los dos se fueron.

—Si nos movemos aquí cabe alguien más —habló Uma tratando de hacer espacio en la cama.

—Sí, en nuestros pies —le contestó Harriet.

—Yo puedo dormir ahí —respondió Gil.

—Entonces Harry va a tener que dormir con los gemelos en la sala —les dije— ya saben de donde saqué las cobijas, agarren las que necesiten, si necesitan otra cosa estaré en el cuarto de a lado.

Estaba por irme pero Harry empezó a hablar.

—¿Enserio voy a dormir en el sillón? —cuando lo vi tenía cara de indignado y me causó mucha risa.

—A menos que quieras dormir en el suelo, no hay otro lugar, Harry —le dije mientras entraba al cuarto de a lado. En realidad no era el cuarto de mi mamá, era un cuarto extra que teníamos pero no estaba listo para tener visitas, el cuarto de mamá estaba prohibido para todos. Estaba hasta cerrado con llave.

—Puedo dormir aquí —dijo entrando atrás de mi.

—Si no te has dado cuenta, yo voy a dormir aquí.

—No es como si nunca hubiera dormido contigo.

—Solo fue una vez —le recordé.

—Por favor —Se sentó en la cama mientras hacía cara de un gatito tierno—, no quiero dormir en la sala, tu misma dijiste que hace demasiado frío ahí —dejó su garfio a un lado y después con sus dos manos me agarró de la cintura para acercarme a él.

Me abrazó sin dejarme ir a ningún lado, tampoco es como si lo hubiera intentado, la verdad es que estaba cómoda así.

—¿Por qué eres tan chantajista? —le pregunté mientras lo miraba y le acariciaba el cabello. Él sonrió y me miró.

—¿Eso es un sí?

—Ya no me queda de otra —esta vez me quise separar de él para poderme acostar pero no me dejó.

Él se acosto jalándome junto a él haciendo que quedara a un lado, sino hubiera caído encima y eso hubiera sido otra historia.

—Ahora sí, a dormir —dijo acomodándose sin soltarme y de paso, acomodarme a mi también.

— No tan rápido, piratita —a regañadientes me soltó—. Necesito cambiarme e ir por cobijas.

—De acuerdo —se acostó viendo al techo y yo solo lo miré, ¿que no pensaba salir del cuarto? Necesitaba privacidad aquí.

The Red Queen (Harry Hook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora