Episodio I

4.7K 256 47
                                    

Se comenta que lo más cruel del amor, de amar con el alma misma, es no ser correspondido; sin embargo, está documentado que no es así. Porque si esa persona no corresponde al amor que se le ofrece, duele, si, pero existe la posibilidad de superarlo o de conquistar su amor con el tiempo.

En cambio, cuando se ama lo prohibido, lo inalcanzable a pesar de estar más cerca de lo que deseas, amar lo que sabes nunca será tuyo, eso, eso es la muerte misma. Amar algo que no debes, desearlo de tal manera que el universo mismo te grita que - sin importar lo que hagas, sin importar cuánto te esfuerces -  jamás podrás poseerlo, te consume la vida entera.

Se supone que el amor es algo hermoso, es bello y es capaz de lograr hasta lo imposible. Entonces... ¿Porqué no puedes simplemente tomar lo que amas? ¿Porqué duele cada latido de tu corazón? ¿Porqué añorar cuando puedes tener? No, el amor no es algo mágico que sólo sucede. El amor es mágico porque lo hacemos suceder.  Existen millones de historias de amor: amor fraternal, amor familiar, amor pasional... ¿Pero sólo tenemos que actuar tontamente y esperar nuestro milagro de amor? No. No siempre el cuento de hadas es real, no siempre la princesa debe esperar en el castillo al príncipe, o dormir hasta que un beso la devuelva al mundo perfecto. Además, no siempre la princesa necesita ser rescatada del monstruo por el príncipe encantador; algunas veces, es el monstruo quien debe ser rescatado por el príncipe con ayuda de la princesa.

Nuestra historia es algo similar a lo último descrito. Y no se confundan, no comienza en un hermoso reino abundante, o en un castillo de diamantes o en un país muy lejano. Al contrario, inicia en una de los peores escenarios que se puedan imaginar: La Guerra de las Galaxias, donde predomina la luz y la oscuridad; los Siths y los Jedis; la razón y el corazón.

_ Preferiría soñar con Padmé, maestro. Ella es hermosa...

_ Basta, Anakin. No olvides que le debes tu lealtad a la orden, podrían expulsarte si alguien te escucha hablar así.

¿Celos, Obi-Wan Kenobi? Ciertamente, si. No había mejor ejemplo de padawan, caballero, maestro o general, que el Jedi: Obi-Wan. Tenía un historial perfecto que lo convertía en uno de los maestros más respetados del Templo. Obi-Wan nunca antes se había cuestionado sus decisiones, era consciente que ser Jedi, servir a la orden y dar lo mejor de sí a otros, era por lo que había nacido. Su motivo de vivir, su misión. Pero ahora ya no estaba tan seguro. ¿Porqué alguien que tiene muy en claro sus objetivos, titubea y por primera vez, se cuestiona la doctrina a la que ha servido desde que tiene uso de razón? La respuesta es simple: amor.

_ Lo siento, maestro.

No, Anakin no lo sentía. Su deber como maestro era arrancar cualquier tipo de apego que el joven pudiera llegar a sentir, aunque fuera cruel. ¿Pero no era eso ser hipócrita? ¿Cómo condenar algo de lo que tú mismo eres  culpable? ¿Sólo por eso debía quedarse callado y permitir que su padawan buscara, en la senadora Amidala, lo que claramente el propio Obi-Wan buscaba en su aprendiz? ¿Porqué amar a veces es tan complicado?

Tal como su reputación los respaldaba, el Héroe sin miedo y el Negociador, lograron salvaguardar la vida de la hermosa Padmé Amidala, ex reina de Naboo y ahora, quien en calidad de Senadora se encuentra en Coruscant. El motivo de su visita es emitir su voto en contra de la creación de un ejército para la República que amenaza con incrementar la probabilidad de una guerra civil. Ella sufre un atentado ordenado por el Conde Dooku y es el dúo de Jedis quienes evitan que el cazarrecompensas enviado a asesinarla tenga éxito. La dama es bella, elegante y refinada. Desde luego que tenía cierto privilegio al conocer antes al joven Skywalker, y según las palabras del propio Anakin, fue amor a primera vista; amor infantil, amor inocente, amor a fin de cuentas; su ángel, como el muchacho la llamó cuando se reencontraron.

Una visita inesperada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora