Episodio VII

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¿Porqué amar tiene que doler tanto? ¿Porqué sólo una mirada es capaz de condenar o de liberar? ¿Puede una persona amar de la misma manera en la que es amada? Padmé pertenecía al Senado y aún así estaba dispuesta a dejar todo por Anakin, él lo sabía, vio la determinación en la mirada de la chica, vio como temblaba ante el más mínimo roce entre ella y su padawan, y no podía  ni tenía el valor de hacer algo para evitar el amor que ya había surgido entre ambos. ¿Y cómo hacerlo? ¿Cómo podría, cuándo él mismo, amaba y ansiaba cada toque ocasional que compartía con el caballero de ojos de cielo? Cuando Obi-Wan Kenobi asumió y aceptó el ardiente amor que el joven Skywalker despertaba en él, se dio cuenta de una verdad inevitable: había vivido toda su vida con las manos vacías.

Y estas, únicamente podían ser llenadas con las de su amor imposible, sí, imposible, porque se supone que los Jedi no deben tener apegos, no deben tener lazos y no tienen porqué sentir amor por alguien. Y estaba bien, Obi-Wan estaba bien con eso, no necesitaba complicarse la vida con lazos inquebrantables como lo era el amor de amantes, porque no importa si la relación termina o no, los momentos compartidos jamás serán borrados de la memoria. Conoció a la duquesa Satine cuando era padawan de Qui-Gon, la mujer más bella y valiente que puede existir en la galaxia. Se enamoró de su valentía y liderazgo, de su rubio cabello y de sus ojos azules, amó su suave y delicada piel, pero todo terminó justo dónde comenzó, ella tenía un deber con su pueblo y él tenía un deber con la Orden. Se despidieron como dos buenos amigos, amigos que añoraban compartir algo más que su entrega y dedicación a lo que hacían. Pero su corazón sanó y él sabe perfectamente porqué, o más bien, por quién.

Y ser testigo del beso que Padmé compartía con Anakin, saber que él nunca podrá besar esos labios, lo hizo sentir miserable. "Eres patético, Obi-Wan. Nunca estarás a la altura de Padmé Amidala". Y es por eso que ayudaría a su aprendiz a ser feliz, a vivir su amor con la dama, porque de eso se trata el amor. ¿No? De dejar ir aquello que amas y darle alas de libertad. Aún cuando tienes una guerra que pelear.

En el fragor de la batalla, los
separatistas deciden huir del planeta. El Conde Dooku pretende escapar con los planos de un arma suprema diseñada por los geonosianos. Anakin, Obi-Wan, Luke y Padmé lo persiguen de cerca, entonces, en un balanceo de la nave en la que están yendo, la mujer termina cayendo a las arenas del planeta.

_ Detén el barco _ Anakin se escuchaba desesperado.

_ No podemos hacerlo _ Obi-Wan sintió la angustia del chico _ Te necesito para atrapar a Dooku.

_ No puedo, detén el barco. ¡Ahora!

_ Anakin, piensa en lo que ella haría _ el maestro colocó un mano en el brazo de su pupilo.

_ Cumpliría con su deber _ contestó en un susurro el padawan.

_ Ustedes sigan _ Luke acarició la mejilla de Obi-Wan rápidamente, olvidando el lugar donde se encontraban _ Yo me encargo de la señorita Padmé.

El cobrizo lo miró con desconcierto y Anakin pareció haber olvidado la caída de la dulce Padmé, sus ojos destellan rabia pero después de ver al muchacho saltar, ambos caballeros se dedicaron un asentimiento de cabeza y desviaron sus miradas. Lograron llegar al lugar donde el anciano los esperaba. Skywalker se lanza hacia el viejo pero este lo envía lejos con su rayo de fuerza, Obi-Wan intercambia unos movimientos con el hombre mayor pero desafortunamente lo derrota fácilmente, propiciándole dos terribles quemaduras con su sable rojo y cuando estaba por dar el golpe final, un sable de luz azul detiene su movimiento. El maestro Jedi lanza su propio sable hacia su aprendiz, hay una ardua lucha entre el Conde y Anakin pero en un descuido, el anciano corta la mano derecha del joven. Y pese a la intervención de Yoda, Dooku logra escapar de Geonosis dejando el estallido de una guerra que durará demasiado tiempo.

Una visita inesperada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora