Episodio IX

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Luke aterrizó su nave y divisó a Arthur luchando contra unos droides, lo ayudó a despejar el lugar y tomó entre sus manos el comunicador que este traía consigo. No debía interferir, ya no. Pero tampoco podía quedarse sentado, así que después de ignorar la orden del maestro Windu, tomó el primer speeder que pudo y siguió al par de Jedis hacia su misión, la cual, estaba seguro, era una trampa.

Mientras tanto, Anakin y Obi-Wan llegaban a la cabina donde Dooku, tenía prisionero al Canciller.

_ Es un sith muy peligroso, maestro Kenobi _ el Canciller no borraba la sonrisa burlona de su rostro.

_ Los sith son nuestra especialidad _ respondió el cobrizo al mismo tiempo que se despojada de su túnica _ Lo enfrentaremos juntos _ dijo volviéndose hacia su aprendiz.

_ Iba a decir lo mismo _ contestó Anakin sin despegar la mirada de su maestro.

Y es que se veía hermoso y quién dijera lo contrario, tenía que enfrentarse a él en un duelo de sables.

_ Me imagino que no querrán salpicar al Canciller _ la arrogancia del anciano se dejaba escuchar en su voz.

_ Esta vez no escaparás, Dooku _ Obi-Wan sonrió como sólo él sabía hacerlo.

Anakin pensó que debería ser ilegal ser tan encantador.

Ambos Jedis empuñaron su sable, se pusieron en posición de ataque y juntos atacaron al sith.

_ Esperaba esto con ansias _ el hombre seguía sin borrar la sonrisa de su rostro.

_ Mis poderes se han duplicado desde la última vez que nos enfrentamos _ respondió Anakin recordando Geonosis y la pérdida de su mano.

_ Bien. Cuanta más soberbia, más fuerte la caída.

Palpatine miraba con suma atención los movimientos del joven, tan impulsivos y apresurados, tan descordinados pero buscando proteger a alguien. Pudo sentir su ansiedad y angustia en la fuerza y como si el Lado Oscuro le diera ventaja sobre el Elegido, logró sentir los sentimientos que el muchacho albergaba por su maestro. Quería reír a carcajadas en ese momento. ¿Podía la fuerza estar más de su parte? Lo dudaba. Pues fue la misma fuerza quién le ha mostrado la debilidad más grande del Caballero Jedi Anakin Skywalker. Y no puede ser más favorable para él: Obi-Wan Kenobi jamás correspondería los sentimientos de su insensato aprendiz. Sólo un empujón y su caída al Lado Oscuro era inevitable.

"Ataca a Kenobi, debes deshacerte de él"

Y justo como ordenó el Lord Oscuro, Dooku envió con ayuda de la fuerza a Obi-Wan lejos de él y una pesada barra de metal le cayó encima, quedando el maestro inconsciente.

El Canciller sintió la ira de Anakin correr por sus venas, la preocupación inundando su ser. Pudo ver la batalla en el interior del joven: seguir atacando al anciano o ir a ver como se encuentra su maestro. Pero la prudencia nunca a sido el fuerte de Anakin. Y tampoco quiere delatar sus sentimientos con el Canciller, así que apretó el agarre en su sable y el ataque se volvió más salvaje. En un abrir y cerrar de ojos y para desgracia del Conde, Skywalker amputó ambas manos del hombre adueñándose del sable escarlata del sith, cruzó ambas armas en el cuello de Dooku, amenazando con decapitarlo.

_ Mátalo _ escuchó la orden clara de Palpatine.

Anakin abrió los ojos de la impresión.

_ Ese no es el estilo Jedi _ se sentía la indecisión en sus palabras.

_ Es muy peligroso, debes matarlo _ repitió sus palabras con veneno.

_ No. Está desarmado y...

Una visita inesperada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora