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Light & Darkness - Solangelo

Escrito por: ClaruPolo01

Light & Darkness (Luz y Oscuridad) - Solangelo

Contenido gay, boyxboy, o como prefieran llamarle. Si no te gusta este tipo de contenido, lo mejor será que te saltes esta historia. Comentarios agresivos serán reportados.

Narra Nico

  — ¡Tal vez, solo tal vez, admita que tenías razón! — exlcamó el hijo de Apolo, cerrando la puerta de la Cabaña de Hades con un fuerte golpe.

  Reí con ganas al ver la expresión en el rostro de Will, pero yo le había advertido. Le dije no debía gastarles bromas a los Stoll, que se vengarían de él, pero no me hizo caso.

  Ahora, el hijo Apolo parecía recién salido de una pelea, en la que no había ganado. Su pelo estaba revuelto, sus brazos y piernas cubiertos de arañazos, e incluso tenía la remera algo rasgada.

  Lo sé. Las venganzas de los Stoll podían ser algo peligrosas.

  — ¿Ya puedo decir que te lo dije? — pregunté.

  El chico me miró como diciendo "Adelante, búrlate de mí todo lo que quieras".

  — ¡Te lo dije! — grité.

  — Eres tan infantil — dijo rodando los ojos, y alargando el "tan" de manera exagerada.

  Le saqué la lengua, y él me devolvió el gesto.

  La cabaña de Hades quedó sumida en un completo silencio por un largo rato, y comencé a sentirme incómodo.

  Uno de los problemas con Will era que nos habíamos vuelto muy cercanos en muy poco tiempo, y yo no estaba acostumbrado a ese tipo de confianza, y mucho menos a encariñarme con las personas tan rápidamente.

  El otro problema venía de la mano del anterior. Con el paso de los días, me dí cuenta de que lo que yo sentía. No lo veía como un simple amigo, era algo más. 

  — Nico — dijo el rubio, chasqueando sus dedos justo enfrente de mis ojos —. ¿Estás ahí?

  — ¿Eh? Sí, claro que estoy aquí, solo estoy... Pensando — respondí.

  El semidiós me sonrió con ternura, pero luego comenzó a acercarse a mí peligrosamente.

  — Prométeme que no me odiarás por ésto — susurró.

  En un parpadeo, nuestros labios estaban juntos. 

  Pasada la sorpresa inicial, comencé a seguirle el beso. Mis labios inexpertos no lograban alcanzar el ritmo de los de Will.

  Pero se sentía tan bien.

  Sentí los brazos de Will rodear mi cintura, e inconscientemente yo había llevado los míos hasta su cuello.

  Él era más alto que yo, y debía agacharse un poco para besarme.

  Luego me di cuenta de lo que estaba haciendo.

  — No puedo — dije, rompiendo la magia del momento abruptamente. Mi corazón latía demasiado rápido, y mi respiración estaba agitada. 

  — ¿Por qué? — suspiró el rubio. Pude ver un rastro de decepción en sus ojos.

  — No lo sé. Simplemente no puedo.

  — Sí, si que puedes, Nico. El amor no está prohibido para nadie.

  Recordé como cada cosa a la que había amado se había ido de mi lado, y yo no había hecho nada para evitarlo.

  — No — insistí, negando con la cabeza —. No puedo. No puedo perderte. Las personas que más he amado se han ido. No puedo darme el lujo de amarte. No si eso implica perderte.

  — Nico...

  — No, Will. No.

  El chico volvió a acercarse a mí. Me tomó por los hombros y volvió a besarme. Me separé de él rápidamente.

  — ¿No lo entiendes, Will? No quiero perderte.

  — Dioses, Nico — exclamó, aunque había una leve sonrisa en su rostro —. No me perderás.

  — No puedes saberlo.

  — Es un presentimiento — dijo, volviendo a acercarse, tomándome por los hombros —. Déjame iluminar tu mundo.

  — Oscureceré tu vida.

  Will me dedicó otra sonrisa.

  — Los opuestos se atraen, Nico. Irónicamente, somos luz y oscuridad. Estamos hechos para estar juntos.

  Volvió a besarme.

  Esa vez no lo aparté. Nunca más lo hice.