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Happy New Year! - Percabeth/Jiper/Frazel/Caleo

Escrito por: ClaruPolo01 y MyDarkRomance

Happy New Year! (¡Feliz año nuevo!) - Percabeth/Jiper/Frazel/Caleo

Narra en 3° persona

  Percy miraba a sus dos hijos jugar en los columpios de la plaza con una sonrisa en el rostro. Luke y Zoë ya tenían siete años, y Percy solo quería congelar el tiempo y que no crecieran más.

  El niño miró a su padre con la mirada divertida.

  — ¡Papá! — exclamó —. ¡Ven con nosotros!

  Percy sonrió y corrió hacia sus hijos, los tomó a ambos en sus brazos y los hizo dar vueltas en el aire.

  — ¡Ahí viene! — exclamó el hijo de Poseidón de repente, con una sonrisa pícara mirando a sus hijos.

  — ¡No! — exclamó Zoë, previendo lo que estaba a punto de suceder.

  — ¿Quién viene? — dijo Luke, con inocencia.

  — ¡El monstruo de las cosquillas! — exclamó Percy, para luego comenzar a hacerle cosquillas a los dos niños. Terminaron sobre el suelo, mojados y cubiertos de nieve, riendo a carcajadas.

  — ¡Percy! — exclamó una frustrada Annabeth, que llegaba con cuatro pretzels en la mano.

  — Lo siento — le sonrió su esposo, poniéndose de pie y sacudiéndose la nieve.

  Los dos niños se abalanzaron sobre su madre y la comida que traía. Se sentaron en un banco y comenzaron a comer.

  Percy se acercó a su esposa y le quitó uno de los dos restantes pretzels.

  — Te dije que no debían ensuciarse — le reprochó la rubia.

  — Dioses, Annabeth. Son niños.

  — Sí, pero en unas horas iremos a la casa de Piper, y yo ya los había obligado a... — Percy calló a su esposa con un beso. Annabeth, aunque trató de evitarlo, sonrió ante el gesto.

  Muchas parejas, despues de tener hijos, se distancian y se dedican más a su familia que a su relación. Percy y Annabeth no eran así. Su relación todavía era apasionada y emocionante.

  — ¡Ew! — exclamó Zoë, escandalizada.

  — ¡Dejen de hacer bebés! — agregó Luke tapándose sus ojos. Ambos padres se separaron y miraron a sus hijos sorprendidos.

  — ¿Quién les dijo eso? — dijo Annabeth, intentando contenerse.

  — El tío Leo. Dijo que ustedes estaban "haciendo bebés" en navidad. ¿No lo escucharon?

  — Les he dicho mil veces que a Leo no deben escucharlo — dijo Annabeth mientras negaba con la cabeza. Percy estaba solo intentaba en vano contener su risa.

  La familia Jackson-Chase volvió a su departamento. Cuando se hicieron las nueve y media de la noche, se dirigieron a la casa de sus amigos, la familia Grace-McLean

  Era víspera de año nuevo y como siempre, los siete la pasarían en la casa de los Grace con sus hijos: Percy y Annabeth con Luke y Zoë, Piper y Jason con Sophie (7), Frank y Hazel con Sammy (5) y Emily (3), y Leo y Calypso con su recién nacida Emma.

  — ¡Todos a cenar! — exclamó Piper. Todos obedecieron, y no por los poderes de Piper, sino porque su comida era simplemente excelente.

  La cena transcurrió tranquila, entre carcajadas de niños y conversaciones "serias" de adultos.

  Fue una noche muy divertida.

  Cuando terminaron de comer, los niños se fueron a jugar afuera (menos Emma, obviamente, que dormía tranquilamente en los brazos de su madre). Piper y Jason sorpendieron a todos al anunciar que esperaban un nuevo bebé.

  — Hablando de bebés — soltó Annabeth de repente, girando su mirada hacia Leo —. Valdez, más te vale que no vuelvas a nombrar ese tema frente a mis hijos, ¿me oíste?

  Leo soltó una carcajada.

  — ¡Sí, su capitán! — exclamó, haciendo un saludo al estilo militar.

  Por enésima vez esa noche, la mesa estalló en carcajadas.

  Minutos antes de las doce, las cuatro familias salieron al jardín a esperar que llegara el nuevo año.

  Percy miró de reojo a Annabeth, que admiraba las estrellas. Sus ojos brillaban de felicidad.

  Los niños salieron al jardín.

  — ¡Tío Leo! — exclamó Luke —. ¿Cuándo vienen los fuegos artificiales de los que nos hablaste?

  Automáticamente, la cabeza del resto de los adultos presentes se giraron hacia el hijo de Hefesto (menos la de cierto hijo de Júpiter).

  — No sean aguafiestas.

  — Yo no me quejé — dijo el hijo de Poseidon.

  — ¡Percy! — lo regañó su esposa.

  — ¿Qué? — la miró confundido.

  — Nada de fuegos artificiales — dijo Piper.

  — ¡Oh, vamos! — se quejaron Leo y Jason al mismo tiempo.

  — ¿Tú lo apoyas? — se quejó la esposa del segundo.

  — Yo los compré... — dijo tímidamente el rubio.

  — ¡Jason!

  — Yo opino que votemos — sugirió Hazel, que en ocasiones como esta, siempre era la voz de la justicia. Todos asintieron —. ¿Quién quiere fuegos artificiales?

  Todos los presentes menos Annabeth y Piper levantaron la mano. Los niños chillaron emocionados.

  — Son dos contra todos los otros — dijo Leo sonriendo victorioso, mirando a Annabeth y a Piper.

  — Cierra la boca, Valdez — dijo Piper usando su poder de hija de Afrodita. El morocho se calló de inmediato.

  — Bueno —dijo Frank —. Vamos a explotar esos fuegos artificiales.

  Se hicieron las doce y el cielo se bañó en luces de distintos colores, que los niños miraban asombrados.

  — Feliz año nuevo — se dijeron las parejas para luego darse un tierno beso.

  — ¡Ew! — dijeron todos sus hijos.

  — ¡Dejen de hacer bebés! — exclamó Sophie.

  Leo se puso rojo. Nuevamente todas las caras de los adultos se giraron hacia él.

  — ¡Valdez! — exclamaron, pero una vez más, estallaron en risas.