Higher, daddy, higher! - Jiper

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Escrito por: ClaruPolo01

Higher, daddy, higher! (¡Más alto, papi, más alto!) - Jasper

Narra Jason

  Estaba en el jardín de mi casa en Nueva Roma, con mi pequeña hija Sophie y mi esposa Piper.

  Piper y yo habíamos comprado unos columpios para el cuarto cumpleaños de nuestra pequeña. La niña estaba muy emocionada, pero todavía tenía que armarlos.

  — Pipes — dije —, ¿me pasas la caja con las herramientas?

  — Claro, cariño — me respondió —. Voy a buscarla — siguió dándose la vuelta.

  — Papi — dijo mi hija.

  — ¿Qué sucede, princesa?

  — ¿Dónde están los columpios?

  — Tengo que armarlos — le expliqué —. ¿Vas a ayudarme, verdad?

  — ¡Sí! — dijo mi pequeña emocionada.

  En eso, Piper regresó con mis herramientas.

  — Gracias — dije, dándole un tierno beso en los labios.

  — De nada — me respondió sonriendo.

  — ¡Ew! ¡Qué asco! — dijo mi hija, mientras se tapaba con sus manitas los ojos. Mi esposa y yo reímos.

  Abrí la caja donde venían los columpios y busqué las instrucciones.

  Luego de leerlas, comencé a sacar las piezas y las fui separando.

  — De esta forma es más rápido — dijo Sophie, a la que no había visto venir, dando vuelta la caja sobre el césped.

  Piper reía detrás de mí. Me giré hacia ella.

  — ¿Tú le dijiste que lo hiciera?

  — Eres demasiado perfeccionista — me dijo.

  — ¡Pipes!

  — Vamos. Ya sabes que no se te da muy bien la carpintería, pero eres demasiado terco como para pedirle ayuda a Leo.

  — Soy mucho mejor que Leo y puedo hacer esto solo.

  — Claro que sí, hijo de Hefesto — dijo Piper sarcástica, alejándose y entrando en la casa.

  — ¡Que si lo soy!

  — ¡Papi! ¡Los columpios! — me reclamó mi hija.

  — Sí, sí. Empecemos.

  Sophie sacó un martillo de mi caja de herramientas.

  — ¡Sophia Thalia Grace! ¡Deja eso!

  — ¿Por qué?

  — Puedes lastimarte.

  — ¿Y entonces cómo te ayudo?

  — Me vas a ir pasando las piezas.

  Lentamente, fuimos armando los columpios.

  — ¿Marrones? — me preguntó Sophie cuando terminamos de armarlos.

  — ¿Qué tiene?

  — No me gusta.

  — ¿Y de qué color los quieres? — pregunté, aunque conocía la respuesta.

  — ¡Verdes!

  — Espérame aquí.

  Fui hasta el hasta la habitación de mi hija, donde nos habían sobrado unas latas de pintura verde de cuando Leo pintó su habitación. Luego, fui hasta la cocina donde tenía dos brochas de pintar.

  Salí al jardín y le pasé a mi pequeña una de las brochas.

  — No uses mucha pintura — le dije. Obviamente, no me hizo caso, y cuando terminamos, ella estaba más pintada que los columpios.

  — ¿Ya me puedo subir? — dijo con los ojos llenos de ilusión.

  — Todavía no. Tienes que esperar que se seque la pintura. Mientras tanto, ven, que tenemos que bañarte.

  Cuando terminé de bañarla, salimos al jardín, donde la pintura de los columpios ya estaba seca.

  — Ya puedes subirte.

  Sophie corrió hacia los columpios y sentó en uno de ellos. Se quedó quieta.

  — ¿Por qué no se mueve? — me dijo.

  No pude evitar reírme.

  — Alguien tiene que empujarte — le dije.

  — ¿Y qué estás esperando?

  — ¿La palabra mágica?

  — Por favor.

  — ¡Pipes! — exclamé, mientras comenzaba a empujar a mi pequeña —. ¡Trae la cámara de fotos!

  — ¿Ya terminaron? — gritó desde la cocina.

  — Sí.

  — Ya voy.

  Mi esposa salió al jardín con la cámara de fotos encendida. Comencé a empujar a mi niña, mientras ella reía.

  — ¡Más alto, papi, más alto!

  Usé mis poderes para controlar el viento, y así la hice subir bien alto.

One Shots - Ships PJO & HOO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora