Cuando era niño no muchos querían acercarse a él, no solo porque su madre lo aislaba de los demás sino, porque en esta sociedad ser omega era igual a ser nada, pero Izuku no creía en ello, no, él sabio que tenía un valor más allá de su casta, él era una persona con sentimientos y deseos como los demás, por eso sabía que solo era cuestión de tiempo para demostrar a todos que Izuku Midoriya era tan valioso e importante como todos.Claro que sí, eso era lo que él pensaba, que equivocado estaba, ¿él tener un valor? ¿él ser algo en esta vida? Puras idioteces, ahora lo sabe bien, lo aprendió a las malas, pero ya lo aprendió, como prueba de ello esta su cuerpo y solo para asegurar la marca aun roja en cuello se lo recordara hasta el día de su muerte.
No sabía que día o qué hora era, pero realmente era lo que menos le importaba, tampoco el dolor en su cuerpo, solo quería sacar esa rabia acumulada en su cuerpo, desatar el nudo grueso que sentía en su garganta, solo quería de alguna manera deshacer ese mar de sentimientos acumulados en su frágil cuerpo.
Nuevamente estaba en esa casa, solo, pero él sentía que había cientos de ojos mirándolo, viendo cada movimiento suyo, se sentía expuesto, vulnerable a todo.
Cayo en cuanta que tenía miedo, miedo a todo y a todos, y sabia el porqué, la marca en su cuello lo hacía estar así, él sabía que un omega recién marcado necesita de estar cerca de su alfa todo el tiempo al menos durante las primeras dos semanas, pero como él había negado así que las primeras semanas estaba reacio a estar cerca del alfa que lo mordió.
Ahora, un tiempo después, cuando ya el cuerpo le gano a su mente y había aceptado la marca, los efectos secundarios aparecieron siendo cien veces más potentes de lo normal.
Bakugo no estaba en casa, un día después de traerlo del hospital se fue y hasta de día de hoy no había regresado, por lo cual Izuku para sentir el aroma del otro entro en la habitación del rubio, y no había salido desde entonces, pero el olor del alfa era apenas perceptible, no le ayudaba mucho.
Actualmente sentía que respirar era una hazaña imposible, dolía hasta el simple hecho de pestañar, su mirada perdida se posó vagamente en unas tijeras encima de un mueble, jamás en toda su vida la idea de cortar sus muñecas había sido tan tentador, a tal punto que parecía que sería la solución a todos sus problemas, si, la imagen de la sangre fluyendo lentamente de su cuerpo se veía espectacular y reconfortante.
Se levantó de la cama con un esfuerzo sobre humano, camino un paso en dirección del objeto, lo tomo en las manos y cayó al piso, lagrimas salían de sus verdes ojos, pero esta vez no eran de tristeza ni felicidad, más bien de un alivio en su corazón, como si una carga se fuera lentamente de sus hombros.
Cuando la punta filazo atravesó un poco de la carne delicada dejando salir una fina línea carmesí en la piel blanca, un golpe sordo hizo que la tijera cayera al suelo provocando un estruendo repetido en toda la habitación.
La mirada verde se alzó en lo alto, fijando su vista en la persona que había evitado aliviar su dolor, su cuerpo se estremeció, la otra persona lo miraba con rabia en sus ojos, aunque su cuerpo quería correr a los brazos de la otra persona, su raciocinio le decía que corriera lejos.
Bakugo había vuelto, tomo la muñeca herida del peliverde lo jalo con fuerza y lo llevo al baño, lo sentó encina del retrete y saco una caja blanca con una cruz roja, saco algunas cosas y empezó a limpiar la herida.
Izuku miraba como el otro limpia delicadamente su herida, pero solo podía ver que esta persona una vez más arruinaba sus míseros intentos de escapar de este dolor, bueno después de todo el cenizo podía hacer lo que le dé la gana con él.
-eres un idiota- había ira en los ojos rojos - ¿tratas de escapar de mí? Con que derecho lo haces, eres mío, morirás cuando a mí se me dé la gana –
Durante los siguientes días Bakugo había establecido una rutina, siempre se iba a trabajar a 7am y volvía 9pm, Izuku no podía salir de casa, y solo para asegurarse cerraba la casa con llave, las comidas eran preparadas por el peliverde, siempre debería estar listas antes de que el cenizo llegue o despierte en las mañanas, al principio fue difícil, el peliverde no era bueno en la cocina y gracias a esto se había ganados un par de golpes, así que aprendió a las malas a preparas las cosas como al alfa le gustaban.
Pero según el peliverde esa no era la peor parte, de hecho, era aceptable, lo peor era lo que ocurría en la noche, desde ese intento fallido, todas las noches debía servir a su esposo, complacerlo en todo, eso era lo que más detestaba, era doloroso, lo odia, pero no podía hacer nada, solo deseaba que esto acabara pronto.
Pasaron meses, aunque para Izuku parecieron años, durante los últimos días Bakugo se había vuelto mucho mas violento, Izuku descocía la razón del porque, y esta mañana no era la excepción, el cenizo le había dado una paliza antes de irse a trabajar solo porque el café estaba un poco caliente, ahora estaba en el piso, no tenia ganas de levantarse, solo quería quedarse ahí un rato más y en algún momento sus ojos se habían cerrado.
Despertó por la agitación de su cuerpo, al abrir los ojos se encontró con los ojos bicolor de su hermano.
-Todoroki – el peliverde trato de levantarse, pero el otro lo impidió.
- no te muevas, te puedes lastimar más – lo llevo al sofá y lo recostó ahí – déjame curar tus heridas –
Cuando todas heridas fueron tratadas fue cuando por fin Izuku reacciono - ¿CÓMO ENTRASTE AQUÍ? DEBES IRTE YA, SI ÉL TE VE TE MATARA – el peliverde de pronto se alteró y trato de sacar al otro, y el bicolor lo vio lo ojos llenos de miedo y desesperación, y eso fue como una daga directo en su corazón.
Alguien volvió de entre los muertos
JajajajajajaSorry por desaparecer.... 😅
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LA BELLA Y LA BESTIA (Katsudeku)
FanfictionHistoria inspirada en la canción de la bella y la bestia - Porta Izuku de 15 años omega es forzado a casarse con Katsuki de 23 años alfa quien se oponía al matrimonio por que él amaba a otra persona pero lo separaron para casarse con un omega que n...