Tercer capítulo

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— Su voz se convirtió en un sonido familiar

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— Su voz se convirtió en un sonido familiar

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Evangeline se estaba quedando dormida. Ella y SeokJin había decidido ver una película, pero esta había resultado ser tan aburrida que Evie comenzaba a cerrar los ojos. Podría dormirse allí mismo. Con SeokJin abrazándola y ella apoyada en su pecho.

Después de confesar sus sentimientos ambos habían encontrado más momentos para verse. Eran un poco más cariñosos de lo normal, se abrazaban más, a veces se tomaban las manos cuando salían a caminar juntos por la noche e incluso algún que otro beso en la mejilla. Pero aún no habían puesto ninguna etiqueta a su relación, ambos querían hacerlo, formalizar su relación, algunos pensarían que era algo apresurado pues habían pasado dos meses desde el día en que compartieron su primer beso, pero en realidad no importaba, cada uno avanza a su manera.

— Ev — la llamó el chico cuando la miro y se dio cuenta de que estaba durmiéndose —, Evie — le susurró dulcemente mientras acariciaba su brazo —. Estás cansada ¿Cierto? Tienes que dormir. — SeokJin tomó el control remoto de la televisión y bajo el volumen.

Evangeline se abrazó más a él, no quería levantarse, si lo hacía eso significaría que SeokJin tendría que irse.

— No, aquí estoy bien, termina de ver la película — su voz sonaba extraña gracias a que su mejilla estaba aplastada contra SeokJin.

— Ev, bonita, te estás quedando dormida ¿Por qué no vas a la cama? — Evangeline negó con su cabeza suavemente.

— No quiero — miro la televisión, los personajes principales hablando sobre algo que no le importaba.

— ¿Por qué no quieres? — la más pequeña no dijo nada por unos segundos. Evie levantó su cabeza para mirar a SeokJin.

— Vas a tener que irte. No quiero que te vayas — SeokJin le sonrío y dejo un pequeño beso en sus labios.

— Nos vamos a ver mañana Ev, de hecho — comenzó con esa voz que usaba cada que iba a proponerle algo —, tienes que descansar muy bien porque saliendo de la universidad voy a llevarte a un lugar que te va a gustar mucho. — utilizó un tono de voz que Evie había escuchado cuando conoció al hermano pequeño de SeokJin.

— SeokJin no me sobornes, no voy a caer esta vez — porque si, ya había pasado una escena parecida entre ellos hacía unas dos semanas. —. Y no utilices ese tono de voz conmigo, no soy una niña — lo miro con los ojos entrecerrados, viéndose demasiado tierna a los ojos de SeokJin.

Evangeline tenía esa extraña costumbre de comportarse como una niña cuando tenía sueño.

— No es un soborno Ev, iba a decírtelo cuando me fuera. Quiero que me acompañes mañana a un lugar. Es importante así que no puedes negarte — la rubiecita asintió lentamente. SeokJin alejo a Evangeline y se levantó del sillón —. Ven, te llevare a la cama — la chica tomo su mano y él le ayudo a levantarse del sofá.

La guio hasta su habitación y la ayudó a recostarse, arropándola como a un niño. Evie lo miraba atentamente.

— No voy a poder dormir si te vas — dijo ella tratando de que se quedara por más tiempo.

— Entonces te acompañare hasta que te duermas.

Evangeline sonrío al lograr su cometido. Sabía que SeokJin se iría nada más se quedar dormida porque siempre lo hacía, pero aun así le gustaba cerrar los ojos y que su última visión fuera el.

El pelinegro se acostó a un lado de ella, sobre el cobertor, llevo una mano a su rubio cabello y comenzó a acariciarla.

— ¿Puedes cantar? Me gusta tu voz, es muy bonita — halago la chica haciendo que SeokJin se pusiera tímido.

Asintió sacando otra sonrisa del rostro de Evie.

SeokJin comenzó a cantar suavemente. La letra de la canción haciendo eco en la cabeza de Evangeline.

En tu día a día, yo estoy ahí y en mi día a día, tú estás ahí. Cuando la Luna se oculte y salga el Sol, tú que siempre has estado conmigo, ¿ya no estarás ahí?

— ¿SeokJin? — preguntó la rubia con voz somnolienta, deteniéndolo.

— ¿Sí? — habló indicando que le prestaba atención.

— ¿Dónde escuchaste esa canción? Suena muy triste — hizo un ligero puchero con los labios. Sus ojos aún cerrados.

— Oh... la hice con mi madre, ella ama la música y amaba escucharme cantar, yo ayude un poco con la letra — explico aun acariciando el cabello de la chica.

— La letra triste... pero muy bonita — termino por decir acurrucándose contra él.

— Gracias linda, significa mucho que lo digas — y es que nunca nadie había escuchado esa canción además de él y su madre. Era una canción muy importante para SeokJin, lo hacía viajar en los recuerdos, apretando su corazón y rompiéndolo en mil pedazos como si fuera la primera vez.

SeokJin alejó sus pensamientos y le sonrió a Evie a pesar de que esta no lo veía. Se sentía tan feliz teniéndola a su lado, hacía mucho no se sentía feliz. Evangeline le había dado a su vida ese cambio de rutina que necesitaba, por más que sonara cliché. Y el en serio esperaba que esa felicidad nunca se acabase.

Jin comenzó a cantar de nuevo, esperando pacientemente a que Evie se durmiera, lo cual no tardó demasiado.

Al verla descansar en paz se levantó de la cama cuidadosamente y tomó su abrigo, se acercó de nuevo a la cama solo para darle un beso en la frente a Evangeline antes de salir de la casa de la chica.

Llegar tarde a casa nunca le causo problemas, pero esa noche fue la excepción.

𝖶𝗂𝗅𝖽𝖾𝗌𝗍 𝖣𝗋𝖾𝖺𝗆𝗌 -κ.sj-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora