Las horas parecían eternas para el joven de cabello negro que, con temor a que Taehyung no le dejase entrar a su departamento, se había instalado fuera de su puerta a esperarle tras suplicarle a los guardias de seguridad que le dejaran entrar, que de ser necesario le vigilaran por las cámaras para que estuvieran completamente tranquilos y seguros de que él no era un ladrón, de que simplemente era un chico necesitando hablar con el castaño urgentemente.
En el transcurso de las horas su celular había perdido la batería, ya que, inteligentemente, Jungkook había dedicado su tarde a ver videos random en internet. Juraba incluso haber visto alguno de cómo hacer pan y otras delicias horneadas a pesar de que él era un asco en la cocina, pero debía admitir que el proceso lucía fácil.
Se encontraba pensando en lo hambriento que estaba, aunque era de esperarse, había pasado más de cuatro horas en el piso y su trasero dolía de tanto estar sentado.
Al ver a Taehyung llegar, se levantó de un salto y este, una vez también le visualizó, suspiró.
—Realmente estás desesperado, ¿no? —Cuestionó el mayor mientras sacaba sus llaves y abría la puerta que daba hacia el interior de su departamento—. Dejé la libreta en el trabajo, fue inútil que vinieras.
—Aún podemos hablar. —Murmuró Jungkook, decepcionado.
—Es broma, gguk, lo tengo en mi maletín. Pasa, adelante. —Sonrió bobamente mientras dejaba ingresar al menor en su morada. Prontamente su sonrisa desapareció y su semblante demostraba un ceño fruncido, el estómago de Jungkook estaba rugiendo como si se tratase de un león o un oso que llevaba días sin comer—. ¿Cuánto llevabas esperando por mi?
—¿Gguk? —Preguntó el pelinegro sin poder evitar sentir que una sonrisa se apoderaba de sus labios. Negó para quitar cualquier tipo de pensamiento romántico y decidió contestar a la pregunta—. Creo que cuatro horas al menos.
—¿Con el frío? Dios, estás loco. —Cerró la puerta detrás suyo y se abalanzó a tomar la mano del pelinegro, estaba completamente helado—. Te traeré un té, ¿o café?, supongo que quieres algo de comer también, ¿estarían bien unas galletas con chispas de chocolate mientras hablamos? Luego puedes quedarte a cenar, si quieres. —Murmuró lo último, avergonzado, mientras se deshacía de su abrigo y dejaba el maletín sobre uno de los sofás al adentrarse un poco más en el departamento. El menor asintió.
—Un café estaría bien para mi, y sí, galletas por favor, esas son mis favoritas. —Asintió, intentando esconderse en su suéter al comenzar a entrar en calor. Taehyung se sintió cálido tras escucharle.
Él no era demasiado de comer galletas, simplemente solía preferir cosas saladas o dulces más elaborados, pero desde un sueño en donde horneaba galletas y Jungkook las comía casi con desespero, diciendo que estaban sabrosas mientras que algunas migajas se pegaban a la comisura de sus labios y otras ensuciaban su ropa, había comenzado a hornearlas.
A pesar de que hacía algo relacionado al pelinegro mientras intentaba olvidarle, funcionaba como una distracción.
Prontamente volvió desde la cocina con una bandeja, pero la impaciencia del menor había sido demasiado grande y ahora yacía leyendo entre las páginas de aquella libreta negra. Taehyung suspiró dejando la bandeja sobre la pequeña mesa de la sala de estar, causando algo de ruido para hacerse notar.
Jungkook alzó la vista como un pequeño conejo asustado.
—Quería que habláramos un poco antes de enseñarte, pero ya que estás leyendo, comencemos.
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dreams 彡☆ ; taegguk
Fanfiction❝ de todas las cosas que he visto, tú eres la más recurrente en mis sueños. ❞ donde taehyung puede ver a jungkook en sus sueños, pero está seguro de que nunca se han encontrado en la vida real. •ganadora de los Moonie Awards 2021 en la categoría rom...