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Taehyng soltó un suspiro más, parecían interminables aquellas aspiraciones fuertes y prolongadas seguidas de una profunda espiración, pero a Jungkook no parecía importarle, de hecho, ni siquiera parecía notarlo. El castaño tomó asiento frente al menor, acomodándose en el sofá mientras lo observaba con atención, siguiendo cada pequeño movimiento adverso con la mirada, impaciente y ansioso.

Había decidido no quitarle aquella negra libreta que ocultaba sus más íntimos sueños al desconocido que ahora invadía su casa, después de todo, se la entregaría una vez hubieran terminado de conversar, así que no lograba nada con arrebatarla de sus manos, el menor ya estaba demasiado sumido dentro de las blancas páginas manchadas con tinta y la escritura cursiva del castaño, en cada palabra el menor se encontraba más adentrado en la lectura, como si estuviese leyendo su libro favorito.

Jungkook parecía completamente perdido entre las letras y se sentía mareado. Al no saber si era por fatiga o gracias a los escritos del mayor, tomó una de las galletas con chipas de chocolate que el mayor se había encargado de poner en la pequeña mesa de centro y comenzó a comer, comprobando así que aquel mareo y sentir en la boca de su estómago no eran más que nervios. Nervios de por fin haber encontrado las respuestas que anhelaba, pero se mantuvo comiendo, intentando no demostrar su sentir, además, estaba hambriento y las galletas realmente estaban deliciosas, pero a pesar de que lucían caseras, prefirió no preguntar. Habían temas más importantes que tratar que no eran acerca del talento de Taehyung en la cocina.

Se detuvo tras leer la última página y no siguió hojeando aquel diario en caso de que hubieran más pistas que le ayudasen a comprender, estaba mentalmente exhausto. Le dedicó una mirada desconcertada al castaño mientras le devolvía aquel objeto, Kim lo tomó con un leve dejo de esperanza.

—Te creo. —Fue lo único que salió de los labios del más pequeño, quien pasó saliva antes de seguir comiendo de sus galletas en silencio, bebiendo algunos sorbos de café entre mordiscos.

Taehyung debió tomarse un momento para procesar las palabras que escaparon de los rojizos labios ajenos, pero finalmente, asintió un poco, el nerviosismo y la emoción apoderándose de su cerebro y sin poder pensar de manera racional, habló. 

—Te amo.

dreams 彡☆ ; taegguk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora