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Desde aquella confesión el ambiente se había tensado, todo lo contrario a lo que debía suceder cuando dos enamorados que recién descubrían que el sentimiento era recíproco estaban frente a frente.

—¿Te... te quedas a cenar? —Cuestionó Taehyung señalando la cocina con ambos pulgares antes de rascar su nuca con algo de nerviosismo—. Ya basta, esto es incómodo, quizás deberíamos besarnos para romper la tensión.

—¿Tu mejor idea es besarnos y no beber o ir a cocinar? —Jungkook alzó una ceja, comenzando a acercarse al mayor, quien retrocedió hasta quedar recostado en el sofá, a lo que el pelinegro se le puso encima, arrinconándole con ambos brazos, inclinándose—. Deberíamos preparar la cena, bonito. —Y tan pronto como se le abalanzó encima, se alejó.

Taehyung sentía el corazón en la garganta y cuando Jungkook se alejó, comenzó a darle algunos manotazos.

—Maldito infeliz, en verdad pensé que estaba pasando y que este era un momento mágico que le contaría a nuestros hijos. —Pronunció mientras permanecía dando algunos manotazos leves en el hombro de Jungkook hasta que apoyó su frente contra el área que había estado golpeando, suspirando.

Jungkook que desde apartarse de Tae se encontraba riendo, cesó sus carcajadas al escuchar la última frase dicha por el castaño, resonando en su mente las palabras "nuestros hijos"

—¿Ya planeas tener pequeños conmigo?, Taehyung, ni siquiera nos hemos besado una vez y ya planeaste nuestro futuro, ¿pensaste siquiera en quién se la mete a quién? seguro tienes todas esas cosas anotadas en una libreta secreta. —Bromeó Jungkook, acariciando el cabello de aquel desconocido que de alguna forma se sentía tan cercano y familiar.

Los corazones de ambos se sentían cálidos y alegres en la presencia del otro. Taehyung subió la mirada, a tan solo centímetros del rostro adverso.

—Si en verdad somos almas gemelas, supongo que haremos todo juntos, y quiero hijos. Una niña y un niño, aunque si son dos niños o dos niñas o quizás más no me quejar- —Fue interrumpido por Jungkook, quien ahora había acortado la distancia entre ambos rostros y le había callado al posar sus cerezos en contra de los impropios a ojos cerrados, siendo suave y delicado.

Los ojos de Taehyung se cerraron mientras su cuerpo parecía derretirse ante la sensación y, con un poco de torpeza inicial, siguió aquel sutil beso que aparentaba durar una eternidad, sólo ellos existían en aquel mágico momento.

Para ambos era igual, nunca habían experimentado una sensación tan intensa como aquella, nunca un beso se había sentido tan bien.

dreams 彡☆ ; taegguk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora