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Mierda, mierda, ¿ Como había podido olvidar ponerse una jodida alarma? Ahora tenía dos opciones, bajar a recibir al chico con el pelo hecho un asco, en pijama de avestruces y oliendo a mierda de mamut extinguido o vestirse en menos de un minuto.

A la mierda, a vestirse.

Se levanto de la cama como si su vida dependiera de ello aunque, lo cierto es que por lo menos su dignidad si lo hacía. Se quitó la parte de arriba de su pijama para colocarse en su lugar una camiseta negra de tirantes y que mostraba su clavícula, se puso unos pantalones skinny jeans dando saltos y rezando por no caerse y partirse un diente en el intento.

—¡Louis, ven a recibir a nuestro invitado!

Oh joder

—Uhm , ¡Ya voy mamá!

Se quedó frente al espejo, y se acomodó su pelo rápidamente, fue rápido a las escaleras y se quedó mirándolas como si se tratara de la entrada al infierno.

Suspiró y bajó por ellas cuidadosamente.

Mientras iba bajando por ellas, la imagen del chico se iba descubriendo poco a poco frente a él, cada peldaño que bajaba era un nuevo detalle del chico que lograba divisar. Su madre se encontraba al lado de él.

Era un chico alto, con el pelo rizado y corto. En vez de ojos tenía esmeraldas y al verle, un hoyuelo sobresalió en su moflete. Iba vestido con una sudadera negra, unos pantalones grises holgados y llevaba su equipaje colgado de el hombro izquierdo.

Quedaron el uno enfrente del otro, el azul y el verde bailando en un bonito contacto visual, Louis suspiró. Sonrió débilmente, — Soy Louis, Louis Tomlinson—. extendió su mano hacia el ojiverde.

—Harry Styles, encantado—. Harry repitió el proceso y extendió su mano hacía el ojiazul, estrechándola contra la suya y enseñando de nuevo su hoyuelo.

— Bueno chicos, he preparado una comida de bienvenida para Harry ¿Tenéis hambre?— Comentó Jay, ambos chicos se miraron entre si y asintieron.

Mierda, realmente Louis es lindo. Quiero decir, sus ojos son jodidos diamantes, sus labios son finos y bonitos, su mandíbula es simplemente perfecta y su sonrisa transmite paz. Joder su voz es angelical.

Harry se encontraba absorto en sus pensamientos, pero la aguda voz de Louis le sacó del trance.

—¿Te piensas sentar o...?—. Harry sacudió la cabeza y asintió, Louis elevó las cejas y le indicó con la vista donde se debía sentar.

Y eso hizo, se aproximó a su asiento con una ligera sonrisa.

— Bueno Harry, cuéntanos algo de ti— Jay sonreía, emplatando la comida del oji-verde .

—Uhmm, tengo 17 años , voy al mismo curso que Louis según lo que me has contado. Me gustaría estudiar magisterio para ser profesor de niños, realmente me encantan y bueno, me gustan todos...— Se dio cuenta que la penetrante mirada de Louis se clavaba en él y eso le puso nervioso.—...M-me gustan todos los animales y-y cocinar— Bajó la vista, incapaz de mantener contacto visual con Louis.

El ojiazul frunció el ceño sin quitar la vista de Harry, ¿ Se había puesto nervioso? Más bien ¿ Le había puesto nervioso?

—Oh eso esta bien Harry, por ejemplo mi hijo no soporta a los niños—. Jay hizo un puchero y miró a Louis, haciendo que este rodara los ojos con una sonrisa en la boca. La castaña se aproximó a la mesa con los tres platos de comida, colocándolos todos en su respectivo lugar.

—Gracias Jay—. Harry sonrío amable mirando a la mujer y dios, a Louis le estaba empezando a hartar tanta amabilidad.

Realmente Harry parecía un buen chico, no podía negarlo ya qué estaría mintiendo, pero tanta amabilidad le daba arcadas. Ser amable de vez en cuando no esta mal pero es que Harry no había guardado sus formas en el rato que llevaba en su casa y le estaba sacando de quicio.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora