9.</3

10 0 0
                                    

Harry se despertó tras una larga noche en la que solo había logrado dormir un par de horas. Estaba sobrepensando demasiado ya que estaba a escasas horas de ir al Instituto tras el audio y no estaba preparado para ello.

El día anterior no cenó poniendo de excusa que le dolía la tripa, lo cierto es que le dolía ver a Louis. No habló con el desde que llegó y directamente se fue a su habitación, de la cual no salió hasta la mañana siguiente.

Harry se vistió sin ganas, cada vez más cerca de llorar o de tirarse a la cama y hundirse en ella hasta ser un vago recuerdo convertido en polvo, en lo que una vez fue y en lo que alguna vez será.

Louis por otro lado se vestía como quien no quería la cosa, al fin y al cabo no sería a el a quién insultaran por mucha culpa que sintiera.

Harry salió primero del cuarto, cosa que Louis notó por el sonido que hizo la cerradura de su puerta al abrirse y le dió algo de tiempo para no tener que estar muy cerca de él. En lo que ese tiempo pasaba aprovechó para llamar a su novia para quedar a la salida de clases, invitándola a ir a comer juntos, cosa que ella aceptó encantada olvidando por completo los celos anteriores.

Tras eso cogió la mochila roja que usaba para guardar los pesados libros de estudio y bajó las escaleras con ella colgada a un hombro.

Harry estaba en la cocina desayunando, y ni siquiera levantó la mirada al notar la presencia del ojiazul.

Jay se encontraba ya en su trabajo, se habían despertado con la noticia de que la pelinegra no podría llevarlos ese día a clases, cosa que a ambos chicos les pillaba mal ya que sabían que iba a ser algo incómodo viajar en autobús juntos.

Louis se preparó el desayuno, colocando su mesa al lado de la de Harry. Pero tras hacerlo Harry se levantó y se fue hacía el porche, dejando a Louis de nuevo solo pero sin dedicar un maldito segundo a mirarle a la cara.

El ojiazul comenzó a comer, mostrándose indiferente hacia el rizado.

<3

Harry, quien estaba sentado en las frías escaleras de madera del porche de Louis se comía sus cereales con su triste mirada enfocando al suelo. No entendía y nunca llegaría a entender como alguien podría hacer algo así.

Sus ojos aguados resistían las ácidas lagrimas como podían y su boca se esforzaba por comer, aún cuando no tenía apetito alguno.

Su teléfono móvil vibró.

Nini<3

Harreh. 7:47 am

¿Estas bien hoy? 7:47 am
Si la respuesta es NO, no te preocupes. 7:48 am

No dejaré que nadie se meta contigo. 7:48 am

Harry sonrió levemente, hundiendo su hoyuelo en su dulce mejilla y tecleando pesada pero agradecidamente " Gracias, Ni".

Guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón y notó como este se enfrió debido a la baja temperatura del dispositivo que había adquirido al estar fuera de casa.

Reposó el opaco tazón de cereales a medio acabar en la esquina de la escalera que tenía a su derecha, llevó la vista hacía la carretera y suspiró viendo a los coches pasar. La noche anterior trajo consigo lluvia, esa maravillosa lluvia la cual Harry tanto amaba y con ella como invitada, la tierra mojada.

Su aroma entraba por la nariz del rizado, haciendo que este entrara en un estado de paz mental falso. Algo bueno debido a las circunstancias en las que se encontraba en esos momentos, a decir verdad.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora