3x12: ꜱɪʟʟʏ ɢɪʀʟ.

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En mi mente, en mis sueños, había zombies, el diario de Dipper, estaba Giffany y Duro McGolpe como novios, estaba una pandilla de Dipper's e inclusive soñé con el misterio de la mansión Noroeste, pero aquello no me despertó, sino el haber soñado con el reino de las pesadillas.

Yo estaba allí, Bill me presentaba ante sus amigos como su reina, pero a su vez, que era la estúpida humana que creyó en él y eso fue suficiente para mí para despertarme, pero al abrir los ojos me encontré en una habitación fea. Estaba amarrada en una habitación semi oscura con una luz fuerte apuntando a mi rostro, y sólo podía observar a Gideon apuntándome con esa luz.

─Al fin despiertas, chica tonta.

─¿Qué? ─solté aún adormilada, sin comprender.

─¿Eres sorda o qué, chica tonta? ─cuestionó con rabia, inclusive su rostro estaba rojo del coraje impactándome un poco por su actitud.

─¿Quién...? ¿Gideon?

─¿Qué hacías con Bill Cipher? ─inquirió con desesperación.

Me sentía confundida y perdida, aun así, seguí contestando lo que podía, a pesar que aún me sentía dormida.

─Nada, yo...

─No mientas, chica.

─Bill...

─Habla ahora.

─No sé qué decirte...

─Supe que darías problemas desde que te vi trabajando con Linda Susan ─soltó inflando sus cachetes con coraje, cerrando sus puños con fuerza y pegando la mesa con los mismos, tomándome por sorpresa, haciendo que abriera más los ojos por el impacto─. ¿Por qué no te fuiste cuando le dijiste a la policía que lo harías?

─Yo...

─¡La culpa es toda tuya! ─gritó interrumpiéndome, pero no le reclamé, porque sabía que él tenía tanto coraje retenido─. Y en teoría, nadie debía darte empleo para que murieras de hambre.

─¿Qué...? ¿Hiciste un complot en contra mía? ─pregunté molesta, a lo que él rio.

─No lo tomes personal ─respondió tranquilo─. Es mi deber para proteger a Gravity Falls.

─¿Proteger de qué?

─¡De gente idiota como tú! ─gritó furioso, haciéndome enojar a mí también ante mi ofensa.

─¡No soy una idiota!

─Bueno, chica tonta serás...

Ya no quise decir nada y él tampoco. Sólo nos mirábamos entre los dos, desafiándonos, hasta qué él saco un cigarrillo y lo prendió, colocándolo en sus labios y soltando el humo que ingirió hacia mí, con una mirada seria y encantadora. Con ella, carraspeé y desvíe la mirada dispuesta a hablar.

─No sé qué hizo Bill conmigo, pero...

─¿Cómo no vas a saber? ─soltó dejando su cigarrillo a un lado.

─¿Conoces a Bill? ─cuestioné con mis cejas levantadas, observándolo con duda.

─Sí.

─Entonces ya tienes una idea de por qué no sé nada.

Al decir aquello, Gideon bufó y negó con la cabeza molesto, dándole otra calada a su cigarro, disfrutando de este, e ignorándome. Hubo un silencio enorme entre los dos, en donde yo aproveché para llorar un poco y soltar el coraje que sentía y el arrepentimiento, provocando que Gideon me mirara con lástima.

─Chica...

─No lo digas.

─Está bien...

─Anette ─completé por él, para después morder mi lengua. Él ya sabía mi nombre real, no era necesario esto...

─¿Esa es otra de tus mentiras? ─soltó molesto y suspiré, porque sabía que lo haría.

─No te daré el honor.

─Es sólo un nombre, chica tonta.

─Anette ─recalqué, esperando que él entendiera que así quería que me dijeran, pero el peliblanco nunca entendería.

─Ese no es tu nombre real.

─Como quieras... idiota ─respondí, regresándole las ofensas que él me daba.

Pero él sólo se mofó de mí, sin embargo, le resté importancia y bajé mi mirada, viendo mis manos. No sé cuánto tiempo pasó, pero comencé a sentir mis ojos pesados. Poco a poco intenté dormirme, pero ante aquello, sentí el agua helada caer sobre mí y desperté de golpe, asustada.

─¡¿Qué?!

─¡Niña, si morimos será tu culpa! ¿Y con eso en tu cabeza te tomas el tiempo de soñar? ─soltó molesto Gideon. Él aún estaba ahí, dispuesto a torturarme. No me había dejado en paz, y eso me molestaba.

─¡Merezco soñar!

─¡No mereces nada!

─¿Por qué? ─cuestioné alzándome un poco de mi lugar, hasta darme cuenta que todo este tiempo estuve esposada de las manos con la mesa y los pies con el suelo. No me podía escapar y solté más lágrimas del coraje─. ¿Por qué me tratas así? ¿Por qué me tienes aquí?

─¡Despertaste al demonio! ─gritó empujando la mesa hacia mí, pegándome en el estómago, haciendo que me sentara por el dolor mientras soltaba más lágrimas. Y como pude, volví a hablar.

─No es para tanto...

─Claro que lo es.

─Yo no hice... ─alcé la mirada y él sacó un arma, apuntándome con ella en la cabeza.

─Oye, tranquilo...

─Ya no más juegos. Di la verdad ─demandó con autoridad─. Te he dado demasiadas oportunidades, me has mentido sin parar, ni tu nombre real me puedes dar. ¡Reacciona, niña!

─¡Eres una mierda! ─grité eufórica, sabiendo que, sin importar lo que haga, moriré aquí.

─Yo cuidaría las palabras que uso ante el hombre con un arma.

El odio estaba reflejado con mi mirada, él lo notó y lo regreso. Dispuesto a hacer una reta de miradas.

─Te daré hasta tres ─demandó, pero aun así no dejamos de retarnos con la mirada─. Uno...

No podré hacer nada para salvarme. No sabía nada de lo que había pasado durante esta semana, así que era obvio que ya no vería a mamá y papá y no miraría los últimos mensajes que me enviaron.

─Dos...

Cierro los ojos, aceptando mi muerte y tragando duro la saliva contenida en mi garganta.

─Tr...

─Ya no más juegos Gideon. Déjala.

Esa voz.

No la conocía, por eso abrí los ojos de golpe, sin entender, dirigiendo mi mirada en la oscuridad de la habitación en donde sale un hombre mayor, con un abrigo de cuello de tortuga de color blanco, un pantalón de mezclilla negro y botas del mismo color. Tenía el cabello completamente canoso, pero aun así su rostro no tenía arrugas y tenía un toque juvenil junto con un cuerpo un poco trabajado.

Usaba lentes, y tenía una mano más grande lo usual, pero cuando la vi con atención, me di cuenta que había un dedo de más ahí; tenía seis dedos.

Era el autor de los diarios. Stanford Pines.

No te desmayes, Bernadette...

12-16-20   17-9-14-5-20   23-22-5-12-23-5-14.

En un verano de misterios, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

ɢʀᴀᴠɪᴛʏ ꜰᴀʟʟꜱ: ꜱᴛʀᴀɴɢᴇ ᴛᴏᴡɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora