7 | Cuervos Negros

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Mystic Falls

Narrador externo:

La noche había caído sobre el pueblo pero a diferencia de las otras veces. Esta no era una noche estrellada y calurosa , el cielo estaba lleno de nubes anunciando que se aproxima una tormenta y el aire estaba frío y denso.

Ameli Mikaelson estaba durmiendo plácidamente en su habitación , como todas las noches , Stefan dormía en otro cuarto. Hasta que un trueno de afuera hizo que la castaña se despertara de y se sentara de golpe sobre su cama.

Miró a su alrededor con detenimiento , a pesar de que estaba oscuro podía forzar la vista para mirar. Algo que le pareció extraño era que su ventana estaba abierta. Se levantó de la cama y se acercó a paso lento. Sus pies se deslizaban por el piso. Al llegar el viento frío no tardó en golpearla en la cara , junto a él unas cuantas gotas. Estaba lloviendo.

Lo que más la confundía era que ella sí había cerrado la ventana antes de ir a dormir. O eso es lo que ella recordaba. Pero tal vez estaba confundida.

Decidió dejar a un lado su confución y cerró la ventana con seguro y corrió las cortinas. Pero antes de por hacerlo una pluma negra entró siendo arrastrada por la tormenta y aterrizó a un lado de sus pies. La recogió con cuidado y la examino.

Que extraño.

Y sí que lo era. No creía que un pájaro estuviera dispuesto a volar en la lluvia. Ahora sin más retrasos , hizo lo que tenía que hacer desde un principio.

Lo que ella no sabía era que al dejar entrar esa pluma a la cabaña , le permitía acceso a alguien peligroso. La barrera protectora ya no estaba y también la de ocultamiento. Toda la magia que protegía a Ameli ya no estaba. Y eso definitivamente era un problema.

Dejo la pluma sobre su mesa de noche y se dirigió a laca para volver a acostarse pero un sonido fuera de habitación la hizo detener.

- ¿Stefan? - lo llamó pero no hubo respuesta alguna -

- Phesmatos Incendia - susurró y en su mano una llama de fuego apareció. Era pequeña pero era más que suficiente para iluminar el camino -

Salió de la habitación y comenzó a caminar por el largo pasillo de la cabaña. Miraba a su alrededor las sombras tenebrosas que se formaban por la luz. Los fuertes trunos de la tormenta no ayudaban , y la luz de los rayos daba un aspecto aterrador.

Volvió a escuchar ruidos. Como si algo estuviera golpeando constantemente la madera. Caminó y caminó hasta que llegó a la sala. No había nadie. Nada se veía. La luz era muy tenue para distinguir algo.

Cuando se convenció a si misma de que solo era la tormenta , comenzó a encaminarse de regreso a su habitación cuando lo menos esperado pasó.

El ruido de vidrios rompiéndose la hizo sobresaltar y dar la vuelta para encontrarse que tres ventanas rotas y los vidrios hechos pedazos.

Nueva Orleans

Kol Mikaelson vagaba por los pasillos de la mansión. Aburrido , sin saber que hacer. Él se había puesto del lado de sus hermanos y decidió ayudar a acabar con su madre y padre. Por supuesto que Finn no estaba de acuerdo con su decisión , pero no es como si le importara.

El Regreso de Ameli Mikaelson - Petrova [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora