26.

9.6K 748 35
                                    

Este capítulo es 🔥🌡️

Narra Helena

No sé muy bien cómo sentirme en este momento, ahora mismo solo espero que no sea tonto, me siga y suba a mi habitación después de todo el esfuerzo que ha puesto en mi perdón. Solo quiero darle una recompensa...

Bueno también la quiero yo, hace mucho tiempo que no me toca, no besa, no siento su cuerpo sobre el mio. Mi loba hasta lo quiere volver a marcar.

Me he tragado mi orgullo y he decidió darle una oportunidad, si él se equivocó una vez yo también lo hice. Creo que ha aprendido la lección.

Durante dos semanas enteras he estado recibiendo, regalos, sorpresas..
Todos y cada uno de estos quince días en la puerta de mi cuarto encontraba una rosa y una nota con un te amo.

Miro al techo puedo ver cómo brillan las estrellas que pego en el techo de la habitación, nunca pensé que fuera capaz de tener tanta imaginación y ser tan romántico.
Cada sorpresa, cada pequeño detalle, no hicieron más que romper la capa de hielo que se había formado en mi corazón.

Pero que hace? Porqué no viene? Igual no debí ser tan sutil y decirle lo que quería de él? Y si bajo? Y si ahora mi cuerpo no le atrae? Ya terminé la cuarentena, eso no es impedimento? Miles de preguntas atormentan mi mente.

Derrepente a mi ser llega ese aroma a tierra mojada que me hace enloquecer, él está en la puerta, por fin! Se atrevió a venir. Pero los segundos pasan el olor parece alejarse. Me levanto de la cama y corro hacia la puerta, lo veo marcharse pasillo alante. Me armo de valor y lo llamo.

- Chico malo, hace frío? Le digo en un tono sensual.

- Si quieres puedo poner la calefacción, o llevarte unas mantas. Me dice el muy bobo.

- Mira que eres cortito, no me refería a tener frío! Era en sentido figurado. Le digo frustrada. Cómo está vez no haya pillado el contexto me tiró por las escaleras.

Ni siquiera contesta se acerca rápidamente hacia mi, me levanta del suelo y pega sus labios a los míos. Ese beso nos hace enloquecer, pasamos a la habitación pegados, cosas caen a el suelo. Me tira sobre la cama, me observa mientras quita su camisa y deja caer sus pantalones al suelo, dejando a mi vista su cuerpo musculoso, solo tapado por unos boxers negros.

Miro hacía el monitor, no veo nada por un momento quiero chillar, mi bebé no está! Que boba! hoy está en casa de mis suegros. Insistieron tanto en llevarlo que no me pude negar. Solo que tenerlo cerca de Owen me produce escalofríos.

Me vuelvo a centrar en el hombre que me roba los suspiros, no sé en qué momento me ha quitado la ropa, estaba tan enfrascada en mis pensamientos, que me encuentro a dos prendas de la total desnudez.

Lo veo mirando fijo mis pechos y mi vientre, recuerdo que está un poco fofo aún, además varias estrías lo recorren, tapo mi cuerpo con ambos brazos para segundos después tenerlos sobre mi cabeza.

- No te tapes, estás preciosa y esas marquitas solo me demuestran lo valiente que has sido llevando a nuestro bebé.

Voy a responder cuando su boca y su cuerpo están sobre mi, su lengua recorre mi cuello, sus manos se centran en mis pechos, atormentando mis pezones ahora duros y sensibles. Mi espalda se arquea disfrutando de cada sensación, se introduce uno de ellos en su boca ahora la tortura me la ofrece su lengua.

Sus manos bajan hacia mis caderas, me apreta fuerte el trasero, siento más cerca su dura erección. Acaricia mi clítoris, juega con mis pliegues, introduce un dedo y comienza a bombearlo dentro de mi.

Haciendo que un nudo se forme en mi centro para poco después hacerme explotar de placer diciendo su nombre con la voz entrecortada.

Un minuto, uno solo me deja para recuperar el aliento. No puedo abrir los ojos estoy agotada, noto como separa mis piernas y de una sola estocada me llena.

No recordaba está sensación, no se mueve y eso me desespera. Otra vez se está formando ese nudo en mi interior. Estoy muy húmeda, noto la humedad sobre mis muslos.

- Daniel.. Daniel, por favor no pares...

Daniel me sonríe, deja un beso sobre mi boca y comienza a entrar y a salir de mi cuerpo, primero despacio para después comenzar con embestidas más rápidas.

- Daniel, Daniel.. más rápido. Le digo notando como la presión en mi centro se acrecienta.
Sus ojos son dorados y llenos de ardor. Me embiste más rápido para segundos después alcanzar la cima de mi placer, unas embestidas después, el también se libera dentro de mi.

Nos quedamos abrazados unos minutos, todavía unidos y sin ganas de separarnos. Nos seguimos besando, unos besos dulces y llenos de ternura.

Hasta que un pensamiento cruza mi mente:

- Daniel! Otra vez no nos cuidamos. Veo como su rotro palidece.

- Lo siento, no me di cuenta, lo olvide, no creo que por una vez te vuelva a dejar embarazada? La próxima vez tendre cuidado, mañana iré a comprar preservativos. Dice Daniel no muy convencido.

Que verguenza, no necesito que Eva sepa de mi vida sexual, volveré a tomar la píldora, todavía tengo varias cajas y no están caducadas.

Hace un tiempo el ginecólogo me las recetó para controlar mis periodos.

Lentamente se separa de mi, se levanta y se dispone a recoger su ropa. Lo miro extrañada y le digo:

- Quién te dio permiso para abandonar mi cama! Le digo autoritaria.

El se voltea me mira fijamente, sonríe y se acerca un poco más a mi.

- A sus órdenes mi sargento, pero antes de eso necesito ir al baño. Dice dejando un beso sobre mi frente.

Lo veo alejarse, no puedo tener mejores vistas, ese trasero perfecto, esa espalda musculosa...

Estoy pensando que si todas las reconciliaciones son así, tendré que enfadarme muy amenudo.





Quería escribir un poco más, pero mis migrañas no me lo permiten por más tiempo, hoy he estado mejor y cuando me pongo a escribir, se despiertan.😥 Ojalá y mañana pueda escribir un poquito más😘

Acepto tu Rechazo II "Terminada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora