Un año como ningún otro [Severitus]

OO2;; Una carta de Surrey pt.2

Capítulo 2: Una carta de Surrey pt.2

Harry suspiró y empujó su libro de texto de Transformaciones con ambas manos. Podía hacer los hechizos, más o menos, entonces, ¿por qué tenía que aprender tanta maldita teoría? ¿Y de qué le había servido la teoría hasta ahora?

Bueno, su memoria intervino, si hubieras entendido que las varitas gemelas se anulan entre sí, habrías estado mejor preparado para ver a tus padres salir de la varita de Voldemort...

Harry gimió en voz alta y dejó caer la cabeza sobre sus brazos.

—¿Lo leíste, eh? ¿Fue tan malo, después de todo?

Mirando hacia arriba, vio a Ron entrando por el agujero del retrato.—Oh no, no es eso.—Sus labios fruncieron el ceño al pensar en lo cerca que había estado de leer la carta. De hecho, había abierto el estúpido sobre antes de acobardarse y guardar todo en su bolso. Ahora, ¿por qué podía enfrentarse a Voldemort, pero tenía miedo de una pésima y miserable carta? Ron tenía razón: los Dursley realmente no podían lastimarlo, ya no. Ahora no era un niño pequeño, indefenso y sin amigos. Pero aún así, esa carta en su bolso lo estaba poniendo más nervioso que cualquier cosa que pensara que alguna vez había enfrentado.

—Es solo la lectura extra que McGonalgall asignó.—Harry volvió a su línea de pensamiento anterior.—Honestamente, solo tenemos que aprender a hacer las transfiguraciones, ¿no crees? No ser capaces de explicar hasta el último elemento de cada chasquido y movimiento...— Harry miró hacia un lado y ladró preventivamente.—¡No lo digas Hermione!

Cerró la boca, pero sus ojos lo decían por ella.

—¿Qué tal una partida de ajedrez mágico?—Sugirió Ron, dejándose caer en el lado opuesto de la mesa de Harry.—Eso hará que te olvides de las cosas.

Eso fue demasiado para Hermione. —¡No necesita dejar de pensar en las cosas, Ron!—ella reprendió duramente. —Necesita concentrarse en esas cosas. ¿O crees que la prueba de Pociones simplemente desaparecerá? ¿Cuándo has visto a Snape amenazar con una prueba y no dar una? ¡Intenta negarlo!

Prueba de pociones... Eso era correcto, Snape le había prometido una para el viernes. Harry lo había escrito en sus notas... En alguna parte. Buscó en su bolso, volcó libros y todo eso, y finalmente encontró sus notas de pociones... Sí, el viernes, eso fue lo que dijeron. Parecía estar muy lejos el martes, cuando lo había escrito. Martes, el día que recibió esa carta.

No, no pienses en la carta, se regañó a sí mismo. Vas a olvidar que llegó alguna vez, ¿verdad? De hecho, si alguien te pregunta al respecto, vas a mentir, no importa lo que tenga que decir el sombrero seleccionador sobre la honestidad y el valor de Gryffindor... Y si te señalan que el correo de búho nunca se extravía, dirás...

—¿Estás bien, Harry?—Preguntó Ron, con los codos en las rodillas mientras se inclinaba hacia él.

—Solo estaba recordando que me había olvidado por completo del examen de Pociones.—suspiró Harry, recostándose en su silla.—Y ahora es jueves por la noche. Uf. Tal vez podría escabullirme de mis clases matutinas y estudiar. ¿Qué piensas? A Hagrid no le importaría. Bueno, no mucho.

—¡No te vas a estar saltando clases para tener tiempo de estudio!—Hermione estalló.—¡Tienes que organizarte mejor que esto, Harry! Comienza con ese bolso tuyo. Nunca había visto una variedad más desordenada de plumas y textos y hojas de pergamino adicionales. Sinceramente, ¿cómo puedes encontrar algo ahí?

—¿Alguien ha mencionado alguna vez lo irritante que puedes ser?—Harry respondió.

Hermione solo sonrió.—Por eso me amas.