Capitulo IV: Un libro misterioso (I/V)

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Los gritos de mi madre resonaban por los pasillos, esa era mi mayor habilidad: hacerle perder la paciencia y los exquisitos modales a la Reina Luna

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Los gritos de mi madre resonaban por los pasillos, esa era mi mayor habilidad: hacerle perder la paciencia y los exquisitos modales a la Reina Luna.

Después de discutir poco menos de lo que tarda un sexto de vela de Ormondú en consumirse, mi madre se marchó de mi habitación.

Resultado: estaba castigada y permanecería así hasta mi regreso al palacio Adamantino, en cuarto creciente, para lo que faltaba aproximadamente cinco noches. Mi castigo consistía en ordenar los libros del pabellón azul de la biblioteca.

Me daba igual en realidad el castigo. Para mí no era gran cosa estar aislada en la biblioteca, era mejor que estar en presencia de mi madre o de mi prima, por ejemplo.

Esa mañana tomé un desayuno frugal en mi habitación y salí a cumplir mi castigo.

La biblioteca del palacio flotante de Augsvert es una obra de arte magnífica. Se alza en la torre este y tiene una estructura circular en el centro, rodeada de cuatro salas hexagonales las cuales se unen con la sala central por pasillos paralelos entre sí. Estos pasillos se intercomunican por corredores. Cada sala está decorada de un color diferente: Azul, rosa, amarillo y violeta. El centro circular, por su parte, tiene una ambientación blanca. Todas las columnas de la gran biblioteca están hechas de alabastro y decoradas con lapislázuli y gemas acordes al color de la sala y los pasillos. Primorosos frescos y bustos de los primeros reyes y los más destacados miembros del concejo de hechiceros y el ejército augsveriano, adornan los salones.

Un avanzado sistema de ventilación permite que los pergaminos, las tablillas y los libros se preserven sin riesgo a su deterior por el paso del tiempo. En cada sala y pasillo hay dispuestas mesas y sillas para el estudio de los volúmenes.

La biblioteca siempre estaba llena. Augsvert era un reino que se mantenía aislado del exterior por un domo mágico, pero mantenía intercambio comercial activo y frecuente con los otros cuatro reinos, además permitía que de esos reinos sus enviados acudieran a estudiar en nuestra biblioteca, la más grande y completa de todo el continente. Se decía que esta contenía los secretos del saber del mundo, incluso la historia de los dioses se creía estaba representada en los pergaminos que atesoraba la sala amarilla, donde se encontraba todo lo referente a los dioses y la cosmogonía de nuestra existencia.

Subí las escaleras que daban a la biblioteca e ingresé directamente a la sala central circular. Allí estaban la señorita Kayra y el anciano lars Jensen, regente de la biblioteca. Me acerqué a este último y me presenté.

—¡Alteza Soriana, las bendiciones de Lys se derramen sobre vuestra cabeza! —dijo el lars con una reverencia—. Dama Dahlia ha notificado que pasareis por acá algunos días.

Yo esbocé una pequeña sonrisa. Con algo de vergüenza dije:

—Sí, he venido a ayudaros a ordenar algunos libros.

Lars Jensen me miró con benevolencia, internamente agradecí que no mencionara mi castigo.

—Alteza, podéis ir a la sala azul. La señorita Astrid la estará esperando, ella os indicará lo que debéis hacer.

Augsvert II: El exilio de la princesa (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora