Capítulo 3

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Capítulo dedicado a: @AvrilSoloaga

Nos vimos en la obligación de esperar por horas en el techo hasta que se fueran los caminantes. En ese tiempo Sam y yo nos mantuvimos alerta de Natasha en todo momento. No la conocíamos, por lo que no podíamos confíar ni por un momento en ella. Al final después de tantas horas en el techo, con el sol encima nuestro, sufriendo el riesgo de que nos dé insolación, tuvimos que comenzar a bebernos el agua que teníamos, incluso la compartimos con aquella desconocida.

Desde que le había dicho mi amenaza ya hace muchas horas, se había quedado en silencio y había permanecido inmutable, excepto cuando Sam le ofreció una botella de agua, no se había movido casi nada. Aún recordaba su voz ronca y débil agradeciéndole a mi chica por el agua.

Viéndola así, no parecía realmente una amenaza. Pero yo no podía confiarme, porque podía poner en peligro a Sam.

Luego de varias horas, Sam quien permanecía sentada a mi lado, siempre con los ojos fijos en Natasha, me miró con una pregunta en los ojos.

-¿Cuántos años crees que tiene? No parece ser muy mayor a nosotros. - me pregunta con tono casual, sin preocuparse a que la escuche.

Analizo a la chica, tratando de averiguar su edad, pero tiene el rostro lleno de suciedad que no sabría decir cuantos años tiene exactamente.

-Tal vez unos 27 años. - digo en el mismo tono que Sam, pero sin estar seguro.

En eso la mujer nos mira después de largas horas y parece hacerle gracia nuestra conversación.

-Saben que me pueden preguntar ¿No? - dice con diversión. - No me comió la lengua el ratón...

Yo me quedo callado, porque en realidad no me interesa saber nada de ella.

-¿Entonces cuántos años crees tener? - le pregunta Sam.

-Supongo que 25 o 26, ahora no se mide bien los años ¿Cierto?. - dice tratando de sonar alegre. - ¿Puedo hacerles una pregunta?.

Ha dejado de sonreír.

-Escupela. - responde mi esposa, tratando de hecharse viento con mi sombrero.

Me alegro que no lo haya dejado votado en nuestra frenética carrera, pienso, ya que el sombrero de sheriff que perteneció a mí padre, es muy importante para mí.

-¿Por qué no me han matado? - pregunta, y parece sorprendida de que no lo hayamos hecho.

Sam busca mi mano y me da un suave apretón indicándome que hable.

-En realidad, aún no nos has dado motivo para hacerlo. - respondo.

-Otros no esperarían para hacerlo. - dice con voz triste.

Sam se incorpora y va en busca de una de las mochilas. De ella saca tres latas de sopa con tres cucharas.

Ni idea de donde sacó la tercer cuchara, ya que pensé que solo teníamos dos.

-No todos somos iguales. - le responde Sam entregándole una lata de sopa y una cuchara. - Supongo que tu nos matarías de poder ¿No?.

Sam vuelve a mi lado y me pasa una lata abierta de sopa y una cuchara, para luego sentarse a comer a mi lado.

-En realidad, no los mataría sino fuera que me tratasen de matar, y aunque quisiera, no podría. - hay pesar en su voz. - Apenas y sé defenderme de los muertos.

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