Las vivencias que he pasado a lo largo de mi vida, me han preparado para este momento. Mientras mis pasos firmes avanzan en medio del bosque con la vista fija en la luz de las antorchas y fogatas a metros más allá, escuchando la algarabía de voces de distintas personas, con un único objetivo en mente, salvar lo que más me importa. El bosque pareció aguantar la respiración al igual que yo mismo, cuando los primeros pares de ojos se fijaron en mi persona. El arma en la mano duplicó su peso, el cuchillo en mi bota se sintió más notorio y el cuchillo de mango de madera en la cintura, se hizo más pequeño de lo que siempre pensé que era.
No miré hacia más allá de las antorchas, a aquel árbol grueso donde sabía que estaba lo que anhelaba fervientemente.
No detuve mi avance cuando todos me miraron, y el silencio reinó en el aquel lugar. Tampoco me detuvo ni alcé el arma hacia nadie, cuando los primeros cañones de pistolas y rifles me apuntaron.
Sentí la mirada penetrantes de todas esas personas desconocidas, pero no eran nada para mí, porque la única mirada que me importaba, se clavaba en mí con tanta intensidad, que ni siquiera necesité mirarla para saber el miedo que se le reflejaba en el rostro.
Me detuve en el centro de todo, rodeado por antorchas que formaban un círculo, atrás de ellas, hombres y mujeres me amenazaban con armas.
Sabía lo que iban a hacerme, y lo que ellos pensaba que representaba. Para ellos no era más que chico tuerto con deseos suicidadas o demente que aparecía de la nada, que no representaba peligro para ellos.
No, tal vez yo no era peligroso, pero eso era cuando no se metían con lo que yo amaba. Y ellos se habían llevado a Sam. Ahora yo era peligroso, porque no pensaba en la promesa que le había hecho a mi madre, yo no pensaba en nada que no era rescatar a mi esposa y vengarme...si, quería vengarme.
Ellos se habían sentenciado al llevarse a mí esposa, pensaban lastimarla, ni siquiera sabía si ya lo habían hecho, y eso me hacía sentir furioso.
Ahora podía entender a Maggie y a su deseo de vengar la muerte de Glenn sin importa qué.
-Me llamo Carl Grimes. - dije alto y claro, con voz firme, mirando a todos. - Y estoy buscando a Drake.
La conmoción de que supiera el nombre de uno de ellos, de su líder, se reflejó en su rostros por un segundo, antes de mirar hacia un tipo alto y musculoso que llevaba el cabello largo, pañuelo en la cabeza y ropa totalmente negra, no me sorprendió ver una cadena de plata que colgaba de su cuello.
-¿Y para que lo buscas? - Me preguntó señalándome con su arma. - ¿Cómo sabes de Drake?.
Cuestiona con un tono que parace rasposo y aburrido.
-Sé que tú eres Drake. - le digo con un tono hueco, carente de sentimientos. - He venido hasta aquí para saldar cuentas pendientes contigo.
Todos se miran confundidos, antes de romper en carcajadas. Apreto los dientes, obligándome a no dispararles y tratando de mantener el control de mis emociones.
-Mira, no sé quién eres y no sé como mierda sabes quién soy yo. - dice avanzando hasta quedar cerca de mí. - Y por supuesto, no tengo cuentas pendientes contigo, pero ya que estás aquí ¿Qué quieres?.
Le sonrío con sarcasmo.
-Mira. - digo repitiendo su misma palabra. - No me interesa que pienses que soy un crío, he venido aquí por una razón ¿Sabes cuál? Patear tú feo trasero y dejarte en evidencia de que eres un estúpido inutil de mierda. Así que vas a aceptar mi reto y vas luchar contra mí.
Escucho las risas de los saqueadores, pero mi único ojo está mirando desafiante al tal Drake.
-¿Y si me rehuso? - me cuestiona con un tono divertido forzado, pero un músculo de su rostro se hace notorio, no le ha hecho gracia de que le hable así.
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Liderazgo
Fiksi Penggemar"Ser el líder implica tomar decisiones difíciles por el bienestar de mi grupo" -Carl Grimes. Tercera parte de "La Chica del Hacha". Tras la marcha de Alexandria, Carl junto a Samanta Dixon emprenderán su camino con la intención de alejarse de los Sa...