CE de "Play With My Feelings" & "¿Que Somos?"

~México [FEM] Solo~

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

Aprovecharé que tengo un libro dedicado especialmente a las cochinadas para subir los pedacitos
( ͡° ͜ʖ ͡°) explícitos de mi otro fanfic de Countryhumans  "¿Que somos?"

Disfruten I guess. El contexto está en el fanfic, aquí solo vengo a tirar las cochinadas que edite y mejore un poco.

En este mismo libro dentro de poco publicaré mis futuras cochinadas ◉‿◉

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

Tambaleándose la pareja compuesta por la mexicana y el americano caminaban por los pasillos del hotel en busca de la habitación de la chica.

Cuando por fin encontraron la habitación México comenzó a revolver los contenidos de su bolsa en busca de la llave, en cambio el americano se abrazaba de ella besándola.

"Aren't you going to invite me in?" (¿Acaso no vas a invitarme a entrar?) le preguntó cuando está por fin pudo abrir la puerta, el hombre sin esperar respuesta ya estaba avanzando para entrar, pero México lo empujó con un dedo en su pecho.

"¿Tu? ¿En el cuarto de esta señorita? Refrescame la memoria ¿acaso somos marido y mujer?"

"Well... No." (Pues... No)

"Exacto" le respondió la chica.

"But I even sang to you" (Pero incluso te canté)

La mexicana resopló a modo de respuesta.

"Pedrito canta mejor" y antes de cerrarle la puerta en la cara le dio un tierno beso en la mejilla.

Por fin sola en su habitación, se encontró acompañada únicamente por su conciencia. No podía dejar de pensar en lo sucedido con él soviético. Aquel beso tan candente que habían compartido, aún la hacía sentir cosquillas.
Intentando olvidarlo corrió a cambiar su  vestido de fiesta por una cómoda bata para dormir.

Se metió en la mullida cama y se cubrió con las sabanas, esperó algunos minutos, giro a la izquierda y luego a la derecha impaciente por poder conciliar el sueño que nunca llegó.
No había otra manera de mirarlo, estaría en vela toda la noche pensando en eso... A no ser que...

Empujó las mantas desde el alrededor de su cintura hasta los pies de la cama.  Rápidamente extendió la mano hasta donde su bata colgaba alrededor de su cuerpo y la levantó por encima de su cabeza y la llevó fuera de su cuerpo, arrojándola en algún lugar del abismo. clavó los pulgares en la cintura de sus interiores, y las deslizó por sus piernas, tirándolos donde quiera que la bata había caído.

Se recargó contra las suaves almohadas, disfrutó de la sensación de la suave tela contra su piel desnuda y del sonido de las sábanas moviéndose debajo de ella.

Cerró sus ojos y suavemente acarició sus pechos imaginando que era Estados Unidos el que la tocaba.

Mordiendo su labio imagino al americano tomando uno de sus pezones endurecidos y tirándo de el ligeramente, sus dedos siguiendo su  imaginación.

Mientras su mano izquierda seguía atacando sus pezones y su pecho, su mano derecha se deslizó por su estómago, su mente imaginando que era la mano del estadounidense acariciandola, cuando paso por su propia cintura recordó como el hombre la tomaba firmemente de la ella. Después imaginó el dedo  del estadounidense, haciendo un camino hacia su vientre y rozando sus pliegues.

"Spread your precious legs for me Darling~" (Abre tus preciosas piernas para mi querida~) ella imagino la voz del americano diciéndole aquello y lo obedeció.

Gimoteó un poco, tratando de no hacer demasiado ruido, pero era demasiado difícil para ella reprimir todo aquello.

En su mente divagante, imaginaba a una figura   inclinada sobre ella  en la cama, con una sonrisa juguetona en su rostro, viéndole debajo de él, tan necesitada y lasciva.  Se lo imaginó rozando su dedo sobre su clítoris, un gemido necesitado saliendo de sus labios.  Pensó en él inclinándose para susurrar en su oído.

"Mira qué belleza es esto.  Una linda y pequeña Meksika, toda extendida y lista para mí en la cama"  Le susurraba al oído, con un impropio acento ¿ruso?, la tomó del lóbulo de su oreja y lo mordió suavemente, haciéndole arquear ligeramente la espalda, tratando de acercarse a él, aunque ni siquiera estaba allí en primer lugar.

Se imaginó a su dedo finalmente rodeando su clítoris, haciendo contacto con él, luego bajándo para pasar a través de sus pliegues, sintiendo cuán húmeda estaba por él, luego tomando la humedad adquirida y frotando aquel botón con ella, haciéndole gemir, ligeramente.  más fuerte de lo que prefería, pero ahora mismo, podría haberle importado menos.

"Dime, ¿cuánto me quieres?  ¿Qué tan mal quieres que te arruine para cualquier otro hombre?" Imaginó que él susurraba eso en su oído, luego se inclinaba para morder suavemente su cuello, chupando en el lugar, haciendo que la piel quedara marcada.

“Te nesecito,” gimió en lo alto, a pesar de sentirse avergonzada.

Se imagino a su dedo frotando su clítoris sin descanso, brindándote un montón de sensaciones de las que le habia estado privando a su cuerpo durante mucho, mucho tiempo.  Luego, imagino su digito hundiéndose en la entrada de su feminidad empapada, empujándolo hasta el nudillo, haciéndole gemir más fuerte que antes.

Se lo imaginó dedicandole una sonrisa sucia, luego follándole con los dedos bruscamente, haciéndole  arquear la espalda y empujando las caderas contra sus dedos, tratando de alcanzar la liberación que estaba tan cerca, pero tan lejos.

Continuó gimiendo en su habitación, imaginándolo a él susurrandole   palabras sucias en su oído.

“Tan apretada alrededor de mis dedos. Mi Meksika Ningún otro hombre podría tenerte así, nadie más.  Nadie más podría verte así, toda mojada y sonrojada, toda para mía, solo para mi".

Continuó imaginándolo susurrando esas sucias palabras en su oído, mientras comenzaba a tocarse más rápido, alcanzando el borde de su orgasmo, solo un poco más para empujarse al borde del éxtasis.

Sus gemidos se hicieron más fuertes, sus dedos se hicieron más rápidos, y con el pellizco levemente doloroso de su pezón comenzó a llamar al hombre en su fantasía "¡URSS, URSS!"  la felicidad llenó su mente, llevándola a una dimensión completamente diferente.

Redujo el ritmo de sus dedos, lo suficiente para soportar su orgasmo, queriendo seguir sintiendo este placer el mayor tiempo posible.

Después de un minuto de intentar recuperar el aliento, y la sensación de felicidad abandonando su cerebro, regresó a la tierra.

Entonces, la realización le golpeó.

"¡Santísima virgen, acabo de hacer algo inapropiado pensando en URSS!"