¿Ayuda?

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Los misterios de la vida, dieciocho años y ya había desarrollado la habilidad de madre, si ese software de encontrar lo que tus hermanos no encuentran,  la mirada de mamá de cierra la boca, admito ese me encantaba, pero también la habilidad de sab...

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Los misterios de la vida, dieciocho años y ya había desarrollado la habilidad de madre, si ese software de encontrar lo que tus hermanos no encuentran, la mirada de mamá de cierra la boca, admito ese me encantaba, pero también la habilidad de saber cuando no estaban bien.

—Venga desayuna —apresuré a mi hermanito.

—No tengo hambre —señaló Ander.

Había estado decaído desde lo de la fiesta, se había resfriado y aunque me decía que estaba mejor yo sabía que no.

—¿Por qué no nos quedamos hoy? —agregue— estoy cansada.

—Ni hablar tu beca espera —me cachó.

No me dejo de otra así que nos fuimos, Dani iba dando bronquitis por ahí, feliz como siempre.

—Me puedo quedar a dormir con Cami el viernes —pidió mi niño ilusionado— comeremos pizza y, jugaremos hasta las siete —asintió feliz.

—¿Por qué hasta las siete? —pregunté curiosa.

—Es su hora de dormir, lo sé es un bebé —asintió— entonces si.

—Que sus padres hablen conmigo y ya veremos —evadí su posible no.

Y es que mi hermano no era de los que podía pasar una noche fuera de casa.

Llegamos al punto para dejarlo con su amigo, siempre abrazándose felices para ir a la escuela, que momentos.

Al llegar a la escuela me bajé a su altura para acariciar su mejilla.

—Aún podemos volver a casa —le recordé.

—Estoy bien —besó mi mejilla— vete ya.

Negué para besar su frente, Jason llegó para chocar los puños conmigo.

—Me lo cuidas por favor —pedí.

—Sofi —se quejó mi hermano.

—Siempre lo cuido —asintió feliz— vamos Ander olvide hacer la tarea.

Negué divertida para irme a la escuela, llegué para ver a los chicos, la cara de Dean ya estaba mejor.

—Dulzura —guiño Jake.

—Enano —bufé— Dean.

El chico me sonrió para saludar con la mano y volver a su libro.

—Tan rápido ya inicias la competencia —señalé.

—Hay que estar preparados con la competencia tan fuerte —halagó.

Nos quedamos mirándonos por un par de segundos.

—Par de nerds —se burló Jake.

—Tu también estás en la pelea nerd —le recordé.

—Pero yo soy lindo y encantador —sonrió.

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