Jaqueca

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Desperté realmente aturdido con un gran dolor de cabeza, la luz entrando por mi ventana, pero esa voz me taladro

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Desperté realmente aturdido con un gran dolor de cabeza, la luz entrando por mi ventana, pero esa voz me taladro.

—Buenos días solecito —dijo Jake.

—No me grites —susurre adolorido.

—Tu lo haces guapo —palmeó mi espalda— venga son las tres de la tarde, te serví café y mis chilaquiles especiales para tu resaca.

—Yo solo tomé ponche —suspiré agotado.

—Nueva regla, solo agua —sonrió a lo que estaba de acuerdo.

—Me está matando la cabeza —bufé tirándome en la cama.

—Te traje una aspirina también —me la tendió.

—Que haría sin ti —dije acabándome la botella de agua.

—Bueno en realidad no hubieras ido sin mi así que es devatible  —cuestionó.

El chico me dejó el desayuno mientras se acostaba a mi lado, me tomo una foto desprevenido.

—¡Hey! —me queje

—Necesitamos conmemorar tu primera borrachera —sonrió, el chico me la mostró divertido.

—¿Qué me pasó? —pregunté cansado viendo mi cara con un gran moretón en mi frente casi llegando a mi ojo derecho.

—Te golpeaste con una puerta —contestó nervioso.

—No lo recuerdo —negué.

—Pues pasó —atacó con su manita señalándome la cual mordí.

Después de mi desayuno me dió un suero, estaba seguro de que el golpe tenía parte su culpa pero no se lo reprocharía.

La puerta se abrió levemente para dejar entrar a mi hermanito entrando de puntillas.

—Dean, ya te sientes mejor —dijo susurrando.

—Si peque, te agradezco que hables así —sonreí.

El chico llegó subiéndose a la cama para darme su dibujo.

—Lo hice para ti —susurró.

—Gracias —dije mirándolo.

Era yo con mi hermanito de la mano y en la otra estaba Jake, lo entendía por la diferencia de tamaños.

—Que hermoso, eres nuestra bendición —Sonrió Jake jalándolo para besar sus mejillas.

—Te gustó tío Jake —sonrió abrazándole.

—Me encantó, ira en el refri —asintió.

—Aquí no hacemos eso —le miré inseguro.

—Pues será en el tuyo entonces—gruñó.

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