Suegra

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En mi lista negra habían muchas personas como aquel hombre que no me dejó entrar a la montaña rusa por no alcanzar la altura, los idiotas homofóbicos de la gasolinera que siempre estaban chingando, incluso claro por un tiempo Cade por haber lastim...

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En mi lista negra habían muchas personas como aquel hombre que no me dejó entrar a la montaña rusa por no alcanzar la altura, los idiotas homofóbicos de la gasolinera que siempre estaban chingando, incluso claro por un tiempo Cade por haber lastimado tanto a mi hermano... pero los padres de Dee Dee eran los que encabezaban esa lista.

Mi chico había decidido tomarse el día para estar con su hermano lo que realmente necesitaba él.

Llegué con el estómago vacío a lo que el alma piadosa de mi nene llegó con un emparedado y mi cafesito.

—Tus tíos no me querrán adoptar —bufé dando otra mordida a mi emparedado.

—Encantados pero ya no te devuelven —sonrío Harry.

—Ya que tomare el riesgo —afirme.

El castaño negó para abrazarme.

—Oye hoy mi mamá preparará su pastel de carne especial —contó.

—Me guardas un poco —pedí.

—Jake te estoy invitando a conocer a mi mamá —señaló.

—¿Estas seguro? No suelo caerle bien a los adultos —le recordé— no tengo ese encanto como el de mi hermano.

—Te amará créeme —sonrió— además es mi última oportunidad de que la veas antes de que se vaya a su proyecto de la ONU.

Mire a mi chico y no podía decirle que no con esa carita de ilusión.

—De acuerdo —suspire— pero no es homofóbica ni nada verdad porque la última vez que me presentaron a una familia a la abuela casi le da un infarto.

Harry negó para abrazarme.

—Va conmigo a todas las marchas y tiene un grupo de madres que apoyan a las nuevas mamás en esto —contó.

—Wow —sonreí— ya me agrada tu madre.

Él sonrió para asentir y besar mis mejillas.

Sofi llegó para vernos.

—Me hace falta mi tonto favorito ¿Dónde esta? —preguntó confundida.

—Se tomó el día porque sus padres son unos hijos de puta —me queje

—Ya veo —murmuró.

Asentí para volver con mi culito.

Siempre he odiado las clases, sin contar que me cuesta mucho trabajo poner atención pero curiosamente me iba bien sin esforzarme.

Al terminar fuimos a su entrenamiento que terminó antes de tiempo.

—¿Quieres jugar? —dijo Harry sentándose a mi lado.

—No juego basket—señale— o algún deporte para ser honestos.

—Bueno yo te enseño —me animó.

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