La Hyūga se levantaría temprano esa mañana, el insomnio le había pegado fuerte aquella noche, recordando el rostro lleno de dolor de la persona que alguna vez la hizo sonreír. Se sentía terrible al hacerle eso a él, que toda su vida la apoyo y confío en ella, más que cualquier otra persona, hasta cuando los de su propio equipo no confiaba en ella, cuando ni Neji ni su padre la apoyaban. Era ella quien le estaba ocasionando aquel dolor pero sabía que debía parar con todo eso y esa era la única manera de que parará.
Suelta un suspiro mientras notaba las bolsas que tenia bajo sus ojos a través del espejo del cuarto de baño y decidió echarse agua fría para así sentirse un poco más despierta.
—¡Bien! Hoy tengo una cita con Kiba-kun, debo estar lista— sonreiria la chica ligeramente, intentando despejar de sus pensamientos aquel rubio y sus ojos cargados de tristeza para así comenzar el día.
Saldría de su casa a comprar unas cuantas cosas y al cabo de una media hora volvería, así al entrar a su habitación vería una carta sobre la mesita de noche, ocasionando que su corazón comience a latir desenfrenado contra su pecho, sabía que era de él. Con pasos lentos y temblorosos, toma aquella hoja entre sus manos y la abre, decidida a leerlo y dar por terminado aquella etapa pero desde que comenzó a leer no pudo evitar que sus ojos se cristalizaran ante las palabras del rubio y los sentimientos con los cuales escribió esa carta.
Ella lleva aquella hoja a su pecho, abrazandola con fuerza mientras llora en silencio.
"Luego de nuestra conversación me di cuenta de lo poco que soy para alguien como tú.".
Como desea decirle que eso no era así, que era maravilloso y que merecía lo mejor del mundo. Naruto sufrió demasiado, desde pequeño estando completamente solo, las personas de la aldea lo despreciaban, personas que quería murieron en el camino y un amor fallido que lo dejó con el corazón roto.
Jamás lo culparia por no amarla en su momento o por no notar aquellos sentimientos, Naruto era una persona que jamás había recibido amor y no conocía realmente su significado, no podía culparlo por su inocencia u olvido luego de todo lo que pasó luego de Pain. Quizás ella misma buscaba justificar sus anteriores acciones, pero conocía a Naruto lo suficiente para saber que el jamás le haría daño con intención.
La Hyūga se había arrodillado en el suelo, aún abrazando aquella carta y perdida en sus pensamientos, pensamientos que viajaron con rápidez a su época de Genin, a un momento que siempre se quedó grabado en su corazón.
Flashback
Aquel día era el día de la madre y todos estaban muy emocionados, buscando que regalarles a sus madres o simplemente paseando por la aldea. Ese día siempre había sido doloroso para la pequeña Hyūga ya que había perdido a su madre a corta edad, apenas lograba recordar su sonrisa y su suave voz.
Esa noche decidió salir de su casa a escondidas, necesitaba un momento a solas, caminar y soltar aquella tristeza que en su corazón había permanecido durante todo el día, cuando a lo lejos pudo vislumbrar una cabellera rubia bastante familiar.
Naruto se encontraba sentado alejado de todos con una mirada llena de tristeza, a ella le daba vergüenza hablar con él pero no quería dejarlo así, triste y solo, así que a pasos lentos, se acercaría a él tímidamente, él la miraría al tenerla allí y sonreiria con una felicidad que no le llegaría a los ojos.
—¡Hola, Hinata!— saludaria este intentando sonar animado, la chica se sonrojaria y bajaría la mirada juntando sus dedos índice nerviosa, así jugando con estos mientras se sentaba al lado del rubio.
—H-hola Na-Naruto-kun— tartamudaria sin poder evitarlo, así sacándole risa sin muchos ánimos al rubio.
—Tan tímida como siempre, ¿eh? Hinata— el rubio suspiraria pesadamente, de alguna forma sentía que con Hinata no debía fingir, ella una vez vio su lado más débil y lo ayudo, de alguna forma, se confiaba de ella.
—¿Te o-ocurre algo?— hablaría luego de unos minutos de silencio.
El chico la miraría con tristeza ante aquella pregunta, recordando el motivo por el que se encuentra de esa forma.
—Si...—
—¿Ne-necesita ha-hablar?—
El rubio se quedaría en silencio, la Hyūga seguia nerviosa pero le daría su tiempo para pensar o relajarse. Después de un rato, lo escucharía hablar.
—Hoy es el día de las madres, supongo que lo sabes ¿no?— ella asentiria tímidamente a su lado. —Pero no tengo con quien celebrarlo— el chico reiría sin gracia alguna —Me...molesta, ¿Por qué tuvieron que dejarme tan pronto?— diria con molestia en su voz, refiriéndose a sus padres que se encontraban muertos y ella definitivamente lo había entendido.
—Estoy...s-segura que lo que me-menos querían era de-dejarte s-solo— diría la azabache entre tartamudeos, sin poder mirarlo a los ojos —Mi mamá también murió— soltaria en un susurro que lograría sorprender a Naruto, el cual creía que la chica tenía a ambos padres vivos —y e-es du-duro aunque no se c-compara a tu situación yo, yo sé lo t-triste que es— toma aire con lentitud intentando calmarse para así hablar claro —tus padres siguen a tu lado, no en cuerpo pero si en alma, ellos te protegerán y te guiarán en todo momento aunque no lo sepas, creo que eso hace mi mamá— la chica miraría la luna, el cielo lleno de estrellas la haría sonreír levemente.
El chico se quedaría viendo a la Hyūga con sorpresa, su corto cabello se movía ligeramente con el viento y el silencio que había hacia que se sintiera en paz, su pecho se hinchó de calidez y sonrió grandemente hacia Hinata.
—Quizás tengas razón Hinata, ellos me están cuidando donde quiera que estén ¿no?, jeje— reiría el rubio mientras se levanta y sacude su ropa —¡Muchas gracias!, me has ayudado más de lo que piensas, eres un gran amiga— soltaria el rubio poniéndose frente a ella y extendiendo su mano hacia ella.
Aquel gesto junto a sus palabras lograron hacer sonrojar a la pequeña chica que con un leve temblor en su mano, tomó la mano del rubio y este la ayudo a levantarse, quedando así cerca el uno del otro.
—¿Quieres acompañarme a comer Ramen? ¡Yo invito!— exclamaria el chico con emoción mientras la jalaba hacia ichiraku ramen pero aquello ya había sido demasiado para la pequeña ojiperla que cuando Naruto voltearia a verla esta comenzaría a caer en sus brazos desmayada y con un sonrojo en sus mejillas. —¿Eh? ¿HINATA?— gritaria el revoltoso rubio al verla desmayada entre sus brazos.
FIN FLASHBACK
Aquel recuerdo logró sacarle una pequeña sonrisa entre las lágrimas que iban bajando por sus mejillas, se levantaría del suelo y dejaría la carta sobre la mesa que tenía al lado de su cama y decidió escribir una carta de regreso, no era mucho realmente y nada que el tendría que responder.
De: Hinata Hyūga
Para: Naruto UzumakiGracias por entenderlo y espero con todo mi corazón que tu seas feliz, porque aunque no lo creas, lo mereces.
Gracias.
Eso seria todo lo que la chica escribiría en aquella carta y soltaria un suspiro, sabía que era lo correcto pero ¿Por qué no se sentía así? Ella estaba saliendo adelante, esta siendo feliz, ¿Por qué no se siente satisfecha?, negaría con la cabeza con molestia y decidiría enviar la carta.
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Okay, de ahora en adelante los capítulos serán narrados, no quiero alargar tanto esta historia, así que intentaré acabarla rápido, admito que me está gustando y me siento muy cómoda escribiendo y actualizando esta historia seguidamente, así que espero que también lo disfruten conmigo.
Eso es todo, hasta el próximo capítulo.
Bye, bye🌸
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Carta para mi amor imposible || NaruHina
FanfictionFinalmente tome el valor de renunciar a ti y eso aunque me duela, es lo mejor y me hace sentir orgullosa de mi misma. Adiós, Uzumaki Naruto.