O12:; Siempre para ti.

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|Hinata|

Caminaba de regreso a mi casa de la misión, era tarde por la noche y esperaría para dentro de unas horas ir a la torre hokage para dar información sobre el éxito de la misión, ya por hoy estoy agotada y solo quiero tirarme en mi cama.

Cruzó los dedos para no encontrarme una escena desagradable con Kiba cuando estoy frente a la puerta de mi hogar, respiro hondo y entro.

Las luces están apagadas, hay silencio absoluto y por primera vez disfruto de esa paz, subo las escaleras que llevan hacia el segundo piso para así dirigirme a la habitación que comparto con mi esposo, esperando así, encontrarlo dormido. Me lleve la sorpresa de que no había nadie allí, ni en el baño, ni en las demás habitaciones. Así apenas caería en cuenta de que solo yo estaba en casa y sabía exactamente donde se encontraba Kiba.

Vuelvo mi mano en un puño y cierro los ojos, intentando frenar la decepción que sentía en esos momentos. Juro que quería confiar en él, en sus palabras de "voy a cambiar", "comenzaré de nuevo con las misiones" o "dejaré la bebida, te lo prometo".

Estaba harta de sus excusas pero aún así se lo permitía.

Se lo permitía porque de alguna forma me sentía culpable. Culpable por ilusionarlo sobre nuestra vida familiar que al final no pudo ser. Me trago el nudo que se me había formado en la garganta y me encojo de hombros, deprimida porque esta no es la vida que me había imaginado junto al amor de mi vida.

Porque no es el amor de tu vida

Mi conciencia se hace notar y niego con la cabeza, intentando no pensar en lo que pasó por mi mente, lo que esa vocesita soltó, porque no es cierto. Kiba Inuzuka es el amor de mi vida, de eso estoy segura.

Eso es lo que te quieres hacer creer pero sabes que cuando estás con él otro te pones nerviosa como una adolescente.

Gruño enojada con esa voz que se empeña en mentirme y me voy directamente al baño a darme una ducha, lleno la bañera de burbujas, me desnudo y me sumerjo en el agua, así esfumandose todo pensamiento de mi mente y relajando mis músculos tensos. Cinco minutos pasaron antes de escuchar como la puerta de la habitación se abria, pasos pesados y de repente ver cómo la puerta del baño se abre, así viendo a un desastroso Kiba, con las mejillas rojas y una sonrisa ladina.

Y el olor a alcohol me irritaba hasta los ojos.

-¡Querida, menos mal te encuentro en la ducha!- su sonrisa paso de ser una atontada a ser coqueta.

Se iba quitando tambaleante y lentamente la ropa, sabía sus intenciones, las podía ver claramente y eso, por primera vez, me hizo sentir incómoda. Tape mi cuerpo con las burbujas que aún quedaban y desvíe mi mirada de la de él.

Cuando estaba por meterse a la bañera lo detuve con mi mano y negué con la cabeza.

-No quiero, Kiba-

Su mirada se fija en la mía, me miraba con el ceño fruncido mientras metía un pie en la ducha.

-¿Por qué no?, es la primera vez que me dices que no- su ceño se frunció aun más y yo lo mire con molestia.

-No siempre te voy a decir que si, primero, estoy agotada, segundo, estás borracho y tercero, me gustaría que me dejes un poco de privacidad y salgas del baño por favor- le digo lo más calmada que puedo, sin desviar mi mirada de la de él.

-Este también es mi baño- responde de mala gana, aunque se le enredan las palabras por lo borracho que se encuentra.

-¿No te irás?-

-No-

No podía creer que estuviera haciendo esto.
Desvio la mirada hacia el agua, nerviosa, decepcionada, cansada. Volví a mirarlo, esta vez mi mirada era fría.

Carta para mi amor imposible || NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora