—¡No me puedo creer que Naruto vaya a casarse!— exclama Sakura con sorpresa e ilusión por su amigo.
Nos encontrábamos en la nueva casa de Naruto, todos sus amigos para celebrar la noticia. Yo había sido invitada pero no me sentía del todo cómoda allí, por lo que sucedió con nosotros la otra noche.
Y porque se casaría, me tomo por sorpresa enterarme por Kiba que Naruto había decidido sentar cabeza con nada más ni nada menos que Shion.
—¡Ni yo!, al paso que iba, quedaría soltero por siempre— dice Ino, haciendo reír a todas, a mi me toca esforzarme por reírme.
Estábamos Sakura, Ino, Tenten, Temari y yo en un círculo, hablando de toda esta situación.
La nueva casa de Naruto era preciosa, de dos pisos, una cocina y sala espaciosa y donde pasar tiempo en familia debe ser agradable.
Pensar en ello le provocó una molestia en el pecho pero se negó a seguir siendo tan egoísta.
—Dentro de poco veremos a pequeños Naruto's correr por la aldea y haciendo un desastre— habla Tenten con una sonrisa de medio lado.
—Que kami nos proteja— se queja Temari con una risita.
Todas estaban hablando, felices y yo no podía ni siquiera decir ni una palabra.
–¿Qué piensas, Hinata?— la voz de Sakura me saca de mis pensamientos y mi mirada se posa en la suya, ella me miraba con intensidad.
Me miraba como si supiera todo, como si supiera como me siento. Trago saliva y me obligo a sonreír.
—Estoy muy feliz por él, merece ser feliz— solo digo eso, asintiendo con la cabeza y todas me dan la razón.
Pero Sakura, me mira con seriedad pero mira al frente y se queda callada.
De repente escuchamos varios gritos detrás de nosotras y al acercarnos a ver qué pasaba, nos dimos cuenta que Naruto acababa de llegar.
Trague saliva al verlo tan relajado, con su vestimenta habitual pero se veía más descansado y menos atormentado. Lo veía tan bien que me dieron ganas de llorar, desde hace tanto no veía a ese Naruto, ese que sonreía todo el tiempo, que hacía bromas a todos y era feliz.
El problema siempre fui yo.
Y se dio cuenta de ello.Eso me tendría que dar alegría, el seguía adelante con su vida, ¡Iba a casarse!, yo estoy bien con Kiba, tengo una vida maravillosa.
¿Entonces por qué todo esto me dolía tanto?
—¡Hey Naruto!— se acercaron sus amigas sonriéndole y dándole cada una un abrazo de felicitación por su compromiso.
—Mucha gracias chicas, tendré que pedirles consejo porque no se como ser un buen marido ttebayo— sonríe rascando su nuca nervioso, hasta que su mirada se posa en la mía por un instante y solo ladea la cabeza en señal de un saludo, el cual yo le regreso.
Deja de mirarme al instante y se enfoca en los invitados. Tomo aire con fuerza, sentía que me estaba ahogando.
Me di media vuelta e intentando que no se dieran cuenta, subí al segundo piso, necesitaba estar sola un momento, respirar, recomponerme y bajar con mi mejor sonrisa y con el mayor ánimo porque él merece eso.
Merece eso después de todo lo que le hice pasar.
Al llegar al segundo piso abro la primera puerta que encuentro y me escondo entre esas cuatro paredes que de algún modo me dan tranquilidad.
Al darme la vuelta, me encuentro con una gran habitación, en el medio de esta, estaba una cama matrimonial con mesas de noche a cada lado, una lámpara y unas cortinas oscuras que hacían que la luz solar no entrara en el cuarto. Había un gran armario y otra puerta que supuse yo, era el baño.
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Carta para mi amor imposible || NaruHina
FanfictionFinalmente tome el valor de renunciar a ti y eso aunque me duela, es lo mejor y me hace sentir orgullosa de mi misma. Adiós, Uzumaki Naruto.