Capítulo 11

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Narra Sara

No podía dejar de pensar en lo ocurrido hace horas atrás con Óscar. No podía entender como de la noche a la mañana me había tratado así, es decir, ¿no se suponía que quería que recuperasemos aquella amistad que una vez la distancia nos arrebató?

Ahora mismo me encontraba en la hora del almuerzo, acababa de sonar el timbre y debía reunirme con Rodrigo en la puerta de la cafetería donde nos encontraríamos también con Noe, pero antes de eso debía dejar mis libros en la taquilla. Iba caminando cuando siento como tiran de mi brazo hacia tras, notando como mi espalda choca con una superficie dura. Mis dudas se disipan al notar un aliento en mi cuerpo y unos brazos rodear mi cintura con suavidad. Sonreí nada mas aspirar el aroma que inundó mis fosas nasales, era Rodrigo.

Rodrigo: ¿Te ibas sin mi? -dijo en un susurro acompañado de una leve risa. Me separé de él para después girarme y darle un leve golpe en su brazo izquierdo- ¡Mierda, era eso necesario! -dramatizó-

Yo: Sí, te pasa por asustarme. -hice un leve puchero mientras el reía y me rodeaba los hombros con su brazo derecho.

Rodrigo: Anda vamos, no querrás que Noe nos mate por hacerle perder tiempo de su almuerzo.

Llegamos a la cafetería donde tras unirnos a Noe y el resto de chicos nos sentamos en una de las sillas. "Mierda, ahí está.." Pensé nada mas divisar en mi diagonal a Óscar. ¿Se puede saber que hacia? Estaba con su cara enterrada en el cuello de una chica mientras que ella reía a cualquier estupidez que le estuviese diciendo. Tensé la mandíbula y giré el rostro lo ultimo que quería ver ahora era ese espectáculo de exhibicionismo que estaban dando, cuando al hacerlo me encontré con la sonrisa de Roy que se inclinó sobre mi oído para después susurrar:

Rodrigo: ¿Vienes después de clases a mi casa? Necesito ayuda con las mates.. -Su rostro estaba levemente enrojecido. ¿Podia ser mas tierno?

Yo: No lo dudes, a las cinco estoy allí. -dije para comenzar a almorzar-

Narra Rodrigo

Había quedado con Sara para estudiar, tras preparar todo lo necesario para que me ayudase y recoger un poco mi habitación, me senté a los pies de la cama. Realmente estaba nervioso, es decir, ella vendría a mi casa. Estaríamos solos ya que mis padres no llegan hasta tarde del trabajo y... ¡Estaria a solas con la chica que me gustaba! No podía con mis nervios, solo hacia mirar el reloj. "Cuatro.. cuatro y media.. cinco menos diez..." Quedaban diez minutos cuando oí el timbre. Corriendo me precipite escaleras abajo para encontrarme con ella. Llevaba el pelo recogido en un moño desordenado dejando caer algún que otro mechón de pelo al aire, vestía sencilla, unos shorts acompañados de sus converse y una camiseta con estampado étnico.

Yo: Vaya, pensé que habías dicho a las cinco. -dije rascandome la nuca, mirándola.

Sara: Digamos que no me gusta llegar tarde -se encogió de hombros- ¿Me dejas pasar?

Yo: Claro, vamos a mi habitación, allí lo tengo todo preparado.

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Llevábamos una hora en mi habitación. Sara me explicaba como hacer alguna que otra ecuación mientras que yo solo podía mirarla a ella, su forma de sacar la punta de la lengua cuando estaba concentrada en algo, o como fruncía el entrecejo cuando no entendía algo. Seguía mirando sus gestos hasta que recibí un sopapo en la parte trasera de mi nuca.

Sara: ¿A caso me estás escuchando? -me miraba entre divertida y molesta, por lo que solo pude encogerme de hombros.

Yo: Digamos que estoy cansado de tantas matemáticas. ¿Que tal si nos tomamos un rato de descanso? -hice pucheros. Sara rió entre dientes.

Sara: De acuerdo -se estiró en la silla y miró hacia un punto tras de mí- ¿Tocas la guitarra? -dijo ahora mirándome-

Yo: Si, mas o menos desde que tengo cuatro años. -reconocí-

Sara: ¡Eso es genial! -se levantó y cogió mi guitarra entre sus manos para después sentarse a los pies de mi cama- Siempre quise aprender a tocarla, pero nunca lo llevé a cabo.. -dijo mientras deslizaba los dedos sobre la misma. Me levanté para colocar tras de ella, colocando mis piernas a ambos lados de su cuerpo y tomando sus antebrazos con delicadeza mientras le colocaba bien la guitarra.

Yo: Te enseñaré. -susurré ya que debido a la cercanía no tenia que hablar mas alto. Ella asintió, dándome una rápida mirada para después llevarla a la guitarra. Tomé sus dedos entre los mios y coloqué mi rostro en el hueco donde se unían su cuello y hombro, mirándola furtivamente para después mirar la guitarra.- Esta nota es Do -dije colocando sus dedos en las cuerdas, sin soltar sus manos, mirándola ella para ver como cerró levemente los ojos. No podía más.. era ahora o nunca.. Alcé mi mano para tomar su barbilla y girar su rostro hacia mi, con lentitud, no quería asustarla. Nos quedamos mirándonos a los ojos hasta que me atreví.. acerqué nuestros rostro hasta unir nuestros labios en un beso lento a la vez que deslizaba mi mano de su barbilla a su mejilla. Al separarnos un poco solo pude susurrar aquello que sentía:

Sara, me gustas.

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Bueno queridos lectores, aquí de nuevo retomo la historia de Sara y Óscar, "¿Casualidad o destino?.

Tenía la novela muy abandonada, demasiado y me ha apetecido continuar la historia. Espero no tardar demasiado en subir el siguiente capitulo y.... ¡Espero que sigan leyéndola!

Un beso, Mónica.

¿Casualidad o destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora