Y ahí estaba yo, sin apartar la vista de mi primo que por cuestión de diez minutos permaneció en silencio como si estuviese analizando cada palabra que iba a decir.
Sinceramente, en estos años fuera de Barcelona veo lógico que todos hayan cambiado, la propia vida, las situaciones, las amistades.. todo nos hace cambiar; algunas veces cambiamos a mejor haciéndonos más sociables, teniendo amigos por doquier y otras veces te convertías en gente como yo, sin amigos, sin ganas de vivir..
Oí el carraspeo de garganta de mi primo y entonces dejé de pensar para prestarle toda mi atención.
Yo: ¿Me dirás de una vez en qué tanto a cambiado Óscar? Realmente no es que me influencie mucho pero.. -fui interrumpida por mi primo
Àlex: Veamos Sara.. desde hace dos años, Óscar se compró una moto, desde ese momento compite en carreras ilegales que se hacen en el muelle. Además, es todo un mujeriego, va de chica en chica y en cuánto logra su propósito si te he visto no me acuerdo -me miró a los ojos tomando una de mis manos- Por eso no quiero que te acerques a él, sé que si lo haces te hará daño.
Yo: Àlex, lo que Óscar haga o no haga con su vida a mi me trae totalmente indiferente. Y pensando en un posible aunque muy remoto acercamiento entre él y yo, creeme que jamás me dejaría encandilar por él. No tengo la cabeza para estar con nadie, no seré una más de sus conquistas, te lo aseguro.
Permanecimos unos minutos en silencio, todo lo que le había dicho a mi primo era cierto, ¿Por qué motivo iba querer acercarme yo a Óscar? Que cuando eramos pequeños fuesemos amigos no significa que ahora tengamos que serlo, y teniendo en cuenta lo que me ha contado mi primo sobre él y su actitud con cualquier chica que se le pase por delante, aún menos. Estoy segura que el no recuerda quién soy, y no seré yo quien se lo diga.
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Yo: ¡Àlex! ¡Te he dicho mil y una vez que no pienso ir a esa fiesta! -resoplé con intensidad.
Habían pasado todas las vacaciones de verano, solo había salido de casa para acompañar a mi abuela a por unos recados y de muy vez en cuando había ido con mi primo a la playa a leer y tomar un poco el sol, por mi tonalidad de piel no me era necesario ir todos los días a la playa. Estaba en mi habitación, mañana comenzaría las clases, iría a primero de Bachillerato de nuevo, a pesar de que ya había cursado eso mismo en Cádiz debía repetir curso y ahí es donde vi la oportunidad perfecta para cambiar de Bachillerato, había hecho un Bachillerato de sociales ya que mi padre quería que fuese abogada y me obligó a ello pero yo realmente quería ser médico para ayudar a enfermos como mi madre y así poder salvar la vida de personas, por lo que esta era la mejor oportunidad de hacerlo.
Eran las seis de la tarde y mi primo llevaba mas o menos desde las cuatro intentando convencerme para ir a una fiesta que se celebraba en la ciudad como consecuencia del último día de verano. Por lo visto asistían todos los jóvenes de la ciudad para celebrar su último día de libertad.
Àlex: Por favor Sara, llevas todo el verano aquí metida, esta es una gran forma de que conozcas a gente, mañana es tu primer día de clase aquí no te vendrá nada mal conocer gente.
Yo: Es que yo no necesito conocer gente Àlex, yo necesito aprobar y estudiar para ser una gran especializada en medicina.
Àlex: Me da igual, soy mayor que tú así que irás a esa fiesta, yo iré contigo, te presentaré a mis amigos y ya está. A las ocho estate lista y ponte hermosa.
Bien, Àlex finalmente se había salido con la suya, tendría que ir a esa estúpida fiesta con adolescentes con las hormonas por los aires, bebiendo y disfrutando al máximo de su último día de verano. No me quedaba de otra así que fui a mirar mi armario, estuve buscando ropa durante media hora, no encontraba nada "formal" mi ropa se basaba en pantalones de estilo pitillo, con bastante variedad, camisetas anchas con los logo de mis grupos favoritas y sudaderas. "Mierda" pensé frustrada. Hasta que al llegar al fondo del armario... ¡Bingo!
Encontré un vestido blanco, con tirantes y liso, bastante veraniego. Este vestido era de mi madre, al ser más o menos de la misma altura y forma podíamos compartir algo de ropa.
Me di una ducha y dejé caer mi cabello liso sobre una de mis hombros. Me puse el vestido y lo acompañé de unas convers negras, no tenía tacones y aún si los tuviese no me los pondría.
Àlex: ¡Sara, vamos! -gritó desde el otra lado de la puerta-
Abrí la puerta y ahí estaba, llevaba puesto una camisa de mangas cortas color agua y unos pantalones negros. Se le formó una sonrisa en el rostro al verme y cruzó su brazo por mis hombros a la vez que bajamos las escaleras, nos despedimos de mi abuela y una vez salimos me encontré con un grupo de chicos, todos chicos ni una sola chica. Intenté deshacerme del brazo de mi primo pero me sujetó.
Àlex: ¿Dondé vas?
Yo: No me dijistes que eran todos.. ¿chicos? -dije entre dientes mientras él soltaba una risa y se acercaba a ellos por consecuente al ir bajo su brazo, yo también.
Pude sentir la mirada de los chicos puesta sobre mí, odiaba ser el centro de atención, realmente lo odiaba..
Àlex fue presentandome a todos a cada uno de los chicos, eran cuatro en total. El primo se llamaba Lucas, era de la altura de mi primo, rubio y con los ojos verdes. El segundo se llamaba Rodrigo pero le gustaba que le dijeran Roy, su pelo era castaño y sus ojos.. ¡sus ojos eran hipnotizantes! era un color entre celeste, marrón y verde, nunca había visto unos ojos como aquellos. El tercero se llamaba Carlos, era bastante parecido y a mi primo; por último un chico algo más bajo que yo y bastante tímido, se llamaba Eric, tenía una sonrisa bastante bonita.
Nos dirigimos a la fiesta cuando Rodrigo se acercó caminando a mi lado.
Rodrigo: ¿A qué curso irás? -me miró con una sonrisa en sus labios. En cambio yo tenía la vista postrada en el suelo, no quería ser borde y el hecho de ir con chicos que no conocía me intimidaba bastante. ¿Eh? -volvió a insistir.
Levanté la mirada lentamente y lo miré, no directamente a los ojos. Iré a primero de Bachillerato -dije en un susurro.
Rodrigo: ¿De verdad? ¡Yo también! Repito esto este año de nuevo, la verdad es que el Bachillerato de Ciencias me está resultando algo complicado -rió.
Yo: ¿Haces Bachillerato de Ciencias? Ese es el mismo que haré yo, y.. también estoy como repetidora pero me cambié de modalidad -reí levemente
Rodrigo: ¡Quizás estemos juntos en clase! -dijo con un tono de emoción
Me limité a sonreír. Llegamos a la fiesta, estaba todo lleno de adolescentes más o menos de mi edad, bailando, cantando y bebiendo.
Àlex: Enana, ¿quieres algo de beber?
Yo: Un zumo -arqueó una ceja.
Àlex: ¿Seguro?. Sí -respondí.
Vi como todos bailaban y los amigos de Àlex se unían a la fiesta. Tras traerme el zumo quería quedarse conmigo pero me negué, no iba a hacer que mi primo pasase una gran fiesta por alto, y menos por mi culpa..
Desvié la mirada hacia la gente, estaba absorta mirando el lugar, realmente era precioso cuando una chica se me acercó.
* * *: ¡Hola! ¡Me llamo Noe! ¿Qué tal?
La miré confusa, me hablaba con una gran confianza, pensé en ignorarla pero pensándolo mejor sería de gran ayuda conocer a alguien, a parte de los amigos de Àlex me iría bien conocer alguna chica.
Yo: Encantada, yo soy Sara -sonreí ligeramente.
Noe: ¡Encantada Sara! -nos dimos dos besos- ¿Qué te parece si vamos a la pista? -dijo tirando de mi brazo, por mucho que me negase ya estaba allí, en medio de la pista con Noe, la verdad parecía bastante amable aunque también bastante loca.
Pasó toda la noche hasta llegar las once, decidí ir a casa, mañana tenía mi primer día de clase y quería estar atenta y lo más fresca posible. Intercambié teléfonos con Noe y volví a casa acompañada de Rodrigo por la estricta orden de mi primo no fuese a ser que un peligroso asesino me matase camino a casa.
Tras un largo día me metí en la cama, en realidad no había sido un día tan malo, me alegro de la insistencia de mi primo. Cerré los ojos y acabé rendida por el sueño.