A la mañana siguiente tras asearme y vestirme, bajé a tomar el desayuno, como era de esperar alli estaban Emily y mi padre a los que claramente no iba a decirles nada de la llamada telefónica con mi abuela y mucho menos que me marcha para siempre. Total, si siempre me hacían caso omiso dudo que les afectase la noticia de mi marcha.
Tras tomar el desayuno en completo silencio como era de costumbre subí a mi habitación para ultimar algunos detalles, no quería que se quedase nada importante para mí como fotos de mi madre, posters, discos, ect.
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Estaba ya en el aeropuerto, el cúmulo de sensaciones que llevaba dentro hizo que mi apetito se hiciese notar más que nunca. Tras comer una bolsa de patatas pude oír por el gran altavoz que recorría todo el aeropuerto: 'Pasajeros con destino a Barcelona embarquen por puerta 20'
Subí el avión en busca de mi asiento, estaba junto a la ventana nada mejor que ir disfruntado del paisaje en el trayecto. Me senté y me coloqué los auriculares subiendo el volumen lo máximo posible.
No aparté la vista del cielo, ir en avión era lo más parecido a volar, sentirme libre. Noté como una mano se posaba en mi hombro dándome varios toques, entonces me giré y vi a un chico supongo que sería más o menos de mi edad, de cabello castaño oscuro y ojos color verde he de confesar que por unos instantes me quedé perpleja con su mirada.
"¿Pero qué haces Sara? ¡Reacciona!"
Yo: ¿Se te ha perdido algo? -dije en un tono borde y apartando la mirada de sus ojos-
***: Uy chica, ¿podrías ser un poco menos borde? -mostró una blanqueada sonrisa-
Yo: Veamos, ¿me has hecho girarme para esto?
***: No mujer, solo quería preguntarte si te importa que apoyo mi brazo aquí -señaló el posabrazos que dividía los dos asientos-
Yo: Todo tuyo.
Volví a girarme y esta vez ya no me interrumpió más, así que pude ir observando el paisaje y escuchar música. Creo que ya no estaba allí, o sea, mi cuerpo si estaba, pero mi mente vagaba lejos, muy lejos de allí.
Tras dos horas de viaje llegué a mi destino y cuando me dispuse a bajar mi equipaje de mano, aquél chico ya se me había adelantado y me lo estaba ofreciendo a la vez que me cedía el paso.
***: Las señoritas primero
Yo: Gracias. -pasé delante de él y noté como me seguía-
***: Oye, ¿cómo te llamas?
Hice caso omiso pero ese chico no se daba por vencido, ¿acaso que le ignorase por completo no era suficiente para qué se marchase? Llegué hasta la cinta transportadora y vi salir mis maletas. Las cogí y entonces..
***: Solo quiero saber tu nombre, nada más -me giró hacia él haciendo que me pusiese nerviosa, no soportaba que nadie me tocará así, no sé por qué-
Yo: -me solté y le miré- Me llamo Sara, ahora, ¿serías tan amable de dejarme en paz?
***: Yo soy Óscar, es un placer Sara. -se inclino para darme dos besos pero cuando vi sus intenciones salí de allí escopetada dejándolo atrás-
"¡Por fin! Que tostón de chico" pensé mostrando una pequeña sonrisa. Iba por todo el aeropuerto buscando la presencia de mi abuela o mi primo que vendrían a recogerme pero nada, no estaban por ninguna parte.
Yo: Ya se han olvidado de mí..
Bufé y noté como unas manos cubrían mis ojos haciendo que se volviese todo oscuro. Nada más oír la voz de esa persona sonreí llevando mis manos sobre las suyas..