'♡ - Too soft'

♡' - Capítulo 3

—¿Te sientes bien, Minhoonie?

Empezó a jugar con las manos de aquel chico, una sonrisa avergonzada en su rostro que intentaba ocultar sin éxito. Estaba emocionado, nunca en sus 15 años había  intentado hacer algo parecido, ¡le emocionada averiguar cómo reaccionaria!

—Toma — Agarró la pequeña carta de su mochila y se la dio al menor. Sentía sus manos temblar ante el nerviosismo, así que aguantó la respiración hasta escuchar lo que dijera su amigo.

Al chico le brillaron los ojos apenas vio el sobre color rosa pastel. Una  gran sonrisa se adorno en su rostro, miró al mayor unos segundos y sin pensarlo tomó la carta con delicadeza.

— ¿Es para mí? — Asintió — ¡Muchas gracias, Hoonie!

Minho rio nerviosamente, junto sus dos manitas y esperó con ansias que el chico empezara a leer lo que había escrito.

— Espero que te guste... yo... lo hice con mucho amor — Bajó la mirada. Escucho una risita del contrario, lo cual lo ponía más nervioso.

— Juro que lo leeré apenas llegue a casa, hyung — se acercó y lo abrazo, Minho al instante correspondió — Nos vemos mañana.

El menor sonrió y se fue dando pequeños saltos, totalmente ilusionado y feliz. Minho sonrió, como siempre lo hacía al estar junto a él. Su felicidad lo contagiaba y lo hacía sentir eufórico y feliz cuando tenía problemas. Siempre que se sintiera mal, si veía su sonrisa, dejaba todo de lado y sonreía junto a él.

Tenía muchas ganas de saber el mensaje que le daría acerca de su carta.

Pero el mensaje nunca llegó.

🥐

Tiró su celular una vez termino de ver todas sus redes sociales.

Usualmente leer peleas en internet lo entretenía, pero esta no era una de esas veces.

Estaba aburrido, no había una televisión en la habitación, le dolía el estómago, tenía hambre y sus datos se iban a acabar. Si quería seguir vagando toda la semana tendría que conseguir la clave del wifi, eso implicaba tener que hablar con alguno de esos tipos.

Y si hablaba con uno se sentiría peor.

— Estúpido Hyunjin.

Se levantó y en silencio abrió la puerta. Era muy tarde como para que alguien  esté despierto, así que tendría que ser silencioso.

Buscaría entre algunos papeles, ahí deben de tener la clave del internet.

Cerró la puerta detrás de él, hubo un pequeño chirrido, pero nada tan fuerte como para despertar a alguien.

Pensó primero en ir a donde estaba la televisión, que fue lo primero que vio al entrar a la casa, así que sería fácil encontrarlo.

Bajó las escaleras mientras prestaba algo más de atención a las cosas que no pudo ver cuando llegó. Siempre habían fotos de ellos, de otros chicos, chicas, abuelitos. Él solo supondría que eran amigos y familia porque no iba a preguntarles ni bromeando quiénes eran.

Logró ver la televisión, había una mesita delante, en la cual habían muchos papeles.

Bingo.

Aguantando la emoción terminó de bajar las escaleras, se acercó a la mesita y reviso los papeles.

Muchos eran de resivos, otros de compras, no iba a fijarse en eso ya que eran cosas privadas y él solo buscaba la contraseña.