Capítulo 13

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"¿Entonces no nos vas a contar qué pasó?" cuestionó al alfa mayor.

Jungkook se acomodó en su mesabanco incómodo y volteó a la ventana buscando por algo o alguien.

"Es en serio, Hyung, no pasó nada" dijo en silencio al tiempo que jugaba con sus dedos.

Pero claro que es difícil ocultar una verdad, cuando todos los medios de comunicación y tu propia escuela están hablando de lo mismo. Recordándole su desgracia con constancia.

Jimin se acercó a él y le acarició el cabello con ternura "Sabes que puedes confiar en nosotros, somos tus amigos" le sonrió con sus pequeños ojos achicándose.

Desde el último día en que se sintió enfermo no había tocado el tema con Taehyung y esperaba no hacerlo, sinceramente. La reina no lo visitó de nuevo, pero aún sentía la inquietud e inseguridad de que algo malo sucedería.

Una parte de él se encontraba todavía herida porque su padre lo había entregado la noche anterior, aún cuando él le dijo que no quería ir con el príncipe y su familia. Se sentía con la confianza traicionada y el amor quebrantado por su propio padre.

Más siendo sinceros, ¿Qué podía hacer? él ya no pertenecía más a su antiguo reino, ahora era pertenencia de la familia Kim y se sentía tan impotente. Porque odiaba tener una etiqueta de pertenencia y no solo decir que él era el dueño de su propia vida.

"Príncipe heredero, usted hará equipo con el señor Jung" dijo la maestra sacándolo de sus pensamientos ansiosos. Jungkook asintió y se acercó a Hoseok.

Era una ventaja, pues Jungkook solo sentía confianza en sus dos amigos alfas y no en nadie más.

"¿Te parece esta tarde ir a la residencia para trabajar juntos?" preguntó Hoseok y Jungkook agachó la mirada ante la sugerencia, perdiendo la poca alegría que había ganado minutos atrás.

Negó con la cabeza ante la sugerencia del alfa "No creo que me dejen, mejor ven al palacio" se avergonzó de decir aquello, como si todavía viviera con sus padres y tuviera que solicitar permisos de salida.

Hoseok tenía la intención de decir algo más, pero mejor se mantuvo callado. Se lamentó por como su mejor amigo se veía tan triste y decaído, se molestó tanto con el príncipe; quería  darle una reprimenda porque era culpa de él todo lo negativo que estaba sucediendo en la vida de su pequeño mejor amigo.

Como una liberación, el timbre anunció la hora del descanso y Jungkook salió con intenciones de hablar por teléfono con su marido, para ver si al menos podía intentar ir a la residencia de Hoseok, porque no quería que su amigo pensara que lo tenían controlado. 

Las casualidades son explicables en un mundo que se describe matemáticamente, pero en la cotidianidad de los eventos, más bien serían sucesos imprevistos que en una determinada línea temporal se cruzan con los de otra persona y eso fue lo que pasó en el momento en que Jeon Jungkook atravesó el pasillo de la zona este de su escuela, justo donde el salón de pintura artística se encontraba.

Como siempre el alfa no respondió a su llamado, molesto guardó el teléfono y caminó a pasos agigantados. Se detuvo al escuchar una melodiosa voz hablar en medio de lo que parecía ser una llamada.

Jungkook no acostumbraba espiar personas, pero le llamó la atención cuando escuchó el nombre inusual de su alfa ser mencionado con tanta naturalidad. Se asomó dentro del salón de clases desolado a excepción de la única persona que estaba ahí: Han Hyori.

Pegó su espalda contra la pared cercana a la ventana que le permitía escuchar parte de la conversación. "Taehyung" dijo la chica "Quiero que vengas a mi exposición de arte" dijo despacio.

Un esposo para el príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora