Capítulo 34

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La alegría de despertar juntos resultaba inexplicable para los príncipes herederos. Sin expresar con palabras, demostraban en su lecho que estaban más que encantados de recibir otro día si lo primero que veían al despertar eran aquellos ojos levemente hinchados por el sueño.

Jungkook era sumamente feliz cuando al abrir los ojos, acurrucado sobre el pecho del príncipe Kim, lo primero que observaba era su hermoso rostro, con una mejilla más enrojecida que la otra debido a la almohada y haber pasado largas horas durante la noche en la misma posición, solo para que el menor descansara plácidamente.

Al omega ya ni siquiera le importaba dormir acompañado de los fuertes ronquidos del mayor, incluso aquella peculiaridad lo tenía encantado.

No encontraba un defecto en sus preciosos labios de algodón, rosados y humectados naturalmente, se perdía en sus cejas gruesas, en el cabello castaño desbordándose por sus orejas y su aroma; Kim Taehyung no era más que una adictiva droga.

Por su parte, el príncipe Kim no podía evitar sonreír cuando abría los ojos y el menor ya se encontraba observándole fijamente, con aquellos ojos de ciervo, devolviéndole la sonrisa y lanzándose a besarle el cuello.

Nunca se encontró a sí mismo como un alfa demostrativo de cariño ni mucho menos; sin embargo, conforme los días pasaban y el embarazo avanzaba, el castaño no encontraba la determinación de dejar por un momento a su omega.

Quería estar con él todo el tiempo, quería besarlo, apretarlo contra su cuerpo entre sus brazos y otros pensamientos indebidos que se colaban con constancia por su mente. Jeon Jungkook llegaba a ser su mismo oxígeno para ese punto.

"Deje de mirarme así" el príncipe Jeon se encogió entre las mantas y enredó aún más sus pies con los del mayor.

"¿Cómo?" cuestionó con una risa colándose de entre sus labios.

"Así" insistió "Como si quisiera hacerme... cosas" susurró lentamente al tiempo que sus mejillas se enrojecían.

El alfa se volteó de costado y se acomodó en la cama hasta quedar con el rostro a la altura del menor y encararlo. "No voy a ocultar que lo que más quiere tu príncipe es hacerte cosas" soltó socarronamente haciendo que el corazón del omega se acelerara y su vientre cosquilleara.

"Qué descarado es, su alteza" el menor le dio la espalda y se cubrió aún más con las mantas.

Aquello tan solo sirvió de invitación al atrevido alfa, puesto que pegó su cuerpo contra la espalda del menor y con una mano rodeó la cintura del pelinegro; metiendo la mano bajo el pijama que cubría su vientre.

"No me provoque" dijo el menor con la voz trémula debido a la proximidad hechizante.

"¿Qué harás si no, eh?" le preguntó el alfa con sus labios rozando peligrosamente el contorno de la oreja del otro y su cuerpo presionándose cada vez más al menor.

Jungkook apretó los ojos y respiró con pesadez, sus mejillas completamente sonrojadas y tan solo cediendo ante aquel deseo que llevaba días consumiéndolo. "Príncipe, ¿acaso durmió con un arma en su bolsillo o qué es eso presionando contra mi trasero?" preguntó temiendo la respuesta.

Como una suave brisa marina la risa del castaño le acarició la nuca y después sintió unos suaves besos bañados en humedad chocar contra la piel tierna de su nuca y hombros levemente descubiertos por la holgada camisa de dormir. "¿Por qué no lo averiguas por ti mismo?" cuestionó con voz juguetona tomando la mano del menor y llevándola hacia atrás para guiarlo hasta donde sentía aquella presión.

Oh, vaya. Pensó el menor para sí mismo y apretó sus propias piernas ante lo que su curiosa mano encontró.

El calor traspasaba la tela del pantalón de dormir de Taehyung y recordó claramente que el mencionado dormía únicamente con un pantalón, sin ropa interior que le cubriera demás y aquel pensamiento le hizo tragar saliva con pesadez.

Un esposo para el príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora