Capítulo 48

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El príncipe Taehyung sentía temor.

Lo había pensado mucho y la realidad era que no ansiaba volver. No le importaba, tal vez se veía como un irresponsable por renegar de su obligación, incluso tal vez se pensaría que no le interesaba el bienestar de su familia, pero no era así.

Por primera vez en su vida tan solo quería huir para siempre de dicha obligación, es decir, él era feliz con Jungkook escondidos en la espesura del bosque.

Le gustaba esa vida despreocupada, amanecer con su amado entre sus brazos, pasar el día entero juntos y después, cuando anocheciera acostarse juntos frente al calor de la chimenea y volver a hacer el amor hasta quedarse dormidos.

Al menos esa había sido su rutina los últimos días después de la cena de Navidad; Taehyung no podía dejar de demostrarle a su adorado rey lo mucho que lo amaba.

Se lo demostraba no solo con caricias sutiles y eróticas sino que también con actos de amor y de profundo cuidado.

Taehyung realmente lo amaba más que nunca y el caso de Jungkook no era diferente.

“Alteza” el omega le llamó avergonzado, pues Taehyung estaba encima y dentro de su cuerpo, desnudo al tiempo que se encontraba besándole el cuello.

“Mh…” contestó el aludido llenándose los pulmones de la esencia de su menor.

Acarició las hebras castañas de su alfa, disfrutando los mimos. “Está muy cariñoso” soltó una pequeña risa cuando el alfa se dedicó a llenarle el rostro de sus besos azucarados.

Taehyung se enterró todavía más, a pesar de que ya había terminado y era su segundo orgasmo de la noche, a lo que Jungkook gimió despacito y entrecortado.

“No es suficiente…” susurró contra su oído causándole cosquillas. “Me vuelves loco, estoy tan enamorado y no puedo saciarme de ti, Jungkook.” Levantó su rostro y buscó a tientas la boca del omega para unir sus labios en un tímido beso.

El alfa aún poseía una pizca de inexperiencia, quizás no por completo en el ámbito sexual; pero sí en la expresión de sus emociones, lo cual lo reducían a la timidez.

Jungkook, por su parte, se desbarató ahí mismo, porque su corazón palpitó con fuerza.
Rodeó el cuello del alfa con sus brazos, al igual que la cadera ajena con sus piernas, encadenándose así a la anatomía del castaño.

“Kim Taehyung… Tae… Su alteza… príncipe Taehyung…” musitó rozando sus narices en un tierno beso esquimal. “Tengo su amor, pero ¿cuándo me dará un cachorro, mh?” Preguntó con la mirada iluminada en su lobo, exudando inocencia.

Taehyung gimió grave y ronco cuando el omega movió las caderas de manera que su miembro se apretó dentro del otro y comenzó a despertar de su reciente clímax. “Pronto te daré todos los que tú quieras.” Tragó saliva y volvieron a besarse con lentitud, mientras reanudaba las embestidas frente al calor abrazador de la chimenea.

Aún cuando el invierno helaba fuera de la cabaña.

Entre lentas caricias y dulces besos lograron unir sus esencias una vez más y el alfa cayó rendido al lado del omega, donde quedaron plácidamente dormidos hasta el amanecer.

Era la vida que ambos anhelaban sin saberlo.

Jungkook fue el primero en despertar, sonrió al observar a Taehyung dormido a su lado. Completamente desnudo y se alegró de verlo más repuesto que los días anteriores.

Sus heridas habían sanado casi por completo, su rostro había recuperado la calidez y el brillo, era más que una divinidad de cabellos color caramelo.

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⏰ Última actualización: Aug 02 ⏰

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Un esposo para el príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora