Reunión de fuego

Lujuria

2 semanas después

Después de esa última conversación con Hoseok no he vuelto a ver a Jungkook, las visitas se habían reducido a una Rou muy feliz contándome como estuvieron sus días y asegurándome que no ha vuelto a acercarse al bosque después de nuestra conversación. Hoseok se limitaba a venir de vez en cuando viendo mi progreso, ayudándome a recuperar la fuerza de mis piernas para soportar mi peso. No fue fácil pero lo logré, aún duele la herida del animal, manchas violáceas adornaban partes de mi cuerpo y me limitaban a realizar muchos movimientos pero me sentía una carga menos, odiaba que se preocuparan por mi, odiaba tener sentimientos por estos aldeanos, simplemente lo odiaba y no podía hacer nada al respecto. 

Eran las cinco de la madrugada cuando renuncié a intentar dormir. Mis sueños se convertían en un conjunto de manchas que me arrastraban por el bosque y no me dejaban respirar, las pesadillas se hicieron constantes y me sentía nerviosa y ansiosa sin una razón aparente. Me levanté de la blanca habitación por que sí, aun permanecía en el mismo lugar en donde me había recuperado de mis heridas, me puse unos pantalones cortos que Hoseok me compró en el mercado, una camiseta de tirantes que Rou me prestó (Me quedaba arriba del estomago y se apretaba a mi cuerpo mostrando las cicatrices que tenía) y mis botas. 

Si no podía dormir, aprovecharía para hacer algo de ejercicio, necesitaba recuperar la fuerza de mis piernas para largarme de aquí. Pensé en ir hasta el bosque, cruzar y seguir por el camino de tierra que rodeaba la aldea. Exploraría un poco. 

Me recogí el pelo, cerré la puerta y me guardé la llave en el bolsillo interior de los pantalones. Luego me marché en un trote ligero. El sol empezaba a asomar sobre el lago y el cielo se tiñó de un precioso rosa anaranjado. Faltaban horas para que el calor empezase a ser insoportable y el aire frío me refrescaba los brazos y las piernas y perdí un poco el ánimo cuando llegué al mercado de la aldea y me di cuenta de que tendría que haber ido al baño antes de salir.Bueno, no tardaría demasiado en volver. Solo una vueltecita. 

¿Cómo de grande podía a ser un "mercado"?Grande que te cagas, al parecer.Me dirigí hacia el oeste por el camino de tierra y pasé frente a un huerto,grandes cabañas con amplio espacio para cosechas, con verduras plantadas, un pasto y, finalmente, bosques espesos. Cuando por fin giré a la izquierda en el límite de la aldea, no aguantaba más, la vejiga me iba a explotar.Me mordí el labio y eché un vistazo a mi izquierda, al bosque que había al otro lado de la valla que delimitaba la aldea, y al pasto abierto de la granja de otra persona a la derecha, antes de volver la vista atrás,por donde había venido. No había ni un alma. Y estaba al aire libre. ¿Me atrevería?No creo que haga falta mencionar que no soy precisamente una chica hogareña. Mi idea de una aventura es un bosque frondoso. Desde luego.

¿Hacer pis en el bosque como un animal sería peor que volver a la cabaña? ¿Con qué me iba a limpiar? Había escuchado a chicas de mi aldea contar situaciones similares alguna vez, pero no había prestado suficiente atención.¿Te sacudías como un chico? ¿Usabas una hoja? ¡Tenía la piel sensible! ¿Y si cogía una hiedra venenosa por error? ¿O cualquier otra planta peligrosa? ¿No había algo llamado roble venenoso? ¡No sabía cómo era! 

Empecé a dar saltitos, desesperada, deseando que apareciera alguna solución por arte de magia para no tener que perder la dignidad o acabar con una erupción en la vagina. Pero no pasó nada, así que trepé la valla que separaba la aldea del bosque y me escondí entre los árboles mientras maldecía haber sido tan despistada al salir.Atravesé el bosque a toda velocidad, corriendo sobre agujas de pino y hojas secas para alejarme del camino hasta perderlo de vista. 

Estaba a punto de ponerme en cuclillas (por favor, qué palabra tan poco elegante) cuando escuché un chapoteo. Ahogué un grito, me incorporé y eché un vistazo mientras me colocaba los pantalones a toda velocidad. Escuché otro chapoteo y eché a andar en esa dirección con cuidado.