La doctora me dijo que me debía quedar hasta al día siguiente, solo por si acaso.
Después de eso, convencí a April que se vaya a dormir a la casa... Así que me encontraba sola.
La oscuridad inundaría toda la habitación si no fuera por la lámpara que esta en el mueble en frente de mi camilla.
Le había pedido a la Dra. Miller apagar la luz del techo pero que dejara esa prendida, de alguna u otra forma, le tenia miedo a la oscuridad y mas a la de los hospitales.
Me había hecho a la idea, de como ya es noche, me dormiría, pero el sueño nunca llego. Algo raro, ya que según la doctora es un síntoma y que si había tenido hoy, pero parece que se me ha quitado por completo.
Sentía la impotencia de no poder hacer nada, ni siquiera tenia un libro o mi celular, fue algo que no pensé, que tal vez podría haberle pedido a April.
"¿Que hago?" ¿Como es que las personas se entretienen en los hospitales?" Me preguntaba una y otra vez.
La doctora se despidió de mi cuando se fue, y que cualquier cosa que necesitara solo oprimiera el botón a un lado mío, para que las enfermeras que se quedaban de noche vinieran.
No creo que lo necesitara tanto...
La única lámpara que se encontraba encendida comenzó parpadear.
"¡Oh por favor!" "Tienen que estar bromeando" Pensé al instante.
No dejaba de parpadear. Poco a poco me comencé a poner de pie, no tenia prohibido hacer eso, y mas ahora, que me encontraba algo bien.
Cuando ya mis pies estaban en el suelo, camine hacia ella lentamente. Estaba descalza, pero solo era caminar unos pasos.
Llegue a ella y la toque ligeramente para sentir si estaba caliente: no lo estaba.
Aun seguía parpadeando, así que la moví un poco. La luz por fin volvió a como estaba antes, suspire aliviada y me gire para caminar a la camilla de nuevo.
Esta vez el foco exploto.
Me escame cuando escuche aquel ruido, y baje la cabeza asustada.
Esta vez, la oscuridad invadió el lugar...
Mi corazón se empezó a acelerar y el miedo me llego de repente. No podía ver nada, si tan solo encontrara la ventana para retirar la gran cortina y que llegue la luz.
Pero me quedo petrificada sin siquiera moverme.
De un momento a otro, algo me pego.
El viento había entrado de la ventana, y por fin, por la luz de la luna, pude observar mejor.
¡¿Quien demonios a abierto la ventana?! Recuerdo muy bien que estaba cerrada. Ni siquiera entraba nada de aire.
Me dirijo rápidamente a ella. El viento golpeaba las cortinas y las empujaba para adentro, mi cabello se encontraba por todas partes, cuando sostengo la ventana, la intento cerrar pero fue algo fallido.
Sostengo las cortinas y las aparto de ahí amarrándolas para que por lo menos pueda ver mejor en donde se encuentran las cosas.
Mi respiración se encontraba agitada y el miedo me carcomía. ¿Que estaba pasando?
Rápido me dirijo a donde el botón para llamar alguna enfermera se encontraba, hago varias pulsaciones en el como loca, pero nadie aparece.
Sin pensarlo corro a donde la puerta cerrada se encuentra. Muevo la perilla demasiadas veces intentando abrirla pero se encontraba cerrada desde afuera.
—¡Ayudenme! ¡¿Hay alguien ahí?! —gritaba y gritaba golpeando la puerta demasiadas veces. Pero nadie venia—. ¡Ayuda! —Seguía golpeando la puerta y moviendo la perilla. ¿Como es que todo lo que esta pasando es posible? ¿Acaso alguien me a acosado y me esta jugando una broma?
Un sonido estruendoso me hace saltar del susto y voltear a mis espaldas para gritar de horror. La lampara se había caído desde el mueble de donde se encontraba y destrozado en el suelo.
¿El viento había hecho eso? Ahora mismo no podía razonar nada. El miedo había invadido todos mis sentidos y ahora la lampara se encontraba hecho pedazos junto los restos de vidrio del foco explotado.
Me tiro al suelo y comienzo a arrastrarme jadeando al rincón alado de la camilla para ponerme en posición fetal, era lo único que podía hacer para sentirme algo protegida con todo eso que estaba pasando.
Las lagrimas no tardaron en salir y el miedo no desaparecía. Sentía la presencia de alguien, pero al voltear a todas partes, no se encontraba absolutamente nadie.
Los papeles que había en esta habitación se encontraban en los suelos y la oscuridad me asustaba demasiado.
El viento hacia demasiado ruido, y hacia volar mi cabello, todo lo que había pasado era demasiado extraño.
La lampara exploto dejando todo oscuro, la ventana se abrió dejando entrar a ese infernal viento, la cual estaba completamente atascada y la puerta se hallaba cerrada. Ninguna enfermera o alguien venia, la impotencia de no poder hacer nada mas que arrinconarme hacia que el mi corazón dejara de estar tan acelerado.
De pronto el escándalo se acabo. El viento ya no entraba por la ventana, las cosas dejaron de estar cayéndose. Pero la oscuridad volvió.
Algo o alguien había desecho los nudos que había hecho para amarrar las cortinas y cerrado la ventana de nuevo.
Mire a mi alrededor con mis ojos llorosos pero de nuevo, no se podía ver nada ni escuchar absolutamente nada.
Todo estaba completamente tranquilo y silencioso. Un ruido ligero que comenzó a escucharse llamo mi atención y la luz comenzó a aparecer de nuevo.
La puerta se estaba abriendo lentamente haciendo todo que se volviera mas siniestro ya que gracias a la luz, una sombra se podía observar, la cual estaba de pie en la puerta. No podía distinguir si era mujer u hombre...
La puerta seguía abriéndose haciendo un ruido el cual aumentaba el miedo de aquella situación.
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Gone
Gizem / Gerilim-¿Emma? -replica mientras me mira con el ceño fruncido. -Si... Una chica que desapareció hace cinco días... -le respondo indiferente, aunque por dentro me carcomía el miedo de lo que le había pasado. -Nunca había oído hablar de ella, tal vez es solo...