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Solo pude ver a dos hombres imponentes moviéndose entre un aura de poder en nuestra dirección, hombres que sacaría suspiros hasta a una dama perdidamente enamorada sin siquiera intentarlo. Cada uno de sus pasos destilaban elegancia, sagacidad y riqueza. Y si definitivamente el tipo de hombre con el cual deseo mantener lazos para cuando asenda a la corona francesa, formalizar una alianza.

- espero que está velada sea de su agrado  Mesdemoiselles - dijo el consejero del conde, un hombre solamente dos años menor que el mas sin embargo con una sagacidad notoria y claramente preparado para mover los hilos de el que en este momento es el hombre más poderoso de la habitación.

Mi lord- dijo Amaranta a modo de saludo, ya hablaré con ella sobre sus errores - su alteza es un placer estar aquí.

Amaranta intento alagar a ambos caballeros mientras yo observaba a mí alrededor y estudiaba al conde desde la privacidad de mi velo, ella no comprendía su error, pero yo no los cometere.

Lady Taliana - dijo de nuevo el consejero - nos honra en exceso con tu presencia, es un placer poder hablar con tan elegante señorita.

- el placer es mío - dije cortesmente - y me alagan sus cumplidos.

Amaranta me observo como si acabase de perder la cabeza por completo, las demás damas tienden a elogiar a los hombres buscando congraciarse con ellos, yo no haré eso, ellos deben congraciarse conmigo yo soy la que lleva la corona aunque aún no la luzca.

Lady Taliana vermilion- dijo el conde, su voz era simplemente hipnótica, la manera como se deslizan las palabras en su voz, como si la saboreara suavemente, nunca un hombre había hecho sonar mi nombre de esa manera tan...peculiar.

Conde - respondí suavemente - es un placer que halla tenido la gracia de invitarme a un evento tan encantador.

- ¿Como no invitar a la dama que me ha robado la atención en mi propio baile? - pregunto el agregando una pícara sonrisa

- le pido una disculpa su alteza - dije haciendo una reverencia ligera - más le habría valido no haberme invitado, pero si lo desea puedo marcharme en este instante.

El conde un tanto desorientados enfrente de  una actitud un poco tosca disfrazada de cortesía argumento - lamento si la he ofendido mi lady esa no era mi intención

- no la que lo lamenta soy yo alteza - dije yo - ¿no tiene alguna idea de cómo resarcir el daño que le he causado?

Lady Taliana - llamo su consejero - creo que mi hermano ha realizado una fatal elección de palabras, pero no lo considero un motivo para entristecerse en entra hermosa velada.

- supongo que usted ha de estar en lo correcto - dije - me siento muy avergonzada de haber causado tal desvío en la atención de sus invitados.

Amaranta solo me miraba como si hubiera perdido la cabeza a lo que le sujete sutilmente la mano.

Amaranta, amiga -dije- perdóname por distraer al consejero de la charla que mantenían, se que has esperado mucho tiempo para poder hablar con el.

y desviada la atención del consejero hacia una de mis pocas amigas estaba por dar el primer paso hacia una de las mejores relaciones políticas.

El Velo De Lady Taliana VermilionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora