Los personajes de Candy Candy son propiedad de Mizuki & Igarashi.
La historia es una idea original de mi loca cabecilla. SIN FINES DE LUCRO.
Historia creada para el aniversario del grupo de Facebook: Biblioteca Grandchester.
Fic recomendado para mayores de edad y con amplio criterio.
Algunas escenas contienen lenguaje explícito y soez. Se recomienda discreción....
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A la media noche me despedí de los invitados y los dejé disfrutando de la fiesta. Mi padre, con un asentamiento de cabeza, me indicó que apoyaba mi retirada. Caminé hacia el ala este para ir por mi esposa y futura mujer.
Al llegar a la puerta del salón esperé unos minutos afuera, en tanto era avisada mi presencia. Oí el jadeo de las mujeres al saber que yo estaba afuera, diez minutos después, una valla de mujeres vestidas con su abaya negra y la cabeza gacha, dieron paso a mi persona. Ocupé el sillón destinado para el novio y miré alrededor, pero no vi a Candice. Mi madre se acercó a mí, mientras las damas seguían disfrutando de los alimentos.
--¿Dónde está mi esposa? --Pregunté.
--Fue al sanitario. --Dijo.
--¿Hace cuánto?
--Unos... diez minutos.
Una alarma empezó a sonar en mi cabeza. Me levanté abruptamente y caminé hacia el sanitario, abriéndolo sin tocar. Estaba vacío, el vestido de novia con sus accesorios, en el suelo. Con paso firme y maldiciendo por lo bajo, salí como bólido del salón, ante la atónita mirada de mi madre y las invitadas.
En el salón del trono, Archie ya me esperaba. Había oprimido el botón de emergencia que nos conectaba a ambos, y un escuadrón del ejército esperaba, listo, mis instrucciones.
--¿Qué hay de las cámaras de seguridad? --Pregunté a mi Visir tomando mi cimitarra y colocándome el hiyab.
--Nada anormal, más que la llegada y salida de los comerciantes que trajeron las frutas exóticas para el día de mañana.
Miré detalladamente el video presentado a través de una tableta electrónica, entonces reparé en un detalle. Una mujer, ataviada con la típica abaya, iba detrás de una de las carretas transportadoras, pero no volvía a aparecer en el video... era ella, estaba seguro.
Di instrucciones al escuadrón para moverse hacia las diferentes rutas de comercio, en tanto que yo me movía hacia la salida de la capital, porque estaba seguro que eran comerciantes ________________, así que muy seguramente los interceptaríamos pronto.
Al cabo de un cuarto de hora, divisé a una caravana de comerciantes. Mis hombres comenzaron a realizar la búsqueda en las carretas, inspeccionando hasta el lugar más recóndito, pero nada, ella no estaba ahí. Las calles de Brunei no son peligrosas, pero a estas horas de la noche, sólo comerciantes y mujeres de la vida alegre pululan por ellas.
Quince minutos más, y ni rastro de Candice. Mi general en jefe, Tomas Abul, se acercó a mí, él venía de la parte sur.
--Alteza, tenemos noticias, una mujer llegó al hotel Empire, no llevaba dinero, a cambio entregó sus joyas, es decir, las joyas de la casa real...
La ira nubló mis pensamientos, ¿cómo se atrevía Candice a menospreciar de esa manera las joyas que han pasado de reina en reina desde hace muchos siglos? Esto lo pagaría caro.
Llegamos, discretamente, al lugar. El recepcionista hizo una reverencia y, en un papel, me dio el número de habitación y la llave copia de la misma. Me comentó que se le estaba dando un trato preferencial al notar que tenía parentesco con la familia real. El pueblo aún no la conocía, hasta hoy que fue el evento público, me encargaría de que esta deshonrosa noticia no llegara a la luz, más bien, ya mi Visir estaba en ello.
Había intentado ser un caballero con ella, si tan sólo le hubiera demostrado cómo los hombres dominan a las mujeres, seguro lo habría pensado dos veces antes de atreverse a ofender a mi casa y mi pueblo de esta manera. Candice tendrá que aprender a someter sus impulsos, por las buenas, o por las malas.
Dejando a una distancia prudente de la habitación al general y algunos guardias, ingresé la llave a la puerta y entré a la lujosa recámara. Ella no estaba en el living, así que imaginé que estaría en la habitación, pero tampoco fue así. Una suave melodía procedente del sanitario me hizo dirigirme hacia allá.
Abrí la puerta tratando de no hacer ruido y la vi. Ella estaba metida entre la tina, tallando fuertemente sus brazos y piernas, intentando desaparecer los dibujos que con tanto esmero hicieron para ella. Eso me molestó aún más. Estaba a punto de hacerme notar cuando la escuché hablar.
--¡Necesito que llames a la embajada, Annie! No preocupes a mamá y papá, hazlo sola. Estoy en Brunei, fui secuestrada por el hombre que compró el terreno en Búfalo, logré escapar apenas con suerte, pero temo que no pueda esconderme por mucho tiempo, ¡por favor Annie!, agiliza todo, acá es más de media noche, ¡por favor! Ayúdame...
Fue lo último que dijo angustiadamente antes de enviar el mensaje por cobrar a su hermana, el cual me encargaría de que no llegara a su destino, si pensaba que podía librarse de mí, estaba muy equivocada... Tres años avalaban mi terquedad, demasiado la había esperado. Decidí romper mi anonimato aplaudiendo estrepitosamente y haciéndola sobresaltar con mi presencia.
--¡Vaya, Candice! Sabía que eras intrépida, pero no creí que tanto, mira que darte a la fuga el pleno día de nuestra boda, y encima de todo, deshacerte de las joyas reales... tsss, tsss, muy mala elección querida, muy... mala
--Lárgate de aquí. --Dijo poniéndose en pie y tomando la toalla que estaba sobre la encimera. --Ya he dado aviso a mi familia, la embajada me rescatará, y si te atreves a hacerme algo, no dudes que provocarás un problema grande, pues mi país nunca perdonará una ofensa tan grande hacia su gente.
--¿En verdad crees eso? ¿Crees que a los políticos les interesa una asesora inmobiliaria queriendo triunfar? No seas ilusa Candice, pareces estúpida al decir eso... Nadie vendrá por ti, el dinero y las influencias pesan más que una ridícula llamada pidiendo rescate por una simple ciudadana más.
--No... no es eso lo que ellos verán, sino el hecho de secuestrarme y haberme sacado de mi país en contra de mi voluntad... Ellos vendrán por mí...
--¿En contra de tu voluntad? --Pregunté acercándome peligrosamente a ella, quien retrocedió y chocó con la pared. --Pero si le dijiste a tu familia que venías a trabajar conmigo, y ellos quedaron felices y contentos... Lo siento por ti querida Candice, nadie, más que yo, he venido por ti, es hora de que vuelvas a tu lugar.
Ella comenzó a forcejear e intentar golpearme, pero sus golpes ningún daño provocaban en mí, más bien estaban despertando mi deseo atroz por dominarla. La enrollé con mi manto sin ningún esfuerzo, y me la aventé al hombro cual saco de carga, aplicando una dura nalgada en su redondo trasero lo que la llevó a dejar de forcejear.
Monté a César, mi brioso y negro pura sangre, digno ejemplar árabe, acomodando a Candy en mi regazo.
--Ahora sí esposa mía, agotaste mi dosis de paciencia, vas a conocer cómo las mujeres como tú, son domadas en mi tierra...
Azucé a mi fiel amigo y me dirigí a mi Palacio, dispuesto a darle una lección a mi fierecilla.
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♥️🧕Corazón de Sultana♥️🧕
FanfictionUna asesora inmobiliaria, luchadora e independiente, se verá atrapada en una nueva cultura y como pertenencia de un Sultán dominante y posesivo, donde deberá decidir entre elegir entre ser una esposa sumisa y obediente, o ser la Rebelde empedernida...