CAPÍTULO 2

486 60 12
                                    

Los personajes de Candy Candy son propiedad de Mizuki & Igarashi.
La historia es una idea original de mi loca cabecilla. SIN FINES DE LUCRO.
Historia creada para el aniversario del grupo de Facebook: Biblioteca Grandchester.
Fic recomendado para mayores de edad y con amplio criterio.
Algunas escenas contienen lenguaje explícito y soez. Se recomienda discreción.

...

...

...


Había pospuesto mi visita al enorme hotel 5 estrellas ubicado al medio del inmenso terreno en venta, todo por causa de Anthony y su insistencia al teléfono, sentí que la cabeza comenzaba a dolerme debido a su atroz persecución durante el día.

Conocí a Anthony en la universidad, no estábamos en la misma aula, pero sí compartíamos clases, ya que él estudió comercio internacional. Es un chico guapo, de ojos amables y carácter demasiado… dócil, por así decirlo; no hay cosa que yo desee, que él no me entregue. A veces lo siento demasiado meloso, contrario a mí que no tengo tiempo de estar pensando en el romanticismo.

Nos hicimos amigos y, pasado un tiempo, me confesó que le gustaba. Con toda la pena del mundo lo mandé a la friendzone, para mí era un buen amigo pero nada más, le expliqué que mi mente estaba concentrada sólo en mis metas y proyectos y que no deseaba ningún otro compromiso o distracción. Su triste rostro me conmovió, pero ya había tomado mi decisión.  

Los años pasaron y la graduación llegó. Ver el rostro de alegría de mi familia valía hasta el último sufrimiento vivido durante los años escolares. Inmediatamente empecé mi búsqueda de trabajo, la cual fue infructuosa, lo demás ya lo saben.

Año y medio después de la graduación, recién casi iniciando mi proyecto laboral, volví a coincidir con Anthony en uno de los eventos creados para asesores inmobiliarios, resultó que él había caído en la misma rama. Intercambiamos números y desde ese día, no perdía la oportunidad de enviarme saludos, buenos deseos y piropos. Seis meses después, luego de unas cuantas salidas, me pidió ser su novia y… acepté.

Anthony es el chico que necesito en mi vida. Calmo, sereno, tranquilo, un remanso en mi vida. Si le digo calla, él obedece y eso me gusta. Soy una chica de carácter fuerte y, si él quisiera dominarme, seguramente ya no estaría a mi lado. Somos la pareja perfecta, mientras no esté de meloso.

Hace una semana, en medio de una cena que, para mí era muy normal, Anthony hizo la propuesta que no hubiera querido que llegara. Ante la atónita mirada de Annie y mi padre, y la emocionada de mamá, me pidió ser su esposa.     
No hubiera notado que la cena era una deliciosa lazaña, creación de mamá para fechas especiales, y que la bebida era champagne, si Tony no hubiera hecho la petición. Estaba tan inmersa en mis pensamientos laborales que omití esos detalles, como hago siempre que estoy en mi territorio, tanto así que me mis “amigos” y conocidos me llaman: la tiburona del Real State.

En medio de un incómodo momento, con la sonrisa camuflada de mi hermana, la incisiva mirada de mi padre y la cara ensoñada de mamá, no tuve más elección que decir que sí, sabía que no era lo que yo deseaba, ni siquiera mi sueño más cercano, pero no quería volver a romperle el corazón a este chico tan dulce, al fin y al cabo miraba el matrimonio como un intercambio laboral, trabajo y paga de ambas parte... Y así fue como llegamos a este momento.

Estaba terminando de almorzar, cuando recibí la llamada de mi "prometido". Con cara de fastidio, no tuve más elección que tomar la llamada. Afortunadamente no estaba en horas laborales y podía concederle esa atención.

--Dime Anthony. –Hablé con un bocado de tiramisú en la boca.

--Preciosa, lamento interrumpirte, sabes que hubiera ido contigo a Búfalo si no fuera por un pequeño detalle que pasaste por alto.

♥️🧕Corazón de Sultana♥️🧕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora