♥️🧕Corazón de Sultana♥️🧕

CAPÍTULO 10

Los personajes de Candy Candy son propiedad de Mizuki & Igarashi.
La historia es una idea original de mi loca cabecilla. SIN FINES DE LUCRO.
Historia creada para el aniversario del grupo de Facebook: Biblioteca Grandchester.
Fic recomendado para mayores de edad y con amplio criterio.
Algunas escenas contienen lenguaje explícito y soez. Se recomienda discreción.

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POV CANDY

Me removí en mi suave cama, sentía un cansancio dolorido en el cuerpo. Me giré para quedar boca arriba, y sentí un escozor en mis nalgas, en ese instante mis recuerdos llegaron abruptamente: la boda, mi súplica por ayuda, la amenaza de Terrence, la huida, la llamada, el encuentro, los golpes (estúpido sonrojo mezclado con rabia) y... la entrega (sonrojo plus calor plus más rabia).

Intenté sentarme, pero el ardor era incómodo, no pensaba salir de la cama en todo el día, sería vergonzoso que notaran que no podía reposar dignamente; me tumbé boca abajo y disfruté la suavidad de la tela y de las almohadas, fue entonces que reparé en algo, no estaba en la habitación de Terrence, sino en la mía. Una punzada de decepción me atravesó rápidamente, pero la deseché enseguida, no me importaba para nada esta acción, por el contrario, era mucho mejor que me hubiera sacado de su perverso dormitorio. Unos leves toques me sacaron de mi monólogo mental.

--¡Adelante! --Dije sin acomodarme.

--¡Buen día querida! Espero que hayas dormido bien.

La voz de mi sue... es decir, la mamá de Terrence, me hizo brincar y acomodarme correctamente en la cama, pese al ardor sentido.

--¡Bu... buen día, señora! --Tartamudeé.

--Nada de formalidades, ahora eres como mi hija. --Me sonrojé y no supe qué decir. --Con respecto a lo de ayer...

--No podía no intentarlo. --Dije a la defensiva.

--Tranquila, pequeña, no pensaba censurarte por ello, yo misma lo intenté en alguna ocasión, cuando peleaba con mi marido, sin embargo, creo que... tú misma lastimas tu dignidad al actuar de ese modo tan infructuoso... --Fruncí el ceño molesta. --Terrence jamás aceptará perderte, no hay nada que se le escape a su gobierno, todos sus súbditos son leales a él como en algún momento lo fueron a mi esposo. --Mi rostro se tornó serio, odiaba ese tipo de ideas. Eleanor tomó mis manos entre las suyas y continuó. --A estas alturas todo el reino debe saber que mi hijo te disciplinó, y aunque nunca he aceptado estas formas tan retrógradas, tengo muy presente que es su cultura y su forma de hacer valer su honor frente a su pueblo. En este lugar la mujer no es tan menospreciada como en otros sultanatos o emiratos, pero hay reglas muy rígidas acerca del comportamiento femenino que no se pueden pasar por alto. Tú eres una chica inteligente, culta, con visión y, sobre todo, valor y carácter, sé que podrás adaptarte a tu nueva vida

--¡Pero yo no quiero esta vida! --Contradije soltándome del agarre de Eleanor. --Yo tengo planes, no me gustan las imposiciones, odio el machismo y... no amo a Terrence...

--Tal vez no lo ames, pero lo deseas.

--¡Claro que no!

--Lo haces. Viendo el temple que tienes, no imagino que hayas sido forzada a tener sexo con él, y aunque parezca algo cavernícola, y aún esperando que tú lo golpearas y te negaras, habrías terminado siendo forzada, pues el ritual matrimonial se debía cumplir por las buenas, o las malas. --Tragué grueso ante la sugerencia y sentí mi cara arder al recordar la noche anterior, donde nada de aquello que ella decía, pasó. --Ante la sociedad ahora eres la mujer y esposa de mi hijo, la sábana con la evidencia es la prueba fehaciente.