CAPÍTULO 4

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Los personajes de Candy Candy son propiedad de Mizuki & Igarashi.
La historia es una idea original de mi loca cabecilla. SIN FINES DE LUCRO.
Historia creada para el aniversario del grupo de Facebook: Biblioteca Grandchester.
Fic recomendado para mayores de edad y con amplio criterio.
Algunas escenas contienen lenguaje explícito y soez. Se recomienda discreción.

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Un mes después ejecutábamos una doble compra-venta, el terreno del feliz señor Carwright y el hotel de un temeroso Neal Leagan. Nos encontrábamos en la mesa del notario que ratificaría la transacción y donde se firmarían las nuevas escrituras.

Recordaba lo último que le había dicho a Leagan, y eso me hizo suprimir una sonrisa malvada. Afortunadamente Karen no tenía intención de que yo asistiera los otros dos días al congreso, y obviamente yo, ni loca, pensaba hacerlo. Había leído las otras 4 preguntas dispuestas para el hombre quien, por "situaciones ajenas a su voluntad", no pudo estar los días siguientes, por lo que su representante concluyó el evento. ¡Infeliz!

Mientras esperábamos la llegada de mi "cliente", de quien no sabía nada, a excepción de que estaba forrado en dinero y que era del Medio Oriente, o eso me parecía. Esto me sonaba a novelas tipo vaqueras, donde el hombre era un dominante machista, cuyas mujeres se desmayaban a sus pies. Rodé los ojos al darme cuenta de lo ridículo que sonaba aquello, pero era mejor pensar eso y no que, en realidad, pudiera tener conexión con el grupo Isis.

Un mes atrás me había dado la noticia al Visir Cornwell, quien no parecía sorprendido por lo logrado, es más, era como si hubiera tenido la certeza de que ese espacio sería suyo, y esa intrigante seguridad me hizo dudar de la persona con la que se estaba cerrando el negocio. Afortunadamente sólo era cuestión de firmar los papeles, con los cuales me ayudó Anthony, y no volvería a saber de este enigmático personaje.

La puerta se abrió, y todos dirigimos nuestra vista hacia el punto. Un hombre que parecía llenar lo alto de la puerta, vestido con túnica y turbante blanco, ingresó a la estancia. Su piel bronceada contrastaba con unos espectaculares ojos azules que parecían taladrar la mente más cerrada. Cuando él me miró, desvié mi mirada, no había notado que lo había observado más tiempo de lo que permite el decoro. El cliente caminó hacia el extremo de la ancha mesa, justo a mi lado, y se sentó.

Su olor atravesó mi sistema respiratorio, olía a maderas de oriente, ridícula mi descripción, pero era un olor que evocaba a un Oasis perdido en medio de un desierto. Me concentré hacia el frente, con las manos cruzadas sobre la mesa cuando, con un sobresalto, sentí que él tocó mi brazo y me sonrió, ¡oh dioses del Olimpo, averno o todos los lugares existentes! Fue la sonrisa más bella que haya visto jamás; sus blancos dientes hacían contraste con su piel cobriza. Esbocé una sonrisa, sin dejar de mirarlo, ni él a mí, hasta que volví a la realidad ya que "mi cliente" fue llamado por el notario.

--Señor Terrence Abiel Saeed Baker, podría revisar que los documentos estén en orden, por favor.

Con una sola mirada, el Visir se acercó a revisar lo que se le solicitaba. Terrence no soltaba mi codo, su mirada estaba fija sobre mí mientras dibuja círculos en mi antebrazo, enviándome olas de electricidad por el cuerpo. Afortunadamente estaba sentada, si no, seguramente me habría derretido. Yo había desviado mi mirada, estableciéndola sobre Cornwell, para evitar que Terrence notara mi turbación... Terrence... qué bien sonaba su nombre... Volví de mis cavilaciones al percatarme que la revisión había concluido.

Durante toda la reunión, el hombre no soltó mi brazo, eso empezaba a incomodarme, pero no deseaba ofenderlo alejándolo de su mano, sabía que los hombres de oriente suelen ser muy... aprehensivos y se molestan a la primera; gracias al cielo llegó la hora de la firma y él por fin me soltó, momento que aproveché para, discretamente, alejar un poco mi silla.

♥️🧕Corazón de Sultana♥️🧕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora