-¿_________? ¿Eres tú? – preguntó mi madre desde la cocina
-Eh, si mamá, hola – entré a la cocina
-Hola querida, ¿Te sientes bien?
-Sí, mamá – fingí una sonrisa, no puedo estar bien sabiendo que se irán de viaje de nuevo y me dejarán sola
-Te ves algo pálida
-Soy pálida por naturaleza, ma
-Tienes razón – sonrió con dulzura
-¿Y papá? – pregunté
-Debe estar terminando de empacar – respondió
-Oh...
-Segura que estás bien? – preguntó de nuevo
-Si mamá, iré a mi habitación – dije saliendo de la cocina
-Espera, _________ — caminó detrás de mi – Tengo algo que decirte
-Dime...
-Empaca tus cosas, querida. Nos vamos a L.A
-¡¿Qué?! ¿por cuanto tiempo? – pregunté anonadada
-Nos quedaremos a vivir allá, querida
-¿Para siempre?
-¡Sí! – chilló con emoción —¿No es genial?
-Sí, súper genial – fingí emoción
-Ahora ve a empacar, querida
-Mamá, pero, ¿qué pasará con la escuela?
-Tú terminas las clases en dos semanas, te quedarás aquí hasta que las termines e irás a la universidad en Los Ángeles, con maddie
Me encanta la idea de ir a vivir con Los Ángeles con maddie, pero no soporto la idea de dejar a Nash aquí en Londres, no sé cómo voy a decírselo
-V-voy a mi habitación – dije subiendo lentamente
Entré a mi habitación y me tiré en la cama, no puedo creer que mi felicidad dure solo cinco minutos, mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas, por una parte quiero irme y por otra no. Maldita sea con mi puta vida. Mi celular empezó a sonar y adivinen quien era, si, Nash
{Llamada telefónica}