diez

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-¿_________? ¿Eres tú? – preguntó mi madre desde la cocina


-Eh, si mamá, hola – entré a la cocina


-Hola querida, ¿Te sientes bien?


-Sí, mamá – fingí una sonrisa, no puedo estar bien sabiendo que se irán de viaje de nuevo y me dejarán sola


-Te ves algo pálida


-Soy pálida por naturaleza, ma


-Tienes razón – sonrió con dulzura


-¿Y papá? – pregunté


-Debe estar terminando de empacar – respondió


-Oh...


-Segura que estás bien? – preguntó de nuevo


-Si mamá, iré a mi habitación – dije saliendo de la cocina


-Espera, _________ — caminó detrás de mi – Tengo algo que decirte


-Dime...


-Empaca tus cosas, querida. Nos vamos a L.A


-¡¿Qué?! ¿por cuanto tiempo? – pregunté anonadada


-Nos quedaremos a vivir allá, querida


-¿Para siempre?


-¡Sí! – chilló con emoción —¿No es genial? 


-Sí, súper genial – fingí emoción


-Ahora ve a empacar, querida


-Mamá, pero, ¿qué pasará con la escuela?


-Tú terminas las clases en dos semanas, te quedarás aquí hasta que las termines e irás a la universidad en Los Ángeles, con maddie


Me encanta la idea de ir a vivir con Los Ángeles con maddie, pero no soporto la idea de dejar a Nash aquí en Londres, no sé cómo voy a decírselo


-V-voy a mi habitación – dije subiendo lentamente


Entré a mi habitación y me tiré en la cama, no puedo creer que mi felicidad dure solo cinco minutos, mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas, por una parte quiero irme y por otra no. Maldita sea con mi puta vida. Mi celular empezó a sonar y  adivinen quien era, si, Nash


{Llamada telefónica}


De la tristeza a la felicidad. | N.G |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora