-Si mamá, ya vamos
-Está bien
-¿De verdad tenemos que ir?
-No, claro que no, si quieres nos quedamos aquí esperamos a que nos vengan a buscar y nos encuentren en esta situación
-Mejor nos vestimos ya
Nos levantamos de la cama y empezamos a vestirnos, retoque mi maquillaje y peiné un poco mi cabello, al ver a Nash no pude evitar reír ya que tenía labial rojo por toda su boca y cuello
-¿De que te ríes?
-De ti, tienes labial rojo por todas partes – limpié sus labios y cuello
-¿Me ayudas? - preguntó mirando su cobata
Lo ayudé con su carbata e intento besarme pero corrí mis rostro
-¿Sigues molesta conmigo?
-No, solo que no quiero llenarte de labial rojo de nuevo
Me dio un beso en la mejilla y salimos de la habitación
-Pensé que no bajarían nunca – sonrió mi madre –Nash, ¿Por qué tienes labial rojo en el bordillo de tu camisa?
-Es que...debió haber sido mi madre
-Claro – sonrió –Es el mismo color del que tiene mi hija en los labios, qué casualidad ¿no?
-Mamá, para...por favor
-De acuerdo, iré a colocar los platos sobre la mesa - bajó al comedor
Nash y yo bajamos pero ya que la cena no estaba lista fuimos al jardín
-Lamento el momento incómodo que nos hizo pasar mi madre