Capítulo 8: Navidades en familia P.2
AMIRA.
A la mañana siguiente me encontraba lista. Seguro que ni daban ni la siete cuando yo ya había terminado de ducharme y haberme puesto algo desente para poder salir de casa e ir al centro comercial a buscar todo lo que mamá nos había encargado en su dichosa lista de noche buena.
Así qué, estaba terminando de abrochar mis agujetas, cuando escucho unos gritos fuera. No deseaba tomarles demasiada importancia, pero me es inevitable cuando escucho mi nombre ser gritado justo en el patio de los Baker. Así que sin más, asomo solo un poco para poder ver de que se trata. Claro que mi sorpresa no es demasiada al ver que quienes se encontraban discutiendo eran los chicos Baker, más específicamente los dos mayores, y quien había soltado mi nombre no era ni más ni menos, que el mayor de ellos.
Confundida por estar en su discusión, escucho atentamente.
-Deja de meterla en esto.
-¿Cómo quieres que no lo haga?, estoy seguro de que solo es una excusa. Más te vale que no hayas regresado a eso Izan, después de lo que pasó pensé que lo superarias.
-Por un demonio, te estoy diciendo que no Inar, no fui ahí.
-¿Como podría yo saberlo?, estoy casi seguro de que solo utilizaste el nombre de Amira para que no te hiciera preguntas.
-Pues no, ella realmente me gusta, y me vale un pepino si me crees o no.-y así, sin más, da por terminada la discusión. Veo como Izan se mete a su auto, y arranca sin mirar atrás.
Vaya, lucia verdaderamente molesto. Eso me deja pensando por unos momentos, hasta que veo que Inar parece sentir mi mirada, y levanta la suya en mi búsqueda; por suerte soy más rápida y me adentro a mi habitación al instante. No puedo evitar sentirme culpable. Tal vez si hubiera ayudado a Izan, no estaría ahora molesto con su hermano.
El hilo de mis pensamientos se ve interrumpido por el grito de mamá pidiéndome que salga por el correo.
Bajo las escaleras, molesta porqué no mandó a alguno de mis hermanos, pero igual salgo de casa hasta llegar a la entrada y encontrar algunas cartas sobre una caja blanca con un logo enorme algo peculiar, justo sobre ella, lucia una gran imagen de tres lobos negros, lo cual me desconcertó un poco.
No traía nada sobre de donde o de quien provenía, aunque parecía algo sospechosa, no dude en tomarla.Al estar dentro de casa, dejo las cartas sobre la mesa, pero la extraña caja se va conmigo a mi habitación, la dejo sobre el escritorio que solía ocupar para mis deberes. Mi curiosidad era grande, más tenía que averiguar si eso no pertenecía a alguien de esta casa, así que salgo nuevamente de mi habitación e inocentemente voy tras la única persona que solía pedir por correo más veces de las que le gustaría admitir.
-Mami...-la llamo entrando sin permiso a su habitación. Parece acostumbrada y nada sorprendida de que me encuentre ahí a estas horas de la mañana. Ella detiene su lectura y bajando levemente sus gafas por el puente de su nariz, me ve espectante.
-¿Si?
-Mmm, bueno, me preguntaba si habías encargado algo por correo, que te llegara estos días.-ella parece pensarlo, pero después niega sin dudas.
-No que recuerde, cariño. Hace una semana que me llego mi último encargo, y por el momento no he comprado nada.-asiento pensativa.-¿Por qué?, ¿A pasado algo?-niego inmediatamente tratando de disfrazar mi nerviosismo.
-No, nada. Eh... ¿Y Nayla?, ¿No sabrás si ella a encargado algo?-ella parece pensarlo un poco, pero niega inmediatamente.
-No lo creo. Sabes lo claridosa que es. No le gusta comprar cosas que no sabe si le gustaran, por eso nunca compra en línea.-asiento aceptando eso.
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Los hermanos Baker
RomanceLo aburrido y monótono ha sido mi día a día desde que tengo memoria. Es decir, nunca he necesitado algo más. El peligro y la adrenalina no iban conmigo, soy la persona más "normal" que puede existir. Siento que si mi vida fuera un libro o una pelícu...