Capítulo 9: Navidades en Familia P.3

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IZAN BACKER

¿Qué demonios acaba de pasar?, y ¿por qué mi corazón se había acelerado tanto por un simple abrazo?

Me encontraba aún viendo el lugar por donde Amira había desaparecido, en espera de... no sé exactamente qué era lo que esperaba, ¿que regresará?, no, dios mío, que cosas estoy diciendo.

Tal vez pasé un buen rato así, pues cuando recordé, ya tenía llamadas perdidas de mi hermano menor.

Rodando los ojos decido regresarsela:

Llamada en curso

—¿Qué?–contestó aturdido aún por lo que acababa de pasar.
Si antes no entendía a Amira Wilson, ahora estaba seguro de que era como una encrucijada para mi... una encrucijada que me haría feliz de resolver.

—Izan, ven rápido–me dice nada más responder. Se oía angustiado y eso hizo que despertara del momento. Era como si hubiera estado en un sueño, de esos que sabes que lo son, pero te niegas a creerlo.

—¿Por qué?, ¿qué sucede, cachorro?–pregunto preocupado, levantándome de mi asiento y empezando a correr hacia la salida.

—No te lo puedo decir por aquí. Solo ven lo más pronto que puedas.–Avisa, terminando con le llamada.

Llamada finalizada.

Al llegar a mi auto me subo sin más, y desesperado trato de meter la llave, fallando un par de veces por estar nervioso. Nunca había escuchado a Iker tan asustado. Temía que sus temores fueran por algo realmente alarmante, y supongo que eso fue lo que me hizo sobrepasar la velocidad, sin siquiera importarme las repercusiones que eso me podría traer con algún oficial.

No podía dejar que algo le pasara a mis hermanos, especialmente a nuestro cachorro, pues sabía que Inhar podía cuidarse el solo, y al mismo tiempo estar al pendiente de que no cometa estupideces. Por que al parecer todo lo que hago son eso, tonterías.

Adoro a mis hermanos. Son la única familia real que tengo, con los que siempre puedo contar, pero a veces, me molestaba que mi hermano mayor siempre quiera tener la razón, sin darme el beneficio de la duda.

Al llegar a casa–sin ninguna infracción, milagrosamente–me parqueo en el patio de enfrente, y me bajo nada más apagar el motor.

Busco las llaves de la puerta, pero no las encuentro, pues ahora recuerdo que tras la discusión que tuve con Inhar, salí tan enojado que no recordé llevarlas. Así que, con un poco de desesperación, empiezo a aporrear la puerta.

Segundos después me encuentro con un par de ojos rasgados y oscuros.

—Soong–digo como saludo. El chico parecía adormilado. Al parecer lo desperté de su siesta de medio día.

—Izan. Que bueno que llegaste. No entiendo nada, no me han querido explicar que demonios está pasando.–dice haciendoce a un lado para que yo pueda entrar.

Al estar en medio de la sala, escucho el ruido proveniente de la habitación de Inhar. Aún confundido y preocupado por lo que sea que este pasando, subo las escaleras velozmente, escuchando como Dan viene tras de mi.

La habitación del cuarto de mi hermano se encuentra raramente, abierta; y al entra en ella puedo ver que absolutamente todo se encuentra en un total desorden, justo como cuando yo me había desecho de las cosas sobre mi escritorio, exepto qué aquí era aún peor, y ahora Inhar se encontraba golpeando el muro de su habitación, completamente segado. Rápidamente me acerco a él, tomándolo fuertemente de sus hombros y apartandolo para que dejara de lastimarse.

Los hermanos BakerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora